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17 de enero de 2024

Ley Ómnibus hacia una Argentina Sociedad Anónima

Ni la Thatcher se animó a privatizar las centrales nucleares

Hace 50 años comenzaba a funcionar el reactor de la central nuclear Atucha I, convirtiéndose así en la primera central nuclear de América Latina. La central nuclear Atucha I junto a la central nuclear Atucha II y Embalse Río Tercero generan energía eléctrica ayudando a evitar la emisión de casi 2 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Este aspecto característico de la energía nuclear frente a la generación de energía térmica (hidrocarburos) es compartido en el hemisferio sur sólo por Brasil y Sudáfrica. Un dato que muestra el club estratégico que supo edificar el Área Nuclear Argentina fundada por Perón en 1950 cuando crea la CNEA.

Esta edificación está siendo atacada como tantas otras. El gobierno de Milei quiere dar vuelta atrás con todo aspecto soberano de nuestra historia. Quiere darnos vuelta como una media para imponer una Argentina Sociedad Anónima. Javier Milei es el instrumento para tal objetivo; el club del petróleo con Paolo Rocca de Tecpetrol a la cabeza, Elon por el litio, con la extranjerización de nuestras tierras y nuestro mar. Se proponen barrer cualquier vestigio de la industrialización soberana en nuestro territorio.

En 1994 en el gobierno de Carlos Menem ya había planteado la privatización de la actividad nuclear en la República Argentina con la Ley 24.804 y el desmembramiento de la actividad nuclear. Ese proyecto menemista fracasó en su objetivo inicial de privatizar dos centrales en buen funcionamiento.

La firmeza de los trabajadores y el conjunto del movimiento popular, que resistió 27 años, sumada a la decisión del gobierno de Néstor Kirchner que logró finalizar la obra de construcción de Atucha II.

La empresa Nucleoeléctrica Argentina, NASA, que renació con la misión de terminar Atucha 2 en el 2006 fue avanzando no solo como operadora, sino como constructora y diseñadora. Avanzando en una alianza con la CNEA para terminar la construcción de nuestro primer reactor de diseño nacional; el reactor Carem. Así se consolida en julio del 2023 firmando el contrato para la terminación del edificio del reactor Carem celebrado entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la NA-SA. Allí se formalizaba la nueva relación contractual a través de la cual la empresa operadora de las centrales nucleares argentinas NASA volvía a constituirse como contratista de la CNEA en la construcción del edificio, un rol que había ejercido en la primera etapa de esa obra, desde 2014 hasta 2017.

La Ley Ómnibus plantea la privatización de las centrales nucleares en operación y podría avanzar en nuestro emblema de diseño nacional que juega a la vanguardia mundial de los reactores pequeños y modulares en el mundo, el nicho de los SMR. Ni la Tatcher se animó a tanto.

Los factores de seguridad de las centrales nucleares implican mucha inversión en seguridad y controles retroalimentados del sector público. Existen varios casos exitosos de esta sinergia valiosa con la CNEA para resolver aspectos complejos y singulares de la producción. Un aspecto es el regulatorio que hoy descansa en otro organismo público, pero con distinta dependencia orgánica en el Estado bajo control exclusivo del Poder Ejecutivo de la Nación para y la CNEA. Es decir, ya no será Javier Milei o quien lo suceda en el actual gobierno. Tampoco el Poder Legislativo, quienes decidan si una central nuclear argentina se repara o no, se mejora o no, sale de servicio o no, si se revende a terceras partes o no. Será el nuevo dueño de NA-SA. La aparición de un “Señor Burns” como en “los Simpson” que decida sobre un tema tan sensible es la búsqueda de esta ley ómnibus hacia una Argentina Sociedad Anónima.

La Ley Ómnibus plantea regalar la empresa sin condiciones. Abre la posibilidad para que la compre algún privado que le saque todo el jugo posible y luego la cierre (dejando los gastos del retiro de servicio y decomiso al Estado). Están pasando una topadora sobre la joya del programa nuclear más dinámico y exitoso de todo el Hemisferio Sur. Están atentando contra nuestra industria nuclear soberana.

 

Escribe Rodolfo Kempf

Hoy N° 1994  17/01/2024