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01 de junio de 2022

Libertad absoluta para los de arriba, prohibiciones para la organización y resistencia de los de abajo

Milei y los libertarios: apariencia y esencia

Javier Milei, diputado nacional, economista y líder de “La Libertad Avanza”, despierta un gran debate y atrae un número importante de seguidores. Detrás del personaje emerge un objetivo caro a las clases dominantes de nuestro país: instalar un piso de ideas de derecha como nuevo sentido común, proponiendo como novedad el viejo programa del más rancio liberalismo autoritario argentino, ya ensayado por la dictadura, el menemismo y el macrismo.

La aparición de los libertarios es una expresión radicalizada del avance de ideas políticas y económicas de derecha en una sociedad vapuleada por una crisis interminable. La derrota electoral de Juntos por el Cambio, en 2019, expresó la búsqueda de otros rumbos ante el desastre económico-social provocado por ese gobierno. Sin embargo obtuvo un piso alto de aceptación política y triunfó en las elecciones legislativas de 2021, ante la retracción de millones de votantes decepcionados con el Frente de Todos.

Quienes sostenemos posiciones democráticas, populares, antiimperialistas y de transformación social profunda, estamos obligados a realizar un análisis más profundo de las causas de este corrimiento a la derecha, del contenido de los discursos, y de por qué son captados amplios sectores sociales, que exceden a los estratos acomodados, abarcando amplios grupos medios en proceso de empobrecimiento, e incluso bajos.

 

No subestimar el estilo y las formas del discurso

Desde su aparición mediática, Milei ha usado y abusado de un efectista estilo agresivo  que lo ha potenciado en el escenario político argentino. Sus actos-shows tienen una cuidadosa puesta en escena, con director, música y símbolos especialmente seleccionados.  Salta, grita, actúa, imposta la voz, insulta, se burla, apela a las emociones y la irracionalidad. La estrategia comunicacional incluye un viejo repertorio aggiornado con  medios tecnológicos para cautivar y enfervorizar al auditorio.

El esquema expositivo es muy simple. Primero  señalan algún fenómeno real que perjudica a la mayoría de la población, lo unilateralizan y aíslan  de otras variables del contexto complejo: “la moneda se ha depreciado; el peso pierde valor; es basura; eso es inflación”. Inmediatamente señalan un culpable: “el Banco Central y los políticos”; y una solución milagrosa: “eliminar el banco Central, el peso y los políticos”. Para eso se necesita un salvador: “Milei 2023”. El feroz antipolítico se postula para ocupar el principal cargo político del país.

Intercalado con este razonamiento lineal repite decenas de veces  en tono acusatorio y burlón: “casta política; políticos chorros; delincuentes;  dejen de robar; econo-chantas; parásitos ladrones; basura de la casta; burros; brutos; aprendan a leer ecuaciones”. Sus improperios arrancan ovaciones de los asistentes, que descargan su bronca -justificada por perder día a día la carrera contra la inflación- directamente sobre “los políticos”.

Consciente de este simplismo falaz, Milei intercala las descalificaciones con nombres de economistas desconocidos para la mayoría y recita postulados de la economía liberal.  La audiencia calla ante el tono “profesoral” y las verdades absolutas ¿Milei es un sabio y todos los demás son burros? ¿O es una burrada dar una explicación puramente monetaria para un problema estructural y multidimensional?

El estilo y las formas recuerdan los preceptos de la propaganda fascista. La repetición machacona de expresiones simples, la elección de un enemigo a quien culpar, la intolerancia a cualquier disidencia, la apelación a la violencia.  Ellos no debaten con nadie, exponen dogmáticamente sus creencias y sus recetas, insultan y denigran, aún a otros sectores de la derecha. Sus seudo-explicaciones cautivan a sectores vulnerados, trabajadores de bajos salarios, precarizados laborales, cuentapropistas y capas medias en picada. Se trataría de una especie de proto-neofascismo, una preparación para un Estado autoritario particular, propio de un  país dependiente, empobrecido y desigual.

Milei confiesa que está “bien pagado por sus conferencias”. ¿Quiénes son los filántropos que financian esas propuestas? No es difícil descubrir a poderosos grupos económicos favorecidos por el desarrollo ideológico de esta corriente funcional a la dependencia nacional y a un capitalismo a rajatabla. Detrás de “la casta” se oculta a los verdaderos dueños del país (los Rocca, Eurnekian, Bulgheroni, Galperín, Elztain, Mindlin, Grobocopatel, entre otros), beneficiarios de la concentración y extranjerización económicas.

 

Los contenidos de la propuesta libertaria

Las soluciones libertarias deslumbran por lo simple y fáciles de lograr. Una muy impactante es “ustedes elegirán libremente la moneda que quieran; da lo mismo que sean euros, yuanes, o dólares”. No admiten preguntas, el que no entiende es un bruto. ¿Nosotros podemos elegir la moneda que circula en los intercambios del país? ¿Podemos obtener la cantidad necesaria de euros o dólares para reemplazar los pesos? ¿Fabricamos, nos prestan, nos regalan divisas? ¿Acaso los EEUU y la Unión Europea no tienen su propia autoridad monetaria, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo? ¿Son burros al imprimir sus propias monedas? Milei grita “No queremos más la moneda de los políticos argentinos”, quiere la moneda de los políticos extranjeros.

Suponiendo que obtenemos una base monetaria en dólares ¿qué pasa el primer día de la dolarización? ¿Circularán dólares suficientes para todos? ¿Canjearán mi salario en pesos por dólares? ¿A qué valor? ¿Los precios de las otras mercancías serán congelados al valor actual? ¿Si con mi jornal diario compro un kilo de carne, un litro de leche, un kilo de pan y el transporte, ahora con dólares en la mano, compro más? Soy un desocupado ¿obtengo empleo al desaparecer el Banco Central y los pesos?

Por ejemplo, un asalariado de $50.000 mensuales en el mejor de los casos recibirá 250 dólares al cambio paralelo. Si pretende acceder a una vivienda económica de 78 m2,  cotizada en 36.000 dólares, necesitará destinar la totalidad de  su ingreso durante 12 años para un objetivo tan lejano como antes.

Mientras tanto, el complejo sojero, que  durante 2021 exportó unos 24.000 millones de dólares, al desaparecer el peso no liquidará esas divisas. Y como además, los libertarios eliminarían retenciones, se refuerza su posición ganadora.

La dolarización  afianza así la desigualdad existente. Un puñado de terratenientes, complejos agroexportadores, grupos financieros, oligopolios industriales y comerciales se beneficiarán aún más, liberados de impuestos, regulaciones y restricciones de cualquier tipo. El resto de la pirámide económica y social verá ampliada la brecha con esa cúpula, debiendo conformarse con “estabilizar” la situación presente. Después de cambiar los pesos por dólares “vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza”.

La ilusión o fetichismo monetario  invierte las relaciones. No es el dólar  el que hace fuerte a EEUU, sino que es el poderío político, económico y militar de esa potencia lo que confiere valor a su moneda.

 

Nada nuevo bajo el sol

Milei no disimula su afinidad con el programa de la dictadura militar;  reivindica sin tapujos a Menem; retoma lo fundamental de la  gestión macrista. Todos culminaron en verdaderas  catástrofes económico-sociales para las mayorías populares y para la nación en su conjunto.

Las clases dominantes impulsan el desprecio por la historia para manipular la memoria colectiva e instalar un sentido común permeable al ideario de la derecha. Si se agrega la impotencia del Frente de Todos en resolver la crisis, se obtiene el clima propicio para que un aprendiz de brujo  parezca un sabio economista y un líder político capaz de resolver los dramas diarios de millones de argentinos.

Los libertarios proclaman la muerte de la casta política, pero representan lo más retrógrado de la misma.  Utilizan demagógicamente el descontento y el resentimiento para desterrar las políticas populares, nacionales, democráticas, progresistas, revolucionarias. Proponen gobernar con la casta de los Milei, Macri, Bullrich, Larreta, Cornejo, “para hacer lo mismo, pero más rápido”, garantizando las reformas laboral, previsional, impositiva, educativa, y todas las necesarias para los objetivos de los poderosos grupos dominantes.

¿Qué queda entonces del furioso discurso libertario? Libertad absoluta para los de arriba, prohibiciones para la organización y resistencia de los de abajo. Reflotan la antigua fábula del zorro en el gallinero, donde el Estado solo interviene cuando las víctimas se defienden y esgrime su garrote para reponer… la libertad de los zorros para devorar las gallinas.

Desnudar ante las masas explotadas y oprimidas la esencia de las propuestas de la derecha argentina en general, y las libertarias en particular, es un paso imprescindible en la lucha por una sociedad liberada en una nación soberana.

Escribe Carmelo Cortese

Hoy N° 1915 01/06/2022