Como resultado de las dos marchas y cortes que la Asoma realizó para exigir subsidios por los graves daños causados por la lluvia y la piedra en los productores, en especial los campesinos pobres y medios ,se declaró la emergencia agropecuaria en la zona y se conformó una mesa de diálogo con autoridades provinciales y municipales para abordar el problema. Se fue gestando una unidad de distintas organizaciones de productores de verdura y flor que participaron de las movilizaciones o movilizaron por su cuenta, como los Productores Autoconvocados.
Al conocerse la vergonzosa realidad de que eran miles los quinteros perjudicados y solo tendrían $ 1.500.000, se decide realizar una nueva marcha unitaria.
Scioli quiere tapar el sol con las manos
La marcha fue convocada por la Asoma, Coop. APPP (Cooperativa agropecuaria Productores Parque Pereyra). Acompañaban desocupados y rurales de la CCC con sus propias exigencias.
El gobernador Scioli, al igual que antes Solá, impidió por la fuerza que los tractores, herramientas de trabajo de los campesinos, entren a La Plata. Pretende tapar el sol con las manos. Quiere ocultar la realidad de miles de familias campesinas sin tierras que, como medianeros, arrendatarios, tanteros, etc. viven una vida miserable, lejos de su tierra o de su país. Sin un futuro para sus hijos que a veces ni pueden mandar a la escuela porque tienen que trabajar. Condenados a abandonarlo todo cuando la cosecha les vino mal o el mal clima, como ahora, los arruina.
No quiere que se conozca que sin subsidios los pobres del campo no pueden sobrevivir, y que cuando dejan la tierra, aunque sea ajena, comienza un drama mucho mayor de desocupación, hambre y desarraigo. No quiere, al igual que el gobierno de Cristina Kirchner, que el grito de rebeldía del paro agrario, con su propia problemática en las quintas, pero confluyendo, se exprese en las calles de La Plata.
Pero la historia no se repite siempre igual, la bronca crece junto con la necesidad y la experiencia enseña, así que tuvieron que recurrir a un policía en bicicleta que se tiró delante del primer tractor simulando un accidente para detener -hasta que llegó el resto de los numerosos efectivos armados hasta los dientes- a los cerca de 500 hombres y mujeres, muchos jóvenes, que corrían con palos en sus manos, rodeando los tractores para tratar de ingresar a la ciudad.
No obstante llegaron a 7 y 32 y cortaron esa importante vía de acceso a La Plata. Desde allí reclamaron la presencia de algún funcionario con decisión política para negociar.
Ante la propuesta de levantar el corte para ir a una reunión, la asamblea decide mantenerlo y esperar el resultado de las negociaciones. Un dirigente de la Cooperativa del Parque Pereyra preguntaba en la asamblea: "¿Qué hace el gobierno de Cristina con 50.000 millones de dólares de reserva si no sirven para ayudar a los que necesitan, para quién los guarda?"
Amenazas
Se recibe la denuncia de la esposa de Néstor Villacorta (secretario de Asoma) que camino a su trabajo fue interceptada por dos hombres con la cara tapada, en un coche oscuro que la amenazaron: "Decile al gordo que si no se deja de joder va ser boleta o alguien de su familia, que sabemos donde está en este momento"
Al regreso de la negociación, la asamblea de cierre se transformó en un verdadero acto unitario. Se encontraba presente una delegación de más de 20 obreros de Mafissa, de la Federación Universitaria de La Plata y un grupo de docentes.Todos se solidarizaron con la lucha de los campesinos y repudiaron la infame intimidación a los dirigentes.
Villacorta decía: "¿Qué logramos hoy? Primero que nos juntamos con otras organizaciones del campo para reclamar. Segundo que llegamos a 7 y 32 a pesar de la represión. Tercero que los comprometimos a conseguir más fondos del gobierno nacional y a conocer los problemas del campo".
En cuanto a las amenazas, dijo: "No me amenazan a mí, amenazan a todos, si me tocan a mí tocan a todos los compañeros que estamos luchando. Está claro que vamos a denunciar lo que pasó hoy, porque es vergonzoso, de patoteros. Hacemos responsable al gobierno nacional y provincial y a toda esa lacra, hijos de la corrupción que trata de callarnos. No me van a callar, salvo que tomen la decisión política de eliminarme, pero no les conviene, porque represento a un montón de campesinos, y la Asoma se ha empezado a conocer y nos hemos conocido con otras organizaciones que hoy están acá". Finalizó advirtiendo que lo conseguido no alcanza: "vamos por más, compañeros."
02 de octubre de 2010
