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04 de agosto de 2021

Historia del trabajo y la lucha de las mujeres del ARS

Mujeres que hacen barcos

Conversamos con Carolina Antognini, quien es delegada de Comedor y delegada gremial de la Mesa del CD en ATE, y que integra la Corriente René Salamanca de la CCC. Habla sobre este libro Mujeres que hacen barcos, que recorre con testimonios de compañeras y compañeros del Astillero Río Santiago.

Carolina, quien hoy es precandidata a diputada nacional suplente en la lista del Frente de Todos bonaerense, al comienzo de la charla cuenta cómo surge esta iniciativa del libro, en qué condiciones se da: “Después de la lucha con el macrismo y la asunción del Frente de Todos, lo primero que hacemos desde las mujeres, es presentar a la nueva gestión de la empresa una serie de reclamos: protocolos de actuación e implementación de la licencia en la violencia -que después se implementó en toda la provincia de Buenos Aires-, la implementación de la Ley Micaela en la fábrica y algunos otros puntos.

“Aclaro que todo el cuerpo gerencial de la fábrica son hombres. La empresa lo que hace -por septiembre del 2020- es contratar una mujer, una asesora, para entre otras cosas, estudiar el tema de las mujeres y hacer un diagnóstico de situación de las mujeres en la fábrica.

A partir de ahí, comenzamos a trabajar conjuntamente: la empresa, el gremio y las trabajadoras. Se arma un equipo de laburo, empezamos a juntarnos, a debatir y definir entre todas qué hacíamos y decidimos presentarle a la empresa un informe de situación y propuestas: es decir, qué medidas debíamos llevar adelante para cambiar la realidad de las mujeres. Se nos ocurrió hacer entrevistas, punteamos un par de preguntas, a todos les hicimos las mismas preguntas, a los compañeros y compañeras en actividad y jubilados, alumnos de nuestra escuela técnica, compañeros del gremio, gerentes y autoridades de la empresa.

“Hicimos casi 60 entrevistas que aportan al presente de la fábrica, a la perspectiva que tenemos del Astillero y demás. De ahí elaboramos el informe que le dimos a la empresa a fines del año pasado, y ya este año cuando nos empezamos a juntar pensando en qué iniciativa hacer adentro de la fábrica para la lucha de marzo -y en el contexto de la pandemia que era bastante complicado- se nos ocurrió aprovechar toda esa información que teníamos para hacer un libro donde quedara plasmada la historia de las mujeres adentro de la fábrica. Que sea un obsequio, un reconocimiento a las trabajadoras, a las alumnas de la escuela.

“Es un libro escrito colectivamente, que está salpicado por lo que dicen las compañeras y compañeros. Relata desde que se creó la fábrica hasta el día de hoy, cómo fue avanzando el rol de las mujeres adentro de la fábrica y qué necesidades fueron surgiendo.

“En ese momento pensamos que no íbamos a poder, sinceramente, pensamos: ‘estamos locas’. Teníamos un mes para hacerlo, no teníamos más que eso, y después discutimos de dónde sacamos la plata. Lo terminamos haciendo entre la empresa y el gremio. Lo hicimos y lo oficializamos el 8 de marzo, lo presentamos adentro de la fábrica: con compañeros, la empresa, el gremio y estaban de distintos ministerios (Mujeres, Producción, Trabajo, etc.)

 

Historia de trabajo y lucha

“Después, del calor de ese informe que le presentamos a la empresa, también fuimos avanzando en medidas: una propuesta de protocolo de actuación de violencia con un reglamento. Propuesta que venimos trabajando con las compañeras delegadas y algunas compañeras de la empresa desde hace un año.

“Ahora la empresa está analizando. Es una propuesta con reglamento, con la creación de un equipo interdisciplinario que haga un seguimiento, que proponga. Estamos haciendo una adaptación de la Ley Micaela para la fábrica, o sea que la hagan todas y todos los trabajadores. Para eso agarramos ejemplos de situaciones que vivimos cotidianamente en la fábrica y a partir de ahí estamos armando el Proyecto Ley Micaela que la idea es que la certifique el Ministerio. Vamos a empezar a implementarla de arriba para abajo, arrancando por el cuerpo gerencial, la coordinación, las jefaturas.

 

Pelear para mayor cupo de mujeres

El título del libro es Mujeres que hacen barcos. Le consultamos a la compañera si ha habido un avance en la participación femenina, en producción directa. A lo que Carolina respondió: “De 3.100 trabajadores que hay en la fábrica, las mujeres somos 330 aproximadamente, un 10%. En Producción tenemos 20 compañeras trabajando. Un número bajo, con muchas dificultades, primero para ingresar a los sectores de producción y después para sostenerse, porque es diaria la batalla.

“Por un lado, con el macrismo no hubo ingreso a la fábrica, y con el nuevo gobierno -es un tema que está todavía en discusión- no hubo ingresos. Más allá de eso, la Escuela Técnica, las pibas salen recontra preparadas para ir a laburar a producción, las prácticas las hacen en los talleres por lo tanto conocen, igual se les hace difícil. Ellas cuentan que, una vez que dejan de ser estudiantes y pasan a ser trabajadoras lo primero que pasan a hacer es los papeles, en lugares administrativos. Es una batalla, de hecho las compañeras que están, se han bancado una infinidad de cosas para mantenerse en el lugar. Ese es uno de los temas que venimos discutiendo con la empresa, desde ya garantizar que las compañeras egresadas de nuestra escuela sigan ingresando a la fábrica.

“Nosotros tenemos escuelas de oficio que pertenecen a la fábrica, y que normalmente se le dictan a nuestros compañeros, hicimos la propuesta de habilitar las escuelas de oficio para las compañeras que hoy no están en producción, que les gustaría capacitarse.

Hasta ahora están de acuerdo, pero este año por la pandemia no ha habido escuela de oficio. Después también se nos plantea cómo vas acompañando lo que venimos discutiendo, de talleres, de capacitaciones que te ayuden a generar en los sectores las condiciones para que las compañeras se inserten. Cuando desde arriba, desde las jefaturas te dicen: «acá mujeres no queremos, porque son un peligro, las tenés que cuidar». Una parte te lo plantea desde el paternalismo, otra parte, desde otro punto de vista.

 

Debates con perspectiva de género

En relación al cambio de percepción y la integración de las mujeres en la fábrica Carolina analiza que en los últimos años hubo dos hechos que ayudaron al avance: “Por un lado, elegir delegadas mujeres desde el 2006, nos permitió discutir la especificidad, pero debatir, organizarnos, debatir en la instancia gremial, con la empresa, ese fue un punto de inflexión. Otro fue el protagonismo que hemos tenido las mujeres en la lucha contra el macrismo, no se había dado nunca. Desde el debate en las asambleas de sector, en las asambleas generales hasta la lucha en las calles cuando nos mandaron la cana en La Plata. Eso ha hecho que nos ganemos el respeto de los compañeros. No resuelve, pero hay otra mirada de las mujeres. Y hoy hay una asamblea general, y es impensado que no haya una mujer que se suba a hablar. Hasta el 2018, creo que había habido dos casos en la historia de la fábrica. Pero durante la lucha contra el macrismo no faltó asamblea en la que hablara una compañera.

“Hoy a cada debate que damos en la fábrica tratamos de darle una perspectiva de género, y en ese sentido el libro se convierte en una gran herramienta, para adentro, pero también para afuera de la fábrica, porque hace que varios ministerios estén a tiro, aporta experiencia”.

Para finalizar, Carolina cuenta que hacia adentro de la fábrica el libro les permite avanzar en el debate con los puntos arriba mencionados, sumado a un proyecto de baños con perspectiva de género en las zonas de producción. Mientras, las compañeras están expectantes de que la empresa avance con la construcción de dos baños mixtos en talleres grandes, donde hay mujeres trabajando.

 

Hoy N° 1875 04/o8/2021