Noticias

08 de noviembre de 2023

Las teorías de la ultraderecha reaccionaria

Milei, sus perros y sus ideas

El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, ha hecho gala de su relación con sus perros, a los que considera sus hijos. Hasta acá, ninguna novedad, no es ni el primero ni el último en considerar a las mascotas como parte de la familia.

Pero la cosa empieza a cambiar cuando conocemos que cuatro de sus cinco perros, llamados Murray, Milton, Robert y Lucas, son descendientes de Conan, perro clonado del que tenía el mismo nombre, fallecido hace unos años.

Bien, extravagancias de gente con plata, se podría decir. Pero el asunto no termina. Varias publicaciones han establecido, y Milei nunca lo desmintió, que se “conecta” con los perros, incluso el ya muerto, a través de Celia Melamed, una “comunicadora de animales” que explica que se “conecta” con las mascotas, “de corazón a corazón”.

En distintas entrevistas, Milei se justificó afirmando: “Lo que hago con mi vida espiritual y en mi casa es tema mío, si Conan me asesora en política significa que es el mejor consultor de la humanidad”.

Los nombres de los hijos de Conan se corresponden a Milton Friedman, Murray Rothbard y Robert Lucas, economistas defensores del libre mercado, algunos muy conocidos entre nosotros, como Friedman, el padre de la llamada “Escuela de Chicago”, la línea económica que presidió en los noventa, durante los gobiernos de Menem y De la Rúa.

Murray Rothbard, por su parte, fue un economista estadounidense de la “escuela austríaca” y el inspirador del “anarcocapitalismo” y de los “libertarios” con los que se identifican Milei y varios de sus secuaces. La “escuela austriaca” tiene como sus representantes más conocidos a Friedrich Hayek y Ludwig von Mises.

 

Economistas al servicio de los poderosos

Hagamos un ejercicio de acercarnos a algunas de las posturas principales de los economistas que inspiran los nombres de los perros de Milei, advirtiendo que estos voceros de las clases dominantes, los “brujos de la tribu” de la burguesía, como los llamaba el camarada Eugenio Gastiazoro, disfrazan convenientemente sus verdaderas intenciones de aplicar programas económicos antipopulares y entreguistas, para beneficio de unos pocos.

Son rabiosamente anticomunistas, y abominan de cuestiones básicas para entender la realidad de la economía y la política: lucha de clases, imperialismo, monopolios, terratenientes, o plusvalía son conceptos abiertamente rechazados por estos economistas, por los que se guían Milei y los suyos, como Diana Mondino, Marra o Lilia Lemoine.

Esos economistas, digamos de paso, nunca han podido prever las crisis capitalistas, ya que ocultan y oscurecen las razones de fondo de las mismas, que sólo pueden ser analizadas desde el marxismo.

Friedman es un viejo conocido de los argentinos. Es sin dudas uno de los principales referentes de lo que se ha dado en llamar “neoliberalismo”, y uno de los fundadores de la Escuela de Economía de Chicago, ferviente defensor del “libre mercado”. Este estadounidense, beneficiado en 1976 con el Premio Nobel de Economía, fue asesor de los gobiernos de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido.

Friedman teorizó que la “hipertrofia estatal” y los “desbordes democráticos” eran los responsables de la “asfixia progresiva de las potencialidades creadoras y libertarias del mercado”. Con esto justificaba no sólo las políticas de ajuste sino, en la práctica, las represiones en nombre del “orden capitalista”.

Uno de los lemas de Friedman era “La lucha por la libertad se reduce a la guerra sin cuartel en contra del Estado”. Esta “guerra” la padecimos la mayoría de los que habitamos en nuestra patria durante el menemismo, con la privatización de la mayoría de las empresas del Estado, las jubilaciones, y la política de la “convertibilidad” aplicada por Cavallo desde el Ministerio de Economía.

Así describía Gastiazoro las aplicaciones prácticas de las teorías de Friedman, durante la década de 1990: “Con la aplicación de la política económica abiertamente liberal llevada adelante por el gobierno menemista, el peso principal del ajuste cayó sobre los sectores asalariados y de producción de bienes, produciéndose una recomposición de precios que favoreció enormemente al sector de servicios. Esto, acentuado desde 1991 por las políticas del ministro Cavallo, derivaría en una drástica disminución en la participación de los sectores productores de bienes en el PBI que, de representar prácticamente el 50% en 1989, cayó a menos del 35% en la década menemista” (Historia Argentina, Tomo 4).

 

Privatización y venta de niños

Robert Lucas, por su parte, otro premio Nobel yanqui, muy “conceptuado” entre los académicos, era promotor de teorías como “el supuesto de expectativas racionales”, en las que explicaba que no había que combatir tanto el desempleo porque se podía generar inflación.

El propio Lucas, en un discurso a los graduados de la Universidad de Chicago, en 1988, se confesaba, diciendo que los economistas “básicamente somos narradores de historias, creadores de sistemas económicos imaginarios” (elpais.com/economia/2023-05-15).

Lucas, en una entrevista en el oligárquico diario La Nación, en medio de la crisis económica del 2008 afirmó, cuando el gobierno de CFK estatizó las AFJP, “fue una muy mala decisión del Gobierno tomar los fondos de pensión; eso no podría pasar en los Estados Unidos, donde se espera que el gobierno ayude a los ciudadanos, no como acá, porque esta decisión de eliminar las AFJP es como robarle el dinero a la gente” (La Nación, 11/12/08).

Dejamos para el final, entre los economistas preferidos de Milei, a Murray Rothbard, un dinosaurio de la derecha yanqui, que polemizó con el nombrado Friedman, porque Rothbard decía que había que cerrar la Reserva Federal yanqui, equivalente a nuestro Banco Central.

Rothbard incursionó en la política yanqui, siendo uno de los fundadores del Partido Libertario en la década de 1970, enfrentando en ese entonces a Ronald Reagan, por derecha. Es uno de los impulsores del “anarcocapitalismo”, que consiste básicamente en poner por encima de todo al individuo, y respetar como principio rector la propiedad privada.

En la práctica, esta teoría en tiempos del imperialismo y del predominio de los monopolios en la economía, está al servicio de los privatizadores a ultranza, renegando de toda expresión de política social por parte del Estado.

Rothbard es el inspirador de Milei en sus peligrosísimas políticas que incluyen la posibilidad de la venta de niños, aunque Milei dijera, cuando lo apretaron en un reportaje, que era un debate “filosófico” para el que la Argentina no estaba preparada.

¿Qué dice Rothbard? En un libro que lleva por título “La ética de la libertad”, hay un capítulo dedicado a “Los derechos de los niños”. Allí podemos leer barbaridades como la siguiente: “a los padres les asistiría el derecho legal a no tener que alimentar al niño, esto es, a dejarle morir. En términos estrictos, la ley no puede forzar a un padre a alimentar al hijo para que pueda vivir”.

Y remata este nazi disfrazado de “libertario”: “Esta norma nos permite resolver algunas cuestiones espinosas, entre otras si les asiste a los padres el derecho a dejar morir (por ejemplo, no dándole alimentos) a un hijo deforme. La respuesta es, por supuesto, afirmativa… No obstante… en una sociedad libertaria esta «negligencia» se vería reducida al mínimo gracias a la existencia de un mercado libre de niños”.

A ver si se entendió: este inspirador de Milei dice suelto de cuerpo que se pueden dejar morir de hambre a “un hijo deforme”, pero por suerte en la sociedad que proponen para que esto no suceda lo pueden vender. Porque «Si un padre es dueño de su propio hijo (bajo los principios de la no agresión y la libertad de escapar), entonces también puede transferir esa propiedad a otra persona», escribió Rothbard.

Estos son algunos ejemplos de porqué Milei, hoy aliado con Macri, representan al enemigo más peligroso que tiene el pueblo y la patria, al que tenemos que derrotar en las elecciones del 19 de noviembre votando a Unión por la Patria, y con la lucha popular.

Escribe Germán Vidal

Hoy N° 1986 08/11/2023