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30 de julio de 2014

Esta nota es un extracto de investigaciones publicadas en labrujula.com

Narcoescándalo: el zorro cuidando el gallinero

La ruta de la efedrina pasa por la Casa Rosada

En medio de un gran hermetismo oficial renunció al directorio de Enarsa José Granero, el funcionario kirchnerista procesado la semana pasada por ser parte de una organización que facilitaba la importación de efedrina para ser luego exportada a los carteles narcos mexicanos. Durante el periodo que se lo acusa, Granero dirigía el Sedronar, la repartición pública encargada de combatir el narcotráfico.

En medio de un gran hermetismo oficial renunció al directorio de Enarsa José Granero, el funcionario kirchnerista procesado la semana pasada por ser parte de una organización que facilitaba la importación de efedrina para ser luego exportada a los carteles narcos mexicanos. Durante el periodo que se lo acusa, Granero dirigía el Sedronar, la repartición pública encargada de combatir el narcotráfico.
Granero, procesado por la jueza María Servini de Cubria junto a cinco funcionarios más, fue titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) desde el 2004 -cuando llegó de la mano de Néstor Kirchner- hasta 2011 cuando renunció tras tensarse la interna que mantenía con Aníbal Fernández por la órbita en el control de los precursores químicos.
Durante el mandato de Granero hubo un aumento injustificable de la importación de efedrina desde China y la India, parte de la cual se reexportó a México. Esta sustancia de origen vegetal, es uno de los 60 precursores químicos regulados por el Estado debido a que son la materia prima para las drogas ilegales. Principalmente para la metanfetamina.
Según la jueza “autorizaron el incremento de las importaciones de efedrina en un 1.363% en sólo 4 años. Se pasó de importar entre 1.200 a 1.500 kg de efedrina desde los años 1999 hasta 2003, a más de 20.000 kg solo en el año 2007”.
En el 2008, la entonces ministra de Salud Graciela Ocaña incorporó la efedrina como precursor químico y se prohibió su importación. Desde antes de esa decisión Ocaña está enfrentada con Aníbal Fernández, quien intentó quedarse con el registro de precursores químicos del Sedronar.
 
 
¿Quién es José Granero?
En diálogo con el programa radial La Brújula de la Mañana de Rosario Rubén Lasagno (director de la Agencia Periodística OPI Santa Cruz) dialogó sobre el perfil del funcionario desde su paso por Río Gallegos hasta el Sedronar.
“Granero no ha sido un gran destacado, y siempre se lo conoció como un segundo, como un tercero en la línea, nunca tuvo grandes ocupaciones políticas. Pero su mayor cartel fue cuando en los ‘90 se hizo parte del gobierno de la provincia”, comenta Lasagno haciendo alusión al corto período en que Granero debió sustituir al destituido gobernador de Santa Cruz Ricardo Del Val desde julio del 1990 a marzo de 1991. Mientras fue gobierno tuvo la férrea oposición de Néstor Kirchner, pero con la llegada del santacruceño a la presidencia de la Nación y ante la necesidad de rodearse de gente cercana, Granero ganó lugares en la administración nacional.
“Cuando Kirchner asciende a la presidencia, muchos, inclusive gente como Luis Peña que hoy está en el correo era un acérrimo antikirchnerista a tal punto que hacía editoriales durísimos contra Néstor Kirchner que, sin embargo cuando asciende a la presidencia en el 2003 fue uno de los tipos más confidentes y más colaboradores del propio Néstor”, compara Lasagno.
En julio de 2003, a poco de asumir la presidencia de la Nación, Néstor Kirchner firmó el decreto que autorizó la intervención por 180 días del  (PAMI), la obra social de los jubilados y pensionados, y nombró a Granero como su interventor.
Al respecto el director de OPI Santa Cruz reflexiona “con el tiempo la historia te va mostrando con perspectiva, que todo tiene que ver con todo, es decir, el PAMI, el Sedronar, la campaña política de Cristina, que se financió y está comprobado que fue con cheques de gente que está vinculada al narcotráfico. Y esto que salta hoy, es una de las causas más graves que hoy el gobierno tiene que enfrentar”.
Lasagno hace referencia a la causa del triple crimen de General Rodríguez, vinculada a la disputa por la exportación de efedrina a México, donde se asesinó a Sebastián Forza y otros dos jóvenes empresarios. Forza aportó 200 mil pesos a la campaña presidencial de Cristina Kirchner en el 2007.
Pero no es la primera vez que esta gestión del Sedronar está sospechada de dedicarse, más que a su función de combatir el narcotráfico, a realizarlo. En 2008 encuentran 8 kilos de cocaína en la camioneta de la secretaría que se había llevado para ser re tapizada. Los 14 panes de cocaína estaban ocultos en los asientos de la chata oficial, y llamativamente estaban marcados con números y letras, como suele suceder con la droga incautada por las fuerzas de seguridad.
 
 
Los Zacarías, la conexión Casa Rosada
Pero el narcoescándalo que salpicó al Sedronar no queda ahí. Y parece ser la punta de un ovillo que empieza a desenredar y dejar al descubierto una estructura que llega hasta las entrañas del poder.
En el marco de la investigación sobre Granero y lo demás ex funcionarios del Sedronar se dieron a conocer esta semana los cruces de llamadas que tienen como protagonistas a uno de los funcionarios encargado de las autorizaciones para la importación de precursores (tarea que estaba en la órbita del Sedronar y luego de que se conociera el escándalo paso a la del INTI) quien recibió una veintena de  del Servicio de Comunicaciones de la Casa Militar, casi 10 llamados de otros tres abonados distintos de Presidencia de la Nación y una de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Llamados que no serían nada fuera de lo común de no ser porque se dieron siempre en momentos previos o inmediatamente posteriores a que se recibieran los grandes embarques de efedrina sospechados de tener como destino el narcotráfico.
 
 
Los Zacarías
En esta narconovela aparece un apellido clave: Zacarías. Una familia que tiene relaciones directas con los Kirchner y ocupa lugares estratégicos en esta red. 
En el cruce de llamadas se encontraron 34 comunicaciones del secretario privado de Granero, Miguel Zacarías, con distintas líneas de la Casa Rosada. No está comprobado con quiénes se comunicaba pero una pista la pueden dar sus lazos familiares. Tenía por entonces a dos hermanos trabajando en la Secretaría de Ceremonial y Protocolo de Presidencia.
Rubén Zacarías, alias “El Petiso”, un correntino llegado a Santa Cruz en los ‘80 que de la mano de Néstor Kirchner llegó a la gestión nacional. En enero del año pasado, Cristina le aceptó la renuncia. Actualmente tiene un cargo en el PAMI de Santa Cruz. 
El otro hermano de Zacarías, Luis, también integró el área de Ceremonial y actualmente reporta a la privada de Cristina y el menos conocido de la familia es Máximo, que trabajó en el PAMI hasta 2012. Durante un tiempo fue director del instituto en Rosario, luego pasó al área de Protocolo. Es por eso que la jueza Servini Cubría también está investigando esa gestión, que según consta en el expediente habría realizado: “Movimientos extraños con las ambulancias”. Se sospecha en concreto que las utilizaban para el tráfico y movilidad de las drogas.
También esta semana la jueza federal Servini de Cubría decidió allanar la empresa Movistar porque sospecha que se adulteraron registros de la línea de teléfono que utilizaba el ex titular de la Sedronar, José Granero.
 
 
¿Todos narcos?
No es el único caso vinculado a la política. Esta semana también se conocía que un peligroso narcotraficante fue detenido y reveló que es asesor del senador Mario Ishii, ex intendente ultra K del . Se trata de Gustavo Collado Correa, quien integraba una banda que desde 1996 traficaba cocaína proveniente de Bolivia. El legislador kirchnerista se justificó: “No puedo saber qué hacen en su vida privada”.
Todos los elementos van dando lugar a la idea de que poco tiene que ver esto con cuestiones de “negligencia” o “desconocimiento” del accionar narco como se intentó mostrar en un primer momento desde el kirchnerismo. Las llamadas a Casa de Gobierno, los intentos de borrar las llamadas (qué banda por fuera del Estado puede tener la capacidad operativa para obligar a Movistar a borrar registros) y los casos anteriores en los que estuvo envuelto el Sedronar muestran un Estado que desde el brazo que tenía encargado de combatir el narcotráfico y prevenir las adicciones en realidad se hacía todo lo contrario, fomentándolo.
La falta de radarización, la negativa de Aníbal Fernández a avanzar en una ley de derribo, los casos que se conocieron como los de Tognolli, jefe de la policía santafesina, procesado por sus relaciones con el narcotráfico, la trama de la narcobanda policial en Córdoba, la negativa a destruir e investigar las más de 150 pistas clandestinas contabilizadas en el norte del país, un secretario del Sedronar procesado por facilitar el narcotráfico que es premiado con un puesto en Enarsa y luego se da el lujo de renunciar sin que ningún alto funcionario diga una palabra, y una larga lista de hechos dan muestra que el avance de esta década de los narco negocios ha sido posible no sólo por la vista gorda del Estado sino por su participación directa.
Es en ese Estado en el que el secretario de Seguridad Berni pidió la semana pasada que se deposite la confianza para “despenalizar todo tipo de drogas”. Propuso debatir que “los estados sean parte del sistema regulatorio”. Un Estado que no prioriza la salud de las mayorías, que no tiene presupuesto para la recuperación de los cientos de miles de pibes adictos que generó esta década, y que se dedica desde las altas esferas a facilitar el narcotráfico. 
Berni nos vuelve a pedir que pongamos a los zorros a cuidar el gallinero.