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23 de febrero de 2022

De un texto de Mao Tsetung

Métodos de trabajo de los comités del partido

1. El secretario de un comité del Partido debe saber actuar como un buen «jefe de escuadra». Un comité del Partido tiene de diez a veinte miembros; es como una escuadra del ejército, y el secretario, como el «jefe de la escuadra… Para cumplir su tarea de dirección, un comité del Partido debe apoyarse en los «hombres de la escuadra» y hacerles desempeñar plenamente su papel. Para ser un buen «jefe de escuadra», el secretario debe estudiar e investigar lo mejor posible. Al secretario o subsecretario le será difícil dirigir bien a los «hombres de la escuadra» si no se preocupa de realizar una labor de propaganda y organización entre ellos, si no sabe mantener buenas relaciones con los miembros del comité ni estudia cómo conducir con éxito las reuniones. Si los «hombres de la escuadra» no marchan a compás; ¡que ni piensen en poder dirigir decenas de millones de personas en el combate y en la construcción! Claro está que las relaciones entre el secretario y los miembros del comité se fundan sobre el principio de que la minoría debe someterse a la mayoría y, por lo tanto, difieren de las relaciones entre un jefe de escuadra y sus hombres. Decimos esto sólo a modo de analogía.

 

2. Colocar los problemas sobre la mesa. Esto lo deben hacer no sólo el «jefe de la escuadra», sino también los miembros del comité. No se debe hablar a espaldas de la gente. Cuando surge algún problema, hay que celebrar una reunión, colocar el problema sobre la mesa para discutirlo y tomar decisiones, y el problema quedará resuelto. Si existen problemas y no se colocan sobre la mesa, permanecerán sin resolver por largo tiempo y hasta seguirán pendientes durante años.

 

3. «Intercambiar informaciones». Esto quiere decir que los miembros de un comité del Partido deben mantenerse mutuamente informados e intercambiar opiniones sobre los asuntos que hayan llegado a su conocimiento. Esto es de gran importancia para lograr un lenguaje común. Algunos no lo hacen así y, como los vecinos de que habla Laotsi, «no se visitan durante toda la vida, aunque unos oyen el canto de los gallos y el ladrido de los perros de los otros»[1]. El resultado es que carecen de un lenguaje común.

 

5. Aprender a «tocar el piano». Al tocar el piano hay que mover los diez dedos; no hay que mover sólo algunos, dejando inmóviles los otros. No obstante, si pulsamos el teclado con los diez dedos a la vez, no se producirá ninguna melodía. Para producir buena música, los diez dedos deben moverse de manera rítmica y coordinada. El comité del Partido debe asir firmemente la tarea central y, al mismo tiempo, desplegar en tomo a ésta el trabajo en otros terrenos.

 

6. «Asir firmemente». Es decir, el comité del Partido no sólo debe «asir» sus tareas principales sino que las debe «asir firmemente». Se puede empuñar algo sólo cuando se lo agarra firmemente, sin aflojarlo en lo más mínimo. Asir, pero no firmemente, es lo mismo que no asir.

 

7. «Tener las cifras en la cabeza». Es decir, debemos prestar atención al aspecto cuantitativo de una situación o problema y hacer un análisis fundamental de las cantidades. Toda calidad se manifiesta por una cantidad determinada, y sin cantidad no puede haber calidad… Por ejemplo, al llevar a cabo la reforma agraria, es esencial saber cifras, como los porcentajes de la población que representan respectivamente los terratenientes, los campesinos ricos, los campesinos medios y los campesinos pobres, así como la cantidad de tierra que posee cada sector; pues sólo sobre esta base podemos formular una política correcta.

 

10. Prestar atención a la unión en el trabajo con los camaradas cuyas opiniones difieren de las de ustedes. Hay que tener presente este principio tanto en los organismos locales como en el ejército. Esto también se aplica a nuestras relaciones con las personas no pertenecientes al Partido. Hemos venido desde todos los rincones del país y debemos saber unimos en el trabajo no sólo con los camaradas que comparten nuestras opiniones, sino también con los que mantienen opiniones diferentes. Entre nosotros hay también quienes han cometido errores graves; no debemos tenerlos entre ojos, sino estar dispuestos a trabajar con ellos.

 

11. Guardarse de la arrogancia. Este es un problema de principio para todo dirigente y, también, una importante condición para mantener la unidad. Ni siquiera deben ser arrogantes los que no han cometido errores graves y han logrado grandes éxitos en su trabajo

 

12. Trazar dos líneas divisorias. Primero, entre la revolución y la contrarrevolución… Segundo, dentro de las filas de la revolución es necesario hacer una clara distinción entre lo justo y lo erróneo, entre los éxitos y las deficiencias, y, además, poner en claro cuál de los dos aspectos es el principal y cuál el secundario…

 

Hoy N° 1902 23/02/2022