El 10 de septiembre centenares de miles de franceses salieron a las calles con la consigna “Bloqueemos todo”, contra los planes de ajuste del gobierno.
El detonante fue el proyecto de presupuesto para 2026 presentado por el ya ex primer ministro François Bayrou, que preveía recortes por 44.000 millones de euros para reducir el déficit público, al tiempo que mantiene subsidios a los grandes monopolios por 200 mil millones de euros anuales.
El gobierno pretende achicar los gastos en seguridad social, congelar las pensiones y prestaciones sociales, un recorte de 5.000 millones en sanidad, y hasta eliminar días festivos.
Los medios hablan de casi 600 concentraciones y más de 250 bloqueos a lo largo del territorio, y hubo enfrentamientos con la policía en París y otras ciudades, con más de 400 detenidos.
En las concentraciones confluyeron organizaciones sindicales, políticas, estudiantiles, con un gran protagonismo de las y los jóvenes y mostraron la bronca creciente de grandes masas contra el gobierno elitista de Macron, al que apodan “Júpiter” por su arrogancia. Imágenes de contenedores en llamas y pancartas exigiendo «¡Dinero para salarios, no para guerras!» se vieron por todo el país.
La jornada del 10 se dio en medio de otra crisis política, con la renuncia de Bayrou y la asunción como primer ministro de Sébastien Lecornu, el quinto en dos años. El gobierno ajusta mientras crece la inflación y se deterioran los salarios.
En París, Lyon, Marsella y Rennes, los manifestantes intentaron bloquear autopistas, estaciones de tren y accesos universitarios, como el Instituto de Estudios Políticos de París, donde estudiantes erigieron barricadas simbólicas. Hubo varios enfrentamientos con la policía, que desplegó 80.000 agentes y recurrió a gases lacrimógenos y cañones de agua, con un saldo de al menos 473 detenciones, según el Ministerio del Interior.
Además de las movilizaciones, hubo huelgas en casi todas las ramas de la producción, con particular fuerza en las industrias química, alimentaria, y algunas automotrices.
Crece en el pueblo francés un estado asambleario, con reuniones en lugares de estudio y vivienda que discuten demandas, y avanzan en su organización.
Este proceso de luchas viene acorralando al gobierno de Macron, contra el que los bloques parlamentarios de izquierda han presentado pedidos de destitución, que todavía no han conseguido el número suficiente.
Para el 18 de septiembre, los principales sindicatos han convocado a una huelga general como continuidad de las protestas.
hoy N° 2077 17/09/2025