Por la mañana del viernes, miles de compañeros y compañeras de Capital Federal y del Conurbano bonaerense, de las tres organizaciones que conquistaron la Ley de Emergencia Social, se movilizaron desde el obelisco hasta la Secretaría de Vivienda, y más tarde al Ministerio de Trabajo. La situación no se aguanta más, el gobierno les debe a los compañeros fondos para la concreción de las obras, y los compañeros no pueden llevar el pan a sus casas.
Durante la espera, conversamos con Mariano Sánchez, coordinador del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados de la CCC quien explicaba a este semanario: “Nos movilizamos a Vivienda para seguir con las obras que están paralizadas, y por nuevas viviendas, por el trabajo de los compañeros”. Al Ministerio de Trabajo, explicaba Sánchez, “nos movilizamos por el salario mínimo vital y móvil que hace al salario social complementario, porque según la Ley, el 50% del salario mínimo vital y móvil tiene que ser el salario social complementario y de otros ítems. Y a su vez vamos a reclamar que el Ministerio de Trabajo nos debe más de 4 millones y medio de pesos de cursos que hemos hecho desde hace dos años atrás y no nos han dado el dinero”.
Sánchez explicaba que todo este incumplimiento de los pagos “es parte del ajuste que están haciendo. Ayer les ofrecieron a los docentes el 19% de aumento salarial, cuando la inflación reconocida por el propio gobierno es del 35%, lo cual es un disparate. La situación se agrava, ha cerrado Adidas en Echeverría, han suspendido en Adidas de Chivilcoy, en Renault, General Motors”. Y a continuación agregó: “la recesión va a ser muy feroz, va a haber más pérdida de puestos de trabajo, va a aumentar la pobreza porque los salarios no los quieren aumentar más de las cifras que han dado. Por lo tanto, o se termina con esta política de ajuste o tendremos que tener otra política y otro tipo de gobierno que realmente resuelva los problemas de la gente”.
Pocas obras, crítica situación de las cooperativas
Durante la espera en Vivienda, conversamos también con Ruqui, compañero de la CCC de La Matanza, que trabaja en las cooperativas de construcción, y nos habló directamente de la cruda situación que atraviesan los compañeros con estos recortes. “Nosotros estamos en obra pública, en red de agua. La situación viene difícil: un día tenés, otro día no tenés. No pagan, tenés que estar reclamando, pero son muy pocas las obras que están mandando hacia Matanza. De cinco cooperativas que estaban trabajando ahora hay tres, y a medida que van terminando ya se van quedando sin obra. Esta situación la venimos viviendo desde el gobierno anterior. Veníamos trabajando siete, ocho horas, se fue reduciendo, llegamos a tener 25 obras con personería, se fueron achicando porque no hay obras”.
Provocación represiva
A continuación, la columna se dirigió hacia el Ministerio de Trabajo de la Nación. Pero sorpresivamente, al llegar a la esquina de Alem y Corrientes, a una cuadra del Ministerio de Trabajo, un enorme dispositivo policial –con escudos, cascos y listos para reprimir– cortó el paso a los marchantes. Una delegación fue hasta el Ministerio para hacer el reclamo, mientras la indignación y la bronca de los compañeros se fue expresando en cánticos hacia el gobierno de Macri.
Al finalizar la entrevista en el Ministerio, Freddy Mariño de la Mesa Nacional de Desocupados y precarizados de la CCC dijo que “Nos vamos con las manos vacías. Además, hemos sido provocados por el aparato represivo, seguramente por orden de Triaca. Les hemos presentado esa preocupación: hace veinte años que no se prohíbe que una columna de trabajadores llegue al Ministerio de Trabajo”. Contó Mariño que se acordó una reunión conjunta con funcionaros de Trabajo y Desarrollo social para el lunes 27 (al cierre de esta nota).
“Después del lunes veremos cómo sigue el plan de lucha porque la situación social se agrava día a día. El gobierno tiene respuesta para el FMI, que es el que monitorea la política económica de este país. Tiene respuesta para sus amigos, las grandes corporaciones, pero no tiene respuesta para los trabajadores precarizados, desocupados, de la economía popular que le vienen reclamando deuda de planes hasta por 1.800 pesos mensuales. Una vergüenza: con una inflación que el Indec reconoce que se necesitan 20 mil pesos para no ser pobre y más de 8 mil pesos para no ser indigente, cuando el salario social complementario está en 5 mil pesos”, finalizó Mariño.
Hoy N° 1732 29/08/2018
