En este Mes de la Prensa llegamos nacionalmente al 94%; o sea que no alcanzamos los objetivos que nos habíamos trazado. Es necesario hacer un análisis minucioso de las causas por las que no pudimos cumplir con lo que nos habíamos propuesto y, también, estudiar aquellas experiencias donde logramos llegar y superar los objetivos.
En este Mes de la Prensa llegamos nacionalmente al 94%; o sea que no alcanzamos los objetivos que nos habíamos trazado. Es necesario hacer un análisis minucioso de las causas por las que no pudimos cumplir con lo que nos habíamos propuesto y, también, estudiar aquellas experiencias donde logramos llegar y superar los objetivos.
En una primera lectura podemos decir que en los lugares donde logramos integrar la tarea central de reagrupar las fuerzas populares y lograr la personería del PTP, con la campaña del Mes de la Prensa pudimos avanzar y cumplir ambos objetivos. La complejidad de la situación política, la dificultad para desplegar a fondo las fuerzas partidarias y la contradicción objetiva que significaban las “dos campañas”, más aun al vencer los plazos de presentación de avales y afiliaciones durante y al final de la campaña de prensa, son elementos que incidieron en no poder cumplir con lo propuesto. A esto debemos sumarle que en muchas ocasiones el “apuro” llevó a contraponer –erróneamente– una y otra cosa.
La cifra alcanzada es de todos modos muy importante –muy cerca del doble de la difusión promedio del último año–. El desafío ahora es, apuntando a lo que queda de 2011, sostener los compromisos fijados luego de la Campaña e irlos superando reforzando la estructura del frente de prensa indispensable para lograrlo.
Hacer reales estos compromisos –con el pago semanal– y ampliar más la difusión donde estemos rezagados, requiere de un minucioso balance de lo hecho en el Mes de la Prensa: ver los lados fuertes y los lados débiles, no como “registro” para seguir igual sino para discutir a fondo y resolver lo necesario. “Hacer posible lo necesario” puede transformarse en un cliché si no lo practicamos para superar el atraso en la difusión del hoy: herramienta política principal para un año de mucha disputa, y columna vertebral para organizar en torno a él la imprescindible fuerza propia para torcerle el brazo a la política kichnerista y poder impulsar, con independencia, diferentes niveles de unidad con otros sectores, que se exprese también en lo electoral y nos permita avanzar en un camino liberador.