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30 de marzo de 2016

Sobre el discurso de la primera dama yanqui, las referentes que propone el macrismo y la lucha de las mujeres por sus derechos. Derrotar la salida individual y marchar con el conjunto del pueblo para terminar con todas las cadenas que nos oprimen.

Michelle Obama, no necesitamos de tu “ejemplo”

La primera dama yanqui es postulada como referente de las jóvenes

 

 
Obama vino a la Argentina y el pueblo hizo sentir su repudio en las masivas movilizaciones del 24 de marzo, en el marco de los 40 años del golpe de Estado genocida. Además de dejar en claro el estrechamiento de relaciones entre nuestro país y la principal potencia económica y militar, con la visita del presidente yanqui pasaron algunas otras cosas; entre ellas, Michelle Obama realizó un discurso para un auditorio repleto de adolescentes -mujeres- de escuelas públicas y privadas.
“El inspirador discurso de Michelle Obama”, titularon la mayoría de los medios de comunicación. Pero a nosotros nos toca cuestionar, en este aspecto, la política del actual gobierno argentino de promover cierto tipo de referentes a la juventud. Mientras buscan borrar a Evita del billete de cien pesos y siguen invisibilizando el rol de otras –como Juana Azurduy en las luchas de independencia nacional- ahora nos proponen como referentes a la primera dama yanqui. O a Juliana Awada, dueña de talleres clandestinos donde esclavizan principalmente a mujeres y niños/as. “Cuando una elige acompañar a su marido”, dijo Juliana Awada enfatizando el rol de “la mujer decorativa”, síntesis no de una figura vacía, sino de una llena de sentido.
Aunque pareciera ingenuo, el mensaje de Michelle fue de un profundo contenido ideológico. En su discurso dio datos reales, por ejemplo que pocos menos de la mitad de las mujeres en nuestro país logra graduarse en la secundaria al cumplir 18 años (46%), o que en la Argentina (2015) cerca del 13% de las jóvenes de 14 a 18 años abandonaron la secundaria. “Las mujeres afrontamos las mismas dificultades y tenemos que pelear por eso, para que nos remuneren igual por el mismo trabajo, así como ponerle fin a la violencia de género. Por eso, necesitamos que se conviertan en mujeres líderes, en el trabajo, en la crianza de sus hijos”, lanzó la Primera Dama norteamericana. El mensaje parece “esperanzador” cómo titularon los medios… pero de fondo la salida que le propone a las pibas es la del esfuerzo individual, cómo si las desigualdades de género no tuvieran que ver con otras desigualdades más profundas, como las de clase. 
En el mensaje de Obama, la lucha de las mujeres se reduce a un problema individual y de “esfuerzo propio”, desconectado del resto de los problemas de la sociedad. Por eso no llama la atención que no hayan invitado a estudiantes varones al auditorio… porque el problema es sólo de ellas. 
Michelle habló también del #Niunamenos y de la violencia de género. Le faltó un dato central, si en Argentina hubo un 3 de junio tiene que ver con que hace 30 años las mujeres realizamos nuestros encuentros nacionales, y porque el pueblo argentino es un pueblo que lucha desde la primera hora por sus derechos: así lo demostraron desde las guerras de independencia, pasando por las grandes puebladas como el Argentinazo o el Cordobazo.
Y por supuesto, no dijo nada concreto sobre la falta de políticas públicas para frenar la violencia de género, ni de la ley que no se cumple, ni del presupuesto que no se pone. Obviamente, la legalización del aborto estuvo completamente ausente… pedirle eso ya hubiera sido demasiado. Mientras el Estado nos sigue negando el derecho a decidir y el acceso a la práctica en los hospitales públicos, las que se mueren o son forzadas a ser madres siguen siendo las mujeres pobres. Muchas de ellas, las mismas pibas que engrosan las estadísticas de la deserción escolar.
El kirchnerismo, que les negó derechos claves a las mujeres durante sus 12 años de gobierno, nos quería imponer la figura femenina de Cristina: una líder prepotente, sorda a los reclamos de amplios sectores populares y que por más nac & pop que se quería mostrar, no abandonaba sus joyas importadas o sus costosas carteras Vuitton. Ahora el macrismo, nos dice que los ejemplos a seguir son los de Michelle Obama, Mariu Vidal o Juliana Awada. Pero en el país de los 30 Encuentros Nacionales de Mujeres, del Niunamenos, de la lucha por la libertad de Romina Tejerina, en el país de Juana Azurduy, María Conti, Nora Cortiñas… no necesitamos que una representante del imperialismo yanqui nos venga a dar lecciones de cómo defender nuestros derechos.