Estamos en horas de definiciones del conflicto que lleva 7 años. El gobierno de Sapag ha hecho una propuesta que es una trampa. Propone comprar los créditos de los acreedores privilegiados que son el Banco Mundial, Sacmi (empresa italiana) y la Provincia de Neuquén, con lo que no se interrumpe el proceso judicial que lleva la fábrica al remate.
Esos créditos servirían para presentarse en remate, compitiendo con cualquiera que se presente. Este escenario de remate que pretende el gobierno es inaceptable para los trabajadores. Por eso la única solución a favor de los obreros es declarar la fábrica de utilidad pública, expropiarla y entregársela a la cooperativa de los trabajadores.
Desde que asumió Sapag lleva una política de patear los conflictos hacia delante y allanar el camino para negociar las prórrogas petroleras a los monopolios que hoy los explotan, en una nueva vuelta de la entrega y el saqueo de nuestros recursos energéticos.
En el caso de Zanón, hizo esta propuesta para ganar tiempo, llevar la situación a octubre, para que la fábrica caiga en la ilegalidad y se complique la producción y comercialización, debilitando la gestión de los trabajadores para imponer así su propuesta de marchar al remate.
Se ha abierto un debate. La dirección política de la fábrica opina que el gobierno tiene un plan A y un plan B. El plan A sería la compra de los créditos, y el plan B sería la expropiación. Esta es una apreciación equivocada. No está en la voluntad del gobierno este plan B de expropiación. La posibilidad de la expropiación sólo está en la fortaleza y la lucha, y no va a ser una concesión graciosa del gobierno provincial.
También plantean que se trate el proyecto que está presentado en la Legislatura de expropiación y estatización. Pero el propio Sapag utiliza ese planteo para evitar que se discuta la salida por el camino de la expropiación, diciendo que no pueden pasar 500 obreros a la órbita del Estado, y que la fábrica debe ser de los trabajadores.
Es decir, Sapag justifica ante la opinión pública su negativa de avanzar en la expropiación, argumentando que no se puede estatizar como propone el proyecto presentado. De esto mismo se agarran otros diputados para justificar su posición negativa. O sea que seguir hablando de estatizar se ha vuelto una traba, ya que el apoyo no es el mismo si se plantea estatizar que si se plantea que la fábrica sea de los trabajadores.
Conseguir la expropiación de la fábrica
La solución al conflicto hoy pasa por plantear y conseguir la expropiación de la fábrica, y que los títulos sean cedidos a la cooperativa Fasinpat. Desde ahí se podrá pelear para que el Estado contribuya con subsidios de energía, con la compra de cerámicos para la obra pública, la seguridad social de los trabajadores, etc.
La lucha por la expropiación será una batalla dura y decisiva. Es bueno aprender de la dureza y combatividad de los pequeños y medianos productores y los pueblos del interior en la lucha agraria que le abrieron la mano al gobierno de los K.
Es necesario incrementar el plan de lucha, presionando a cada legislador y al gobierno para que discuta y apruebe por ley la expropiación de la fábrica. También es necesario llamar a todos los sectores del pueblo de Neuquén, sin sectarismos, para que se manifiesten, apoyen y acompañen la gran lucha que hay que desatar en estos dos meses para dar solución a los obreros de Zanón.