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10 de abril de 2017

Miles salen a las calles en cuestión de horas en todo el país para hacer duelos urgentes y reclamos colectivos.

“Micaela somos todas”

Basta de femicidios

El final o un nuevo principio de Micaela nos zamarrea fuerte desde las entrañas.

Porque Micaela era parte de ese movimiento de mujeres hoy en auge. Tanto que miles salen a las calles en cuestión de horas en todo el país para hacer duelos urgentes y reclamos colectivos.

El final o un nuevo principio de Micaela nos zamarrea fuerte desde las entrañas.

Porque Micaela era parte de ese movimiento de mujeres hoy en auge. Tanto que miles salen a las calles en cuestión de horas en todo el país para hacer duelos urgentes y reclamos colectivos.

Micaela hubiese estado en la calle ese 8. Y lo hizo. Porque su nombre se repitió una y otra vez en cada geografía movilizada y nosotras nos sentimos ella.

Micaela puso sobre la mesa la inseguridad a la que se asocian los cuerpos de las mujeres. Cuerpos con temor fundado a la noche… A caminar solos… A vestir una minifalda y un escote. Micaela develó con su muerte y la violación padecida la cárcel que nos impone la sociedad machista. El encierro como única opción opuesta a "exponerse al riesgo" de ser objetos de deseo apropiables por otros… Sin poder de decisión… Robándonos la posibilidad de ser libres y decir no y que sea no.

Micaela reveló lo que significa ser mujer en esta sociedad. Las aun vivas podemos considerarnos sobrevivientes del patriarcado. Siempre con una historia de ataque y ultraje en nuestro haber… Más o menos grave según la vara de los ojos de quien mide. Poco relevante siempre para jueces como Rossi que saben que el violador reincide y sin embargo liberó antes al violador y femicida de Micaela. Rossi tenía razones para fundamentar no otorgar la libertad condicional. Pero un violador es "solo eso".

Con Micaela y nuestro dolor compartido hecho indignación vislumbramos un quiebre. Hay un antes y un después en nuestra conciencia respecto de lo que significa ser mujer en esta sociedad. Es un antes y un después en el convencimiento de que esto que vivimos hay que cambiarlo. Y Micaela, su lucha y la nuestra nos alumbran.