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10 de enero de 2024

El presidente pretende ocultar que estamos en la época del imperialismo

Milei habla de “libre empresa” pero sirve a los monopolios

El presidente Milei, hace pocos días, polemizó con una opiniones dadas por el querido actor argentino Hugo Arana, en 2017, durante una entrevista con Luis Novaresio. Arana, fallecido en el 2020, decía que “La teoría del derrame me parece uno de los más graves insultos. Yo veo la imagen, estoy en mi casa comiendo y le digo al nenito de la calle ‘sentate ahí’, se van cayendo migas y puede comer. Eso del derrame me parece una humillación, una hijaputez profunda”.

Milei le dedicó largos párrafos en las redes sociales, afirmando: “Aquí Hugo Arana repetía una de las frases más aberrantes y mentirosas sobre el capitalismo de libre empresa”. Y a lo largo de la contestación repite esta caracterización de un supuesto capitalismo “de libre empresa”.

Como en tantas otras cosas, Milei miente y parte de bases falsas. No estamos en el “capitalismo de libre empresa”, sino en lo que acertadamente Lenin estudió y caracterizó como la época del imperialismo y las revoluciones proletarias.

Milei, de manera cobarde, niega esta realidad, porque defiende los intereses de los grandes monopolios. Como buen idealista, piensa que, si no los nombra, los monopolios no existen. Repitió este planteo en la introducción a la “Ley Ómnibus” que mandó al Congreso. Allí dice que pretenden “un sistema económico basado en decisiones libres, adoptadas en un ámbito de libre concurrencia y competencia, con respeto a la propiedad e iniciativa privada y a los principios constitucionales de libre circulación de bienes, servicios y trabajo”.

Cuando hablamos de monopolios nos referimos a empresas gigantes que por su importancia en el mercado pueden imponer restricciones a la competencia.

El propio Lenin, reseñando los estudios de Marx, afirmó que “Lo que caracterizaba al viejo capitalismo, en el cual dominaba plenamente la libre concurrencia, era la exportación de mercancías. Lo que caracteriza al capitalismo moderno, en el que impera el monopolio, es la exportación de capital”.

Carlos Marx, y su compañero y amigo Federico Engels, estudiaron y vieron cómo, en ese tiempo donde predominaba el capitalismo de libre concurrencia, la tendencia era a la concentración de la industria y el comercio en empresas cada vez más grandes. Un ejemplo de esto fue cómo analizaron el crecimiento de las empresas ferroviarias.

Milei pretende que compremos su mentira ultraderechista de que vivimos en un mundo en el que los “individuos” somos “libres” que hacemos intercambios “voluntarios” entre nosotros. Para él es lo mismo una gran empresa imperialista, llámese Ford, Toyota, la rusa Gazprom o la china COFCO, que un trabajador o trabajadora que lo único que tiene para vender es su fuerza de trabajo.

Pero resulta que la realidad es tozuda, como decía el mismo Lenin, y se impone. Y la realidad es que vivimos en un mundo en el que dominan los monopolios, tanto en la industria, como en lo agrario, en la energía, en los bancos y en todos los terrenos. Un mundo en el que hay algunos países que son potencias imperialistas, la minoría, que explotan y saquean a la mayoría de los países del mundo, que como Lenin estableció, son países coloniales, semi coloniales o dependientes.

Por eso, conviene tener en cuenta los cinco rasgos fundamentales del imperialismo, que Lenin resumió en su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo:

1) la concentración de la producción y del capital, llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida económica;

2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este “capital financiero”, de la oligarquía financiera;

3) la exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particular; la formación de asociaciones internacionales monopolistas  de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y

4) la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.

5) El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trusts [Lenin utiliza este término, que en el derecho inglés hace referencia a la unión de empresas de un mismo rubro] internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas más importantes potencias imperialistas por el control del mundo.

Como dice el Programa del PCR: “Lenin señaló que el imperialismo se caracterizaba políticamente por el desarrollo del militarismo, el armamentismo, la violencia extrema contra la clase obrera y los pueblos, la escisión del movimiento obrero y, muy particularmente, por la guerra. Y sintetizó: ‘El imperialismo es la reacción en toda la línea’”.

Más allá del palabrerío del presidente y de su odio profundo hacia todo lo que sea socialismo, hacia el que expresa las mentiras más absurdas, lo real y concreto, por las medidas que ha tomado en los primeros días de su mandato, es su rol de gerente de esos monopolios imperialistas, y de los sectores más reaccionarios y fascistas del bloque de las clases dominantes.

Hoy 1993  10/01/2024