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19 de agosto de 2015

 En medio de la campaña electoral, se consiguieron 156 lotes con viviendas precarias. El corresponsal de este semanario conversó con Colo, Zulma, Lore y otros compañeros de la ocupación. 

Misiones: Lucha por tierra y vivienda

Consiguieron 156 lotes con viviendas precarias

 

 
 La situación de miles de personas es muy difícil como consecuencia de la crisis del agro, los bajos precios, el trabajo en negro y la falta de perspectivas. Es así que miles tratan de instalarse en Posadas. Estábamos en pleno período electoral y se produjo una toma de tierras y una fuerte lucha para regularizar el asentamiento y lograr condiciones de vida digna. Este es un reportaje a compañeros y compañeras que participaron en esa lucha y aún la continúan.
 
—¿Cómo empezó todo?
—Nosotros estamos construyendo viviendas como parte de una Cooperativa de la CCC, es una zona a más de 15 kilómetros del centro, que antes estaba destinada a la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo. Nos enteramos de que un gran terreno desmontado al lado del barrio en el que trabajamos era de propiedad del municipio. Un compañero hizo una casilla allí porque no tenía donde vivir. El presidente de la Comisión del barrio (vinculado al gobierno) trajo un plano del terreno, eran 6 manzanas, con terrenos dibujados de 10 x 28 metros, un total de 156 lotes. Volvimos a averiguar y  era un terreno del municipio. Nos avivamos y en pocos días nos metimos y ocupamos: uno avisó al otro. Hicimos una reunión de ocupantes y fuimos a la municipalidad a pedir que vengan. Cortamos la calle de entrada al barrio reclamando que vinieran… Vino la policía y nos avisó que nos desalojarían. No dormimos varias noches esperando. 
 
—¿Eran compañeros de la organización? 
—Éramos todo mezclado, de distintos barrios y también compañeros de la CCC de la obra que no tenían casa, y de otros barrios que fueron avisados para venir. Decidimos dejar de cortar y nos instalamos cada uno en su lote, llovió varios días y hacía frío, pero aguantamos, había hambre y se esperaba cada día la represión. 
De la CCC vino don Felipe y otros compañeros, nos habían mandado alimentos y después se pidió solidaridad a los barrios y también por algunos medios. Pasaron dos semanas y fuimos al municipio unos 60 compañeros y el resto quedó en los lotes. Nos recibieron pero no hubo respuesta positiva. Nos ofrecieron que nos volvamos a nuestros barrios y que nos darían “plan techo” (unas chapas y madera para un techito). Se rechazó la propuesta. Finalmente vinieron los funcionarios y comprometieron de palabra que no reprimirían y que se haría un censo y que se abrirían algunas calles. Vinieron máquinas de Vialidad Provincial y abrieron algunas calles. Había sido que entre los que promovieron la ocupación había algunos punteros del ministro de Desarrollo Social, y estábamos también en medio de una puja entre sectores del oficialismo, en el Ministerio, en el Municipio, y del Instituto de vivienda (Iprodha).
 
—¿Cómo siguieron? 
—Bueno. decidimos hacer una concentración frente a la empresa de luz provincial EMSA, fuimos unas 100 personas (estamos a más de 15 km), mientras estábamos en la protesta vino a solidarizarse con nosotros una marcha de la CCC y otras organizaciones (más de 500 personas) que estaban marchando ese día contra la construcción de la represa de Garaví. Esa solidaridad fue decisiva. Nos recibieron a una comisión y se comprometieron a instalar la luz, cambiar el transformador y para eso la municipalidad tuvo que dar un “permiso de ocupación” colectivo. Si no, no se podía iniciar el trámite de luz. Tuvimos allí un gran avance. 
 
—¿Cómo se organizaron?
—En la primera semana funcionábamos con delegados por sector. Se armó una “Comisión Pro Tierra” con 12 compañeros, la experiencia de años de la CCC ayudó mucho para mantener la unidad en la lucha. 
 
—¿Pararon la obra de viviendas? 
—Ya se venían las elecciones de las PASO, hicimos una asamblea y se aprobó hacer un acampe, aprovechar la situación porque había menos posibilidades de represión. Pero teníamos que resolver la situación de los compañeros de la obra. Si dejábamos de trabajar no se terminaban las casas en tiempo y nos podían sacar el trabajo de las viviendas a los compañeros de la CCC. Eso nos podía dividir porque había otros compañeros que no estaban en la lucha por la tierra y seguían trabajando en la obra. Hubo varios problemas por eso, y casi nos dividimos por no discutir bien. Hubo varias broncas, pero se aguantó cona unidad. Ahí fue importante que los delegados de la CCC aprobaran darnos el apoyo concreto en el acampe. Fuimos más de 150 al Iprodha, acampamos y pedimos que nos atiendan. No hubo respuesta. 
 
—¿Cómo fue la lucha? 
—Decidimos tomar el edificio, por lo menos la planta baja y no dejar salir ni entrar a nadie. Había hombres, mujeres y niños. Cortamos las dos manos de la Avenida Andresito. Finalmente nos recibieron y comprometimos retirarnos del edificio; una comisión fue recibida por el municipio a unas seis cuadras, el resto quedamos esperando. Ya llevábamos dos días de acampe y no había respuesta, nos dijeron que no había solución. Ese día algunos compañeros se retiraron al sepelio del compañero Jorge, pero volvieron. Al tercer día nos dieron el apoyo un gran grupo de la CCC y vino el padre Barros (ya en el 2010 nos había abierto la Catedral cuando la represión), nos dijo que era justa la lucha, que los gobernantes tenían que encontrar soluciones para los pobres, nos acercó provisiones y pañales para los chicos y se comunicó con las autoridades. Resolvimos volver a tomar el Iprodha con al apoyo afuera de los compañeros de la CCC con batucada. Después del mediodía apareció el presidente del Iprodha y entró la comisión a negociar. Se terminó firmando un acuerdo por el cual el Instituto se comprometía entregarnos 156 viviendas de madera con techo de cinc y con baño instalado. Ya el Municipio había iniciado la transferencia del inmueble al Instituto para que se pueda firmar el acuerdo. Con gran alegría nos retiramos ya a la tarde hacia el barrio. Habían pasado casi dos meses del inicio de la lucha.
 
—¿Y ahora cómo sigue?
—Bueno, tuvimos que arreglar y discutir varias cosas: primero hicieron un censo definitivo de las 156 familias, después fueron apareciendo nuevas familias con necesidades de terrenos, venían a preguntar a nuestro obrador y tuvimos algunos roces, pero resolvimos que se vayan anotando y que los apoyaríamos en organizarse para lograr nuevos terrenos. Después tuvimos que ver cómo arreglar la continuidad de la obra de viviendas con la Cooperativa de la CCC; estábamos muy atrasados y desorganizados, había peleas entre los compañeros “de la tierra” y los que habían seguido trabajando en las viviendas de la Cooperativa. Ahora estamos en el esfuerzo de volver a reorganizar los trabajos, terminar la obra y seguimos con el compromiso de seguir la lucha para conseguir el agua y la luz y que finalmente nos construyan las viviendas. En el medio de la lucha fueron apareciendo algunas “ayudas” de parte de punteros de distintos sectores del oficialismo, pero sin dar la cara. 
 
—¿Qué pasó con la campaña electoral?
—Nosotros hicimos la campaña de propaganda y reparto del voto en todo el barrio para el Frente Popular, teníamos los carteles del Frente en el obrador de las viviendas que estaba justo en medio de los terrenos de la ocupación, pero no pudimos hacer una reunión grande con todos los ocupantes. 
Ahora después de la lucha tenemos que seguir organizados y confiar en nuestra propia fuerza. Ya asomaron los “ofrecimientos” a algunos compañeros que fueron más visibles por parte de enviados de gobierno. Como se dice: “te soban el lomo” para atraerte de alguna forma. Hay compañeros que se tientan, de eso ya tenemos varios ejemplos en la CCC. Nosotros seguimos firmes en la lucha.