Una corte federal estadounidense anuló, el jueves 27, la pena de muerte contra el luchador afroamericano Mumia Abu-Jamal, periodista y defensor de las minorías sociales en Estados Unidos.
Le llevó 25 años a la “justicia” imperialista yanqui encontrar “circunstancias atenuantes” a la acusación de asesinato de un policía en 1981.
Por esa acusación falsa, Mumia pasó dos décadas y media en la cárcel, pendiente de una sentencia a la pena capital.
No vaya a creerse que Mumia será liberado; la pena de muerte apenas será conmutada por cadena perpetua.
Todo el juicio estuvo viciado del más asqueroso racismo: durante esa pila de años, los acusadores rechazaron al menos a diez jurados propuestos por la defensa por ser negros, en abierta violación a dictámenes de la Corte Suprema en ese sentido.
02 de octubre de 2010