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03 de julio de 2013

El domingo 30 de junio, al cumplirse un año de la asunción de Mohamed Morsi como presidente de Egipto, centenares de miles salieron a las calles a reclamar su dimisión.

Masivas protestas en Egipto

“LAS ESPINAS DEL VIEJO SISTEMA TODAVÍA NOS AFECTAN EN EL ACTUAL”

“Vete”, era la consigna más cantada en las manifestaciones del domingo 20, en la Plaza Tahrir de El Cairo, y en decenas de ciudades de Egipto. A un año de la asunción del presidente Morsi, de la mano de los Hermanos Musulmanes, crece el reclamo de que renuncie, por no haber llevado adelante los objetivos del movimiento popular que derrocó el régimen de Hosni Mubarak en 2011.

“Vete”, era la consigna más cantada en las manifestaciones del domingo 20, en la Plaza Tahrir de El Cairo, y en decenas de ciudades de Egipto. A un año de la asunción del presidente Morsi, de la mano de los Hermanos Musulmanes, crece el reclamo de que renuncie, por no haber llevado adelante los objetivos del movimiento popular que derrocó el régimen de Hosni Mubarak en 2011.
Al lunes, son 18 los muertos reconocidos en los enfrentamientos con las fuerzas policiales y los seguidores de Morsi, durante las manifestaciones. Distintas fuerzas de la oposición, políticos y sindicatos, han emplazado a Morsi para que renuncie en 24 horas, y convoque a nuevas elecciones.
Varias son las razones de fondo para el crecimiento de la bronca popular. Desde el deterioro de la economía, con un desempleo que supera el 13%, los cada vez más frecuentes apagones eléctricos, y el alza del precio de los productos básicos, combinado con la escasez de los mismos. A esto se le suma que el gobierno de Morsi mantiene intacto el aparato represivo del régimen derrocado, y ha crecido el encarcelamiento de opositores y trabajadores en huelga cercenando las libertades democráticas.
Además, los Hermanos Musulmanes avanzan en tratar de imponer rasgos islamistas en la educación, la cultura y las costumbres, como fue la aprobación de una Constitución de corte islamista y el intento fallido, el año pasado, de aprobar un decreto que le hubiera otorgado poderes casi absolutos como presidente.
El movimiento Tamarrud (Rebelión), impulsó la firma de un petitorio para la dimisión de Morsi, y asegura haber juntado 22 millones de firmas, mucho más de los 13 millones de votos obtenidos por Morsi un año atrás. Tamarrud pidió a la policía, el ejército y la justicia que “tome partido de manera clara” por sus demandas.
“Tres eran los principios de aquella revolución: pan, justicia y libertad. Morsi no ha cumplido ninguno. Ha tenido un año, y el país solo ha ido a peor. Debe marcharse”, dice Zaid Sultan, de 35 años, que resultó herido en las protestas contra Mubarak en 2011.
Los partidarios de Morsi, el mismo domingo 30, se movilizaron en otra parte de El Cairo, en número mucho menor a los opositores, y en otras ciudades. Por la noche se produjeron varios enfrentamientos.
Los trabajadores
empujan cambios
La Federación Egipcia de Sindicatos Independientes, creada en el curso del levantamiento contra Mubarak, en su convocatoria a las manifestaciones del 30, afirmó: “La situación de los trabajadores en Egipto ha empeorado después de que jugaron un papel fundamental en el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak del poder en 2011”.
“Hoy en día, vivimos en el tercer año después de la revolución y las espinas del viejo sistema todavía nos afectan en el actual”, decía el comunicado. La FESI reclama que no se haya aprobado una ley que permita la libertad sindical, y repudia el aumento de la represión de la protesta, como ocurrió hace poco en la Alejandría Portland Cement Company. Reclamaron la libertad de los trabajadores presos por luchar, y acusan al gobierno de permanecer en silencio mientras 4.000 fábricas cerraron, causando la pérdida de miles de puestos de trabajo.
La FESI declaró que el actual régimen favorece a un pequeño grupo de inversionistas y empresarios. en contra de los trabajadores, “Lo que está sucediendo ahora trae a la memoria los días antes de la caída de Mubarak: sindicatos en huelga en todo el mundo, protestas contra las decisiones tomadas por el gobierno, y nuestra situación va de mal en peor con el combustible actual y la crisis de la electricidad. ¿Qué estamos esperando?”, finaliza el comunicado de la Federación Sindical.