Soy de la Federación Ecuatoriana de la Confederación de Mujeres Ecuatorianas por el cambio. Somos de una organización de mujeres de izquierda que activamos en todo el país, una organización de carácter nacional, y tenemos núcleos en distintas ciudades.
Soy de la Federación Ecuatoriana de la Confederación de Mujeres Ecuatorianas por el cambio. Somos de una organización de mujeres de izquierda que activamos en todo el país, una organización de carácter nacional, y tenemos núcleos en distintas ciudades.
Yo participé en el taller de Mujer y crisis mundial. Me pareció que era el espacio propicio para que una ecuatoriana que viene de una organización de mujeres que luchamos por un cambio social pudiéramos compartir la experiencia de lo que está ocurriendo hoy en el Ecuador con un gobierno que ha traicionado a los pueblos, que está golpeando de manera muy dura a las mujeres, a las organizaciones sociales; un gobierno que se dice de izquierda pero que sin embargo no lo es.
Las políticas que están aplicando en Ecuador están cada vez más lejanas de su proyecto inicial y ha empeorado las condiciones de vida de los ecuatorianos; se ha desarrollado una persecución política hacia las organizaciones sociales que cuestionan al régimen y hacia las organizaciones de mujeres. Están siendo perseguidas algunas compañeras como Mery Zamora que es dirigente de los educadores en Ecuador que ha sido sentenciada por ocho años por terrorismo, entre más de 200 líderes sociales que están siendo procesados por terrorismo.
Personalmente, éste es el primer encuentro del que participo, sin embargo nuestra organización, a través de distintas compañeras ya ha participado en diferentes encuentros, cada año. Estoy muy impresionada y emocionada por lo que viven y cuentan las compañeras argentinas. Comprendo que es muy difícil lograr que todas las compañeras de diferentes tendencias, con distinta orientación ideológica, con distinta práctica política, puedan sentarse a conversar y a confluir. Esperamos en algún momento tener la oportunidad en Ecuador de formar un espacio parecido. Tenemos encuentros, congresos nacionales de algunas organizaciones, pero algo así, tan amplio como lo que ustedes tienen acá me parece que es algo digno de aplaudir y de imitar en los demás países de América Latina.
Me parece que este encuentro deja un aporte muy significativo para América Latina. El aprendizaje principal que nos deja es el de la práctica de la unidad. Necesitamos todas las que queremos un cambio social, en la transformación de la sociedad, llegar a un momento en que podamos vivir la igualdad social y de género, me parece que esa práctica de unidad que tienen en Argentina es la que nos enseña a todas nosotras y tomamos la posta.
Jesica Naula
Soy de Ecuador, de la ciudad de Cuenca. Es la primera vez que participo del Encuentro de Mujeres y mi participación puntual ha sido en la de Mujer y Medioambiente, principalmente por la práctica socioambiental que vive nuestro país en este momento sobre todo con el extractivismo de petróleo y de oro. Hemos debatido con las compañeras porque San Juan está en la misma dinámica. Estamos con la megaminería, la inserción de la Monsanto con una planta muy grande como contaban las compañeras de Santa Fe que son conscientes de lo que está pasando. Igual que sucede en el Ecuador. Nosotros tenemos una situación desde 2008 que prohíbe, afortunadamente, el ingreso de transgénicos sin embargo el gobierno ha puesto en duda esa disposición, y desafía a que entren los transgénicos a nuestro país. Es una amenaza para nosotros como pueblo y como pueblo originario porque se pierde la soberanía alimentaria como viene sucediendo en México y en la Argentina. Ahora, América Latina es desnutrida por toda esta situación de las trasnacionales que fabrican alimentos artificiales a nuestros países.
A mí lo que me asombra es la capacidad de movilización que tienen las mujeres de Argentina. El hecho de que 23 mil mujeres se movilicen durante tres días, tiene mucha significancia. Eso no ocurre en otros países del continente. El hecho de que estemos discutiendo, de que tengamos conciencia de la problemática de cada uno de nuestros países es un aporte grande porque es una forma de construir nuevas propuestas. Queremos una América más igualitaria para hombres y mujeres porque tanto hombres como mujeres somos explotados. Puedo ver que la problemática ambiental en nuestros países es muy diversa y la naturaleza no tiene límites, son los estados de los países que le han puesto límites. Nosotros pertenecemos a la naturaleza, no es que ella nos pertenece a nosotros. De ahí el llamado de las compañeras andinas y bolivianas que viven el pachacuti: nosotros como ecuatorianas tenemos el plan nacional del buen vivir. Aunque a pesar de que las autoridades se han prostituido y han visto una manera de manipular a nuestros pueblos originarios, es una forma de vida que quizás sea la mejor para nosotros, porque así vivieron nuestros antepasados. Es una forma de reivindicar también su lucha constante porque en el Ecuador, gracias a ellos se han logrado muchas conquistas como la Constitución de 2008, así como derechos selectivos de los pueblos originarios. El juicio de la Chevron ha sido una conquista más bien de los originarios, y ahora está en peligro los pueblos originarios de los huaoranis, quienes viven en la zona del yasuní que se pretende explotar para que siga la fuga de capitales, que sean pocos los que se enriquezcan con los recursos. Por ejemplo, hace dos semanas se hizo una gran marcha de las mujeres amazónicas en el Ecuador y ellas insistieron y se movilizaron hasta que les den audiencia en el Congreso ecuatoriano. Que la unidad, la fuerza y la discusión y la construcción de propuestas pueden llevarnos a buen puerto.
