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02 de octubre de 2010

Miente, miente, que algo quedará

Hoy 1260 / ¿Quién es fascista y antidemocrático?

Con la mentira agredo e intimido es el slogan del matrimonio Kirchner, en contraposición con el apotegma del poeta de que “con la verdad no ofendo ni temo”. Las retenciones “son justas y equilibradas”, aseguró Kirchner, cuando en verdad constituyen un impuesto regresivo que, a diferencia del impuesto a las ganancias o al patrimonio, golpea con mayor fuerza a los que menos tienen, ya que significa un porcentaje a la producción, como el diezmo feudal: es el mismo porcentaje tanto para el que obtiene un rinde de 25 quintales la hectárea como para el que obtiene un rinde de 50 quintales, cuando el costo para producir es más o menos el mismo por hectárea, dependiendo el rendimiento de la calidad de la tierra o de factores climáticos. ¿Qué clase de “justicia” y de “equilibrio” significa eso?
No conforme con esa afirmación agregó que los productores del campo “fueron los que más ayuda tuvieron. Le refinanciamos los créditos, generamos un cambio competitivo. ¿Quién banca eso? ¡El pueblo!”, vociferó. Pero lo cierto es que en materia de créditos y de “cambio competitivo” los principales beneficiarios con su política a costa del pueblo, fueron los sectores monopolistas de la industria que exportan, al igual que los de la minería, a los que se les da un dólar pleno sin retenciones e incluso se les dan reintegros por las exportaciones. Encima calificó la protesta agraria como “fascista, autoritaria y antidemocrática”.
Como un eco, desde su tribuna en Casa Rosada, con todos los medios a su disposición, la presidenta Cristina Kirchner sostuvo que “los siete paros patronales son salvajes”, acusando a los chacareros de “la muerte de una persona que no pudo pasar con una ambulancia como consecuencia de los cortes de ruta en la provincia del Chaco”. No tuvo la misma prensa la voz de la familia chaqueña por el uso de su dolor con semejante mentira.