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11 de julio de 2012


Ni inflación ni devaluación

Hoy 1427 / Nacionalizar la banca y el comercio exterior

La política inflacionaria del gobierno, con la distorsión de precios que provoca el reforzamiento de la estructura latifundista y dependiente, ha llevado a una situación de incremento de los costos de la pequeña y mediana producción, que hace insostenible la actividad de estos sectores, tanto en el agro como en la industria, la construcción, el comercio y los servicios en general. Y, en relación al comercio exterior, este aumento de costos hace cada vez más difíciles las exportaciones, de forma tal que la cuenta corriente del balance de pagos con el exterior se está volviendo negativa, lo que ha provocado la “escasez de dólares”.


Frente a esto, insistiendo en pagar la deuda externa y ajustando sobre el pueblo con la inflación, el gobierno kirchnerista impuso un cepo cambiario indiscriminado y restringe arbitrariamente las importaciones. Pero eso no resuelve el problema de los aumentos de costos de producción, que al contrario se ha agravado por el encarecimiento de muchos insumos, al faltar una política que recupere la energía y los recursos naturales y verdaderamente promueva la sustitución de importaciones, en vez de dejar esto al manejo de los monopolios imperialistas. De igual manera, en el campo, hace falta una reforma agraria que democratice la tenencia de la tierra, en lugar de concentrarla (y extranjerizarla) en manos de grandes terratenientes, como promueve la política kirchnerista.


Tampoco esto se resolvería a favor del pueblo y la producción nacional con una devaluación del peso como empujan sectores opositores, pues eso implicaría un hachazo a los salarios, un achicamiento del mercado interno y un mayor encarecimiento de los insumos para el agro y la industria nacional. Sólo favorecería a los grandes terratenientes y monopolios imperialistas que se dedican a la exportación.


Por eso decimos que junto a un control de cambios, que dé prioridad a las necesidades de inversión de las pequeñas y medianas empresas, es necesario imponer la nacionalización del comercio exterior (con un instrumento como fue el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio, IAPI, durante el primer gobierno peronista), y nacionalizar la banca para defender el valor del peso, proteger el ahorro nacional y garantizar el crédito a la pequeña y mediana producción agraria e industrial, a largo plazo y baja tasa.