A partir de la constitución de la Mesa de Enlace, durante la lucha en contra de la resolución 125 en 2008, apareció en la política el sector agropecuario como “el campo”, como una cosa única sin diferencias internas.
En la ruralidad existen tremendas diferencias en cuanto a tamaño, condiciones productivas, dificultades en la producción, etc. El tratamiento de un sector para ser justo tiene que contemplar las diferencias internas en él.
Para la Mesa de Enlace la discusión no pasa por la producción o quien la realiza, sino por lo impositivo en este caso las retenciones, que en realidad es un impuesto a la exportación de materias primas, un impuesto aduanero a quien se beneficia con eso: los exportadores.
Estos monopolios de la venta al exterior, hábilmente han trasladado las retenciones a los productores que son afectados de distinta manera de acuerdo a su tamaño, produzcan o no mercaderías exportables. Los pequeños y medianos productores han venido planteando hace décadas, primero en FAA y luego que esta arriara sus banderas históricas uniéndose a la Mesa de Enlace, constituidos en Bases Federadas, de que mientras existan las retenciones trasladadas al productor éstas deben ser segmentadas. Es decir, escalonadas de acuerdo al volumen productivo.
Es necesaria y correcta en la política la posición del senador Bensusán al reconocer la existencia de pequeños productores más afectados por el estado nacional y el corrupto gobierno del presidente Milei.
La Cámara de Diputados recibió la propuesta, hace dos años, de la Mesa Agroalimentaria Argentina de 5 leyes que empezarían a corregir el perjuicio que reciben el 70 por ciento del total de productores planteando así los verdaderos problemas económicos, sociales y políticos que destruyen la ruralidad en su conjunto.
A partir de una resolución de Cavallo, en el gobierno de Menem, contrariando incluso los deseos de FMI, se estableció la quita total de las retenciones. Durante todo ese periodo, los pequeños productores siguieron desapareciendo, resistiendo con grandes luchas como por ejemplo las que dieron vuelta la ejecución por el banco Nación de 12 millones de hectáreas hipotecadas.
Las mujeres agropecuarias en lucha, movimiento nacido en Winifreda de mujeres de pequeños productores encabezaron esa resistencia. Todos esos años sin retenciones, desaparecieron miles de chacareros, lo que demuestra que el problema no es impositivo o por lo menos no son las retenciones.
Una necesidad, imperiosa para sostener a los pequeños productores es una ley de arrendamiento que limite la concentración de la tierra en pocas manos, que proteja los suelos de la destrucción de su calidad, y que posibilite el acceso a la tierra del que quiera trabajarla sin monopolizar la actividad. El costo de la tierra para producir hoy es de un 40 % llegando hasta el 50 % de lo producido en algunos cultivos, esta gran renta terrateniente es una distorsión económica que termina pagando el conjunto del pueblo. Esto es importante porque el 70 % de la producción en la Argentina se hace sobre tierra arrendada.
En la Argentina, país dependiente, las riquezas están en disputa, y esto tiñe y condiciona las posiciones políticas que toma cada sector. Los sectores dominantes, agro mineros exportadores que han reforzado su apropiación del Estado con Milei, lo usan para apoderarse de los frutos de los esfuerzos del pueblo argentino, destruyendo cualquier posibilidad de que otros accedan a ese beneficio y consolidando la dependencia del comprador de turno. Por eso todas las medidas agropecuarias que ha tomado Milei han sido en contra de los pequeños productores (por ejemplo, facilitar las importaciones), destruyendo las instituciones que los atendían como la Agricultura Familiar, INTA, INTI, INASE, Ley Ovina, Instituto de la Yerba Mate (INYM), programa ProHuerta, Programa Cambio Rural, etc. afectando grandemente la soberanía nacional. Un pueblo soberano es aquel que tiene el poder de decisión sobre sus riquezas y hoy Milei y la caterva de obsecuentes aplaudidores han cercenado ese derecho.
Los pequeños productores han constituido la Mesa Agroalimentaria Argentina integrada por la UTT (Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra), MNCI-ST (Movimiento Nacional Campesino Indígena – Somos Tierra), FECOFE (Federación de Cooperativas Federadas), Bases Federadas, FONAF (Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura Familiar). Junto a otras instituciones del agro como la Federación Nacional Campesina, y los movimientos sociales, organizados para dar la batalla necesaria en la calle y las urnas para lograr otra política agropecuaria, a favor del pueblo por alimentos sanos, de calidad y precio justo y por una producción nacional con productores. Conscientes también de que está en juego la patria sabemos que no es una lucha sólo sectorial sino de todo el pueblo argentino. Por ello es sumamente importante la unidad en contra de esta política nefasta.
Seguimos impulsando la más amplia unidad en las calles y en las urnas, para otra política y otro gobierno a favor de las necesidades populares.
Partido del Trabajo y del Pueblo
Partido Comunista Revolucionario
La Pampa