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15 de febrero de 2012


Ni Morales Solá se atreve a tanto

Hoy 1406 / Algo más sobre las visiones tuertas de nuestra historia

En su discurso del martes 7 de febrero, la presidenta Cristina Fernández volvió a utilizar el rechazo al bloqueo anglo-francés en 1845 para reivindicar “la égida del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas” (ni del “Don” se olvida), como pretenden los “procesistas” utilizar la Guerra de Malvinas de 1982 para darle un carácter “nacional” a la dictadura militar.

En su discurso del martes 7 de febrero, la presidenta Cristina Fernández volvió a utilizar el rechazo al bloqueo anglo-francés en 1845 para reivindicar “la égida del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas” (ni del “Don” se olvida), como pretenden los “procesistas” utilizar la Guerra de Malvinas de 1982 para darle un carácter “nacional” a la dictadura militar.
Pero ella, en su relato que escinde lo nacional de lo democrático (lo primero sería aplicable a Rosas y al rechazo a las invasiones inglesas de 1806 y 1807, “cuando todavía éramos colonia española”, recordó), ahora usa lo democrático (coincidiendo en esto con los detractores socialdemócratas de Clarín y La Nación) para denostar la justa defensa de nuestras islas Malvinas (no menciona las Georgias y Sandwich del Sur) ante la nueva invasión inglesa de 1982 atribuyendo la extraordinaria movilización popular que concitó la misma (de “algunos habitantes”, dirá luego), a “los medios de comunicación que convirtieron como causa masiva esto”. Hasta llegó a comparar ese apoyo popular con la utilización de la manifestación futbolera (esa sí “circunstancial y manipulada”) de 1979 por la avenida de Mayo, porque “habíamos ganado el Sub-20 en Tokio, Japón”, para escrachar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ni Joaquín Morales Solá se atreve a tanto, pues reconoce “que hubo un amplio apoyo social espontáneo en el primer (¡!) momento, tal vez como consecuencia de un viejo (¡!) sentimiento nacional sobre las Malvinas” (La Nación, 8/2/2012).
Al respecto viene bien recordar lo que dice nuestro Programa: “La guerra de Malvinas conmovió profundamente a la sociedad argentina, a todo el pueblo. Todo lo que se ha hecho después para que se olvide la guerra, para desmalvinizar, tiene que ver con la profundidad de los sentimientos que se removieron con motivo del desembarco argentino en las islas, de la agresión inglesa posterior y de la lucha contra esa agresión. (…)
“La Argentina, un país de un olvidado rincón del mundo, se atrevió a levantarse en armas para recuperar un pedazo de su territorio en manos del imperialismo inglés. El poder estaba en manos de una dictadura prooligárquica y proimperialista, pero, al igual que en 1806 y 1807 con las invasiones inglesas –cuando vivíamos oprimidos por el virreinato colonial español–, el pueblo supo ubicar a su enemigo principal, por encima del carácter tiránico del gobierno y las pretensiones de la dictadura militar de utilizar la guerra para blanquear los 30.000 detenidos-desaparecidos e intentar perpetuarse en el poder. En cambio, políticos como Frondizi y Alfonsín trabajaron para la derrota mientras trajinaban de reunión en reunión negociando la herencia del ‘proceso’”. (Programa 11 Congreso, Partido Comunista Revolucionario de la Argentina, 15 al 17 de febrero de 2009).