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20 de septiembre de 2011

La “justicia” del gobierno K

Menem libre y 5.000 luchadores populares procesados

Hoy 1387 / La hora política

1. Avances en las luchas

1. Avances en las luchas

Los trabajadores y el pueblo siguen en las calles buscando ir por más en sus necesidades y derechos. El pueblo de Libertador logró un gran triunfo arrancando 65 hectáreas al Ingenio Ledesma. Una gran jornada unitaria, el 14/9, reclamó por los planes sociales, y la tierra para vivir y para trabajar. Los petroleros de Santa Cruz luchan contra la intervención a su gremio, y los docentes de Santa Fe y de Quilmes por el deterioro de las escuelas y por salarios. Hubo pueblada en Jachal por la aparición de Miguel Muñoz. Los pobladores de Chilecito y Famatina enfrentan la megaminería a cielo abierto. Hubo marchas a cinco años del secuestro de Julio López. Un acto en Formosa denunció el intento del gobernador Insfrán de proscribir al Frente Amplio Formoseño, y muchas otras luchas.

Promesas de campaña electoral: el gobierno kirchnerista celebra haber entregado 9 millones de pesos para parques industriales, pero no dice nada de que en los planes Argentina Trabaja usó solo la cuarta parte de los cientos de millones de pesos presupuestados: hoy trabajan en las cooperativas de ese plan menos de la mitad de los que el gobierno prometió por escrito.

El gobernador kirchnerista Capitanich se impuso ampliamente en las elecciones del domingo pasado en el Chaco. Al mismo tiempo, originarios qom y wichis, y criollos, del Impenetrable, protagonizaron, hace poco, una lucha histórica. Los dos hechos son parte de una misma realidad.

 

 

2. La lucha democrática

Desde que renovó la Corte Suprema de Justicia reemplazando a la de nefastos personajes del menemismo, el gobierno produjo hechos positivos en el terreno democrático, fue parte de otros, y también concedió a la lucha popular algunas veces. Ganó apoyos y simpatías.

Pero han pasado 5 años desde la desaparición de Julio López y, como dijo su hijo, Rubén: “Estamos como el primer día”. El grupo de Madres que se sumó al gobierno se ve hoy dolorosamente arrastrado por el barro de los negocios del Estado en una sociedad de funcionarios K y personajes siniestros, los Schoklender. En Jujuy, el Chaco, la Kraft, el movimiento de desocupados (que fue decisivo para acabar con el menemismo y con De la Rúa), en Gualeguaychú y cada lugar del país en donde el pueblo arrancó conquistas, los dirigentes populares están cargados de juicios que criminalizan sus luchas, usando leyes fascistas como la de “defensa de la democracia” o la “antiterrorista”. ¡Son más de 5.000 juicios!

Una parte del movimiento obrero organizado, la CTA, se define independiente de las patronales y el Estado, y una justicia obediente a la Casa Rosada la persigue, favoreciendo a un grupo dócil al gobierno K. Los jerarcas propatronales del gremio petrolero, de la mano del Ministerio de Trabajo nacional, mantienen la intervención del sindicato de Santa Cruz, negando el derecho de los trabajadores elegir a sus dirigentes.

El ex presidente Menem, símbolo de la entrega y la corrupción de “los 90”, ahora por ser socio del gobierno K, fue sobreseído por el contrabando de armas, entre otros países a Perú y Ecuador, con los que la Argentina era garante de la paz.

El gobernador K de Formosa, Insfrán, el mismo que tiene manchadas las manos con sangre de originarios, modificó la ley electoral, proscribió al Frente Amplio Formoseño, y busca encarcelar a Miguel Ríos, para bloquear la unidad opositora contra su gobierno fascista.

El gobierno K ha tratado y trata de sacar al pueblo de las calles, y no lo ha logrado. Lejos de “renovar” la política, se ha asociado con algunas de las peores lacras, como Menem, Insfrán y los jerarcas petroleros propatronales.

 

 

3. Gana, pero no enamora

El gobierno de Cristina Kirchner gana elecciones, pero no enamora a la mayoría de los que la votan.

El gobierno kirchnerista aprovecha que, durante la mayor parte de su gobierno, tuvo una situación económica favorable con buenos precios internacionales para las exportaciones argentinas, sobre todo la soja, que es una clave fundamental para recaudar los pesos y los dólares con que este gobierno funciona y hace su campaña electoral. También se beneficia, el gobierno, con las propuestas de ajuste y mano dura, de las derechas opositoras, que asquean a las masas.

Tanto el gobierno como las derechas opositoras saben que la bonanza no va a ser eterna. El único economista que acertó sobre el estallido de la crisis mundial, advirtió: “Los gobiernos europeos han estado 'actuando como bomberos', apagando un incendio tras otro pero sin establecer un sistema para evitar la siguiente crisis. Ganar tiempo y rezar. Esas no son soluciones reales ni estables sino inútiles parches. Sumada a la paralizante pelea partidaria y el claro retroceso de la reactivación económica en Estados Unidos, la crisis de conducción de Europa está arrastrando consigo a toda la economía mundial. El estancamiento está llevando a la contracción y a la recaída recesiva”. (Nouriel Roubini y Nicolás Berggruen, en Clarín, 19/9).

Una clave de la política la darán los tiempos y los golpes que la crisis mundial provoque en la Argentina, cuya economía, como ya aceptó la presidenta, “no está encapsulada”.

 

 

4. Voto a voto, y ficha por ficha

Las grandes masas obreras y populares siguen en la calle y avanzan en sus luchas, buscan y promueven a dirigentes combativos (que es clave para avanzar en grandes empresas y centros de concentración). Pero mayoritariamente usan su voto para optar o castigar.

Las grandes luchas, como las huelgas de la Kraft o la de los petroleros santacruceños, la toma de Libertador o el acampe del Impenetrable, trascendieron del terreno económico a la política. Fueron dirigidas por fuerzas avanzadas. Hicieron avanzar el movimiento de lucha. También las masas que las protagonizaron avanzaron en su conciencia. Pero no produjeron un salto espontáneo en su alineamiento y su organización política independiente. Lo que se avanzó y se avanza en ese terreno ha sido y es articulando esas luchas con un paciente y perseverante trabajo político, ideológico y organizativo.

En relación a esta cuestión el 11° Congreso del PCR planteó la política de reagrupamiento de las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, y la Conferencia Nacional del PCR decidió aprovechar el debate político del escenario electoral para avanzar hoy en ese reagrupamiento de fuerzas, pero con vistas a una Argentina que es parte de un mundo golpeado por una crisis profunda y prolongada.

No se trata de un reagrupamiento testimonial, sino de una confluencia de fuerzas capaz de concretar un centro coordinador del combate obrero y popular en condiciones de incidir, con fuerza, en los escenarios de las luchas sociales y políticas, como ocurre, por momentos, en la lucha democrática o social. Un centro coordinador en condiciones políticas y programáticas de avanzar más allá de lo que llegó la lucha de las masas con las dos marchas federales y en el 2001.

Por eso, en la situación actual, ponemos el centro en los frentes que integran el PCR y el PTP en cada provincia, peleamos el voto a esos frentes, y unimos esa pelea a la de la ficha de la afiliación al PTP. La pelea por el voto y por la ficha es, sobre todo, una confrontación cuerpo a cuerpo, en las masas, con la política del gobierno K: voto a voto y ficha a ficha.

El gobierno que prometió “una nueva política” pactó con la dirección de la UCR una ley de internas que solo tiene por objetivo proscribir a las nuevas fuerzas con el piso del 1,5%. Así, esa ley K de internas proscribió a nuestros candidatos presidenciales. Es una ley fascista, y la justicia no respondió a las presentaciones del PCR y el PTP que demostraron la inconstitucionalidad. No reemplazamos esos candidatos por otros, porque vamos a expresar en las urnas nuestro repudio a esa proscripción K. Y también, porque somos opositores al kirchnerismo, y tenemos discrepancias programáticas con los candidatos opositores.

Por eso, en las provincias que estamos en frentes, cortamos boleta y no votamos a ningún candidato a presidente y vice. Y en las provincias en las que no hay elecciones provinciales, y la ley de internas K proscribió a los candidatos a legisladores nacionales, hacemos campaña política afiliando al PTP e impulsando el voto programático, poniendo en las urnas los puntos básicos del programa de los frentes que impulsamos y los 10 puntos del PCR y el PTP.