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22 de noviembre de 2017

En el 2018 hay elecciones presidenciales en México. Las denominadas reformas estructurales promovidas por Enrique Peña Nieto y apoyadas por el PRI, PAN y PRD en el llamado Pacto por México (energética, fiscal, laboral-educativa) han arrasado las conquistas que quedaban de la época de la Revolución Mexicana (1910-1917).

México y las elecciones del 2018

Las “reformas estructurales” de Peña Nieto arrasaron con las conquistas populares

En el marco de la caída de los precios del petróleo, estas reformas han ocasionado una crisis social y política, se ha incrementado la pobreza; ha disminuido el poder adquisitivo de la mayoría de las familias. Se han aplicado recortes a programas sociales del presupuesto federal, la inseguridad sigue en aumento, mientras continúa la impunidad hacia la corrupción. 

En el marco de la caída de los precios del petróleo, estas reformas han ocasionado una crisis social y política, se ha incrementado la pobreza; ha disminuido el poder adquisitivo de la mayoría de las familias. Se han aplicado recortes a programas sociales del presupuesto federal, la inseguridad sigue en aumento, mientras continúa la impunidad hacia la corrupción. 
Se privatizaron áreas fundamentales del petróleo. Se crearon nuevos impuestos y aumentaron los ya existentes para sustituir la disminución de ingresos de la renta petrolera. 
La reforma laboral genérica y la laboral en el sector educativo, han tenido como objetivo central la disminución de los derechos de los trabajadores; sin embargo, en el caso de la supuesta reforma educativa que no es más que laboral, la lucha del magisterio democrático a base de movilización popular y con el apoyo de organizaciones sociales y políticas solidarias ha hecho retroceder al gobierno. Las movilizaciones fueron muy importantes en los estados del sur de México, y lograron incluso expresarse en el Distrito Federal. Se ha ido logrando la liberación de los presos políticos, líderes magisteriales, el compromiso de reinstalar a los docentes despedidos, el pago de salarios y la reapertura del diálogo en torno a un proyecto educativo alternativo que tenga el consenso de sus principales actores que son los docentes.  Desde la “reforma agraria” del 2014, también se pretende terminar con la propiedad ejidal de la tierra, otra conquista de la Revolución Mexicana.
En los primeros días de enero de este año, a raíz del aumento del precio de los combustibles, se produjo un estallido de protestas en todo el país, iniciadas en el norte, con saqueos, cortes de rutas, y manifestaciones. La iglesia pidió que se dé marcha atrás con la medida, directamente relacionada con las “reformas” de Peña Nieto. 
México se ha constituido lo que se denomina un narcoestado, por el peso de los diferentes carteles y la DEA en el propio Estado. El secuestro y desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, con la actuación conjunta de las autoridades municipales y un grupo de narcotraficantes, es la demostración más cabal de esta situación.
La corrupción reina en todos los estratos del Estado. Fruto de ella varias escuelas, que habían sido construidas no hace mucho tiempo, quedaron totalmente destruidas en el último terremoto y causaron la muerte de decenas de niños y maestros.
 
El Congreso Nacional Indígena
En este marco se realizarán elecciones presidenciales en el 2018. Estas serán las primeras elecciones presidenciales mexicanas en las cuales podrán participar candidatos sin pertenencia a un partido político, aunque con procedimientos muy complicados para lograrlo. En 120 días hay que juntar las firmas correspondientes al uno por ciento del padrón electoral nacional –casi un millón de firmas–. 
Por una parte se presentará el Morena, con la candidatura de Andrés Manuel López Obrador (al que se conoce como AMLO), único partido con representantes parlamentarios que rechazó las reformas. 
Por otra parte, ha causado conmoción la presentación de una candidata mujer e indígena, lo que motivó notas hasta en el New York Times. Al proponer que –parafraseando a Malcom X– la persona más despreciada, desprotegida y negada en México, es decir, la mujer indígena, sea candidata a la presidencia de México, volvieron a recordar lo que el alzamiento armado de 1994 mostró: que millones de mexicanas y mexicanos viven marginados y explotados, bajo condiciones inhumanas. 
María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, como se la conoce, nació en 1963 en Tuxpan, Jalisco, un pueblo de origen nahua y es una gran conocedora de la medicina tradicional. Su candidatura fue anunciada por el Congreso Nacional Indígena en un comunicado titulado con una línea del himno mexicano “Que retiemble en sus centros la Tierra”. Marichuy es madre de tres hijos, pero eso no le impidió ser una activa defensora de los derechos de sus hermanos, ya que por ejemplo en el 2001 fue una de las mujeres indígenas, junto a la comandante Esther, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que hablaron ante los diputados mexicanos. Allí sus palabras fueron en pedido por la tierra, el territorio y la forma de organización ancestral: “la esencia colectiva de nuestros pueblos ha permitido nuestra pervivencia hasta hoy día”.
Previamente se había considerado la posibilidad de apoyar al Morena. Ahora López Obrador criticó la decisión por dividir a la oposición. 
El acuerdo es que el Congreso Nacional Indígena nombre un Concejo Indígena de Gobierno conformado por representantes de los pueblos originarios que lo constituyen y regido por siete principios (obedecer y no mandar; representar y no suplantar; servir y no servirse; convencer y no vencer; bajar y no subir; proponer y no imponer; construir y no destruir) El Congreso Nacional Indígena (CNI) se fundó el 12 de octubre de 1996 en el marco de la firma de los Acuerdos de San Andrés. Está conformado por más de cuarenta pueblos, naciones y tribus originarios que radican en todo México, con el objetivo de generar un espacio de solidaridad entre ellos. Si bien los pueblos zapatistas forman parte del CNI, no son su totalidad. El CNI es “un espacio de unidad, reflexión y organización de los pueblos indígenas de México, impulsando la reconstitución integral de los pueblos originarios y la construcción de una sociedad en la que quepan todas las culturas, todos los colores, todos los pueblos que somos México”.