La noche del martes 13, cerca de las 23, irrumpió la policía desalojando el predio, quemando las precarias casillas, carpas, colchones y pertenencias de los vecinos. A partir de allí y durante toda la noche se entabló un enfrentamiento con las fuerzas represivas hasta la noche siguiente.
A la tarde del miércoles, vecinos, jóvenes y distintas organizaciones estaban presentes cuando la policía hizo un repliegue y se hizo presente una funcionaria asesora del ministro de gobierno que decía traer una propuesta de reunión y que cesaría la represión.
A partir de ese momento, hubo una aparente distensión hasta que la policía rodeó el predio con muchos efectivos, avanzó con la caballería y los grupos especiales, disparando y golpeando a los que se encontraban allí. Fueron detenidas doce personas, vecinos y militantes de distintas organizaciones, entre ellas Mario y Lautaro Cambio de nuestro Partido.
Todos los detenidos fueron duramente golpeados durante el arresto y luego en la Comisaría 2ª donde fueron trasladados. Hasta allí marchó la movilización exigiendo la libertad de los detenidos que se logró pocas horas después.
La resistencia se mantuvo, y luego se hicieron presentes el ministro de gobierno de la provincia y el secretario de gobierno de la Municipalidad, donde se acordó una reunión al día siguiente en el Obispado. Allí se firmó un acta que permite el ingreso provisorio de los vecinos, el ingreso de material precario y el agua. Mientras tanto se seguirá negociando para una solución definitiva.
Este conflicto puso a la luz varias cosas. Primero la imperiosa necesidad habitacional y de loteos sociales; solo en la ciudad de Neuquen hay casi 70 tomas. En la zona del conflicto cercana al río Limay, donde está proyectado el paseo de la costa, chocan los intereses populares con los negociados inmobiliarios que administra Cordineu, un ente creado en su momento por Quiroga y Sobisch, y que hoy hegemonizan funcionarios de la Municipaliad.
Fueron éstos los que pidieron la intervención judicial y policial, y fue el gobierno sapagista el que dio vía libre a la represión. El propio ministro de Justicia y Seguridad César Pérez estaba en las instalaciones de la Despo, comandando el operativo. La llegada de la asesora del ministro de gobierno planteando una tregua, actúo como una emboscada para reprimir a los que resistían la represión.
Los vecinos han vuelto a ocupar los terrenos, y están firmes en que de ahí no se moverán. Lograron un triunfo parcial, logrando demostrar que al igual que con las prórrogas petroleras el gobierno de Sapag, no es como dice, “el cambio positivo”.
02 de octubre de 2010