En una reciente entrevista con un medio de Estados Unidos, Milei dijo, entre otras cosas: “Amo ser el topo dentro del Estado, yo soy el que destruye el Estado desde adentro”.
¿Es verdad que Milei quiere destruir el Estado? No. Lo que pretende este gobierno es destruir la educación y la salud pública, las empresas estatales, y todas las áreas estatales vinculadas a los derechos conquistados en décadas de lucha obrera y popular.
El propio Milei ha planteado que la base de su programa de gobierno es la “defensa de la propiedad privada”. Y justamente para defender esa sacrosanta propiedad privada de unos pocos es que surgió el Estado en un momento de la historia de la humanidad.
Como hemos demostrado los marxistas hace ya muchos años, y en palabras de Lenin, el Estado “aparece en el lugar y momento en que surge la división de la sociedad en clases, cuando aparecen los explotadores y los explotados” (Sobre el Estado. Conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov. 11 de julio de 1919).
Porque el Estado, prosigue Lenin, es un “aparato especial para el empleo sistemático de la fuerza y el sometimiento del pueblo por la fuerza. Ese aparato es lo que se llama Estado”.
Milei ya ha demostrado que lejos está de querer destruir ese “aparato especial”. Las continuas represiones a las luchas populares muestran lo contrario. Milei busca fortalecer el aparato represivo para hacer pasar su política hambreadora y entreguista.
Si Milei quisiera realmente destruir el Estado, como dice, tendría que plantearse, centralmente, terminar con ese aparato de violencia organizada, como son las fuerzas represivas, las cárceles, el aparato judicial y de espionaje, etc.
Pero este gobierno busca fortalecer un Estado oligárquico-imperialista como el que tenemos hoy en la Argentina. El sueño de este gobierno es volver a los tiempos en que gobernaba Julio A. Roca, y pulverizar los derechos laborales, en nombre de un “nuevo pacto fundacional” que les permita a los grandes oligarcas y a los imperialistas aumentar su saqueo y explotación.
Dejemos a Lenin que le conteste “mientras exista explotación no podrá existir igualdad. El terrateniente no puede ser igual al obrero, ni el hombre hambriento igual al saciado. La máquina, llamada Estado, y ante la que los hombres se inclinaban con supersticiosa veneración, porque creían en el viejo cuento de que significa el Poder de todo el pueblo, el proletariado la rechaza y afirma: es una mentira burguesa. Nosotros hemos arrancado a los capitalistas esta máquina y nos hemos apoderado de ella. Utilizaremos esa máquina, o garrote, para liquidar toda explotación; y cuando toda posibilidad de explotación haya desaparecido del mundo, cuando ya no haya propietarios de tierras ni propietarios de fábricas, y cuando no exista ya una situación en la que unos están saciados mientras otros padecen hambre, sólo cuando haya desaparecido por completo la posibilidad de esto, relegaremos esta máquina a la basura. Entonces no existirá Estado ni explotación”.
hoy N° 2014 12/06/2024