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21 de noviembre de 2018

Marchas y cortes de ruta en Francia

Miles contra el aumento de combustibles

Decenas de miles de personas se movilizaron el sábado 17 y domingo 18 en Francia, para protestar contra el aumento de precios de los combustibles, dispuesto por el gobierno de Emmanuel Macron.

La protesta se hizo sentir en el centro de París, y en cerca de 2.000 puntos de todo el país. Se realizaron cortes en las principales autopistas, en accesos a destilerías, y hasta en el complejo Disneyworld, cercado por los manifestantes que dejaron dos accesos por los que se pudo ingresar gratuitamente.
El motor de las manifestaciones es el movimiento conocido como “los chalecos amarillos”, por la indumentaria obligatoria para los automovilistas cuando tienen que detenerse en una ruta. Estos chalecos amarillos se autovconvocaron por facebook, al margen de los principales partidos políticos y los sindicatos. Expresan la creciente bronca de sectores de capas medias cada vez más empobrecidas, producto de la política de Macron, que está en un 25% de popularidad.
En varias protestas hubo enfrentamientos con la policía, que dejaron un saldo de más de 400 heridos y 160 detenidos. Se calcula que entre el sábado y el domingo se volcaron a las calles 280 mil personas.
Los chalecos amarillos ya preparan una nueva protesta para el sábado 24, y algunos sectores hablan de “desobediencia civil”, negándose a pagar el aumento. Llenar el tanque subió de 45 a 65 euros, y los principales afectados son sectores de trabajadores del interior francés que deben desplazarse hasta 80 kilómetros diarios para llegar a sus trabajos. Con un salario que ni supera los 1.300 euros mensuales, necesitan al menos 350 euros para el auto.

Crece la pobreza
El gobierno de Macron decretó un aumento de los impuestos a los carburantes de 7,6 céntimos por litro para el diesel y de 3,9 céntimos para la nafta “para evitar el uso de vehículos contaminantes y promover la energía limpia”. Los funcionarios justifican el aumento en nombre del cuidado del medio ambiente, la transición a combustibles más ecológicos, y la independencia de los aumentos del precio internacional del petróleo. El ministro de Transición Ecológica, François de Rugy, declaró que “hay que mantener el ritmo de nuestras medidas que servirán para liberarnos de la dependencia del petróleo y evitar que (un aumento de precio del barril) no afecte nuestra economía”, y abogó “por dejar la trampa del auto”.
Con respecto a las protestas, el primer ministro Edouard Philippe, hizo declaraciones que parecen calcadas de los funcionarios macristas: “uno puede manifestar pero bloquear un país cuando los servicios de emergencia tienen necesidad de circular o cada uno tiene necesidad de circular, evidentemente no es aceptable”, precisó.
Varios medios reprodujeron testimonios de manifestantes, que dan cuenta del empobrecimiento de los sectores medios, producto de una política que hace “más ricos a los ricos y más pobres a los pobres”, como describen al gobierno de Macron, al que acusan de soberbio. Una jubilada que gana 1.100 euros al mes afirmó a El País de España: “tengo un pequeño auto diésel con 120.000 kilómetros. Ahora me vienen a hacer creer que contamina más que los aviones, los yates y todos los que ellos me hacen pagar como contribuyente. La comida no deja de aumentar y hasta comprar una torta el fin de semana se ha convertido para mi en un lujo”, protesta. Un trabajador de Bois, en la región de Loire, dijo al mismo medio: “se ha vuelto un lujo ir a trabajar, encontrar un lugar en la sociedad cuando uno habita en el campo. Vivir en las ciudades es imposible. Nada vale menos que 2.500 el metro cuadrado en una ciudad de provincia. Ni hablemos de París, Bordeaux o Lyon. Son inabordables. Ahora quieren darnos 4.000 euros para comprar autos ecológicos ¿cómo los vamos a mantener?”.
Junto al reclamo por el aumento del impuesto a los combustibles, en las protestas se veían carteles y consignas sobre el poder de compra perdido, el aumento de impuestos sin fin, la desertización sanitaria en amplias zonas de Francia porque los médicos no quieren instalarse, el aumento de cargas a los jubilados, o la reducción del impuesto a las grandes fortunas.

Hoy N° 1744 21/11/2018