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26 de marzo de 2015

La reciente firma de los convenios con China abrió un importante enfrentamiento entre el grupo Techint y el gobierno K. Y una enconada disputa en el seno de la UIA.

Ni una tonelada de acero chino en Argentina

Defender nuestro trabajo y recuperar el patrimonio nacional

Promovido por Paolo Rocca, quien se opuso de entrada a la firma de los acuerdos, el tema se instaló en el mundo empresario. Y ha repercutido entre los trabajadores de Siderar.

Promovido por Paolo Rocca, quien se opuso de entrada a la firma de los acuerdos, el tema se instaló en el mundo empresario. Y ha repercutido entre los trabajadores de Siderar.
China es el mayor productor de acero del mundo: 830 millones de toneladas, el 50% de la producción mundial. Y tiene un serio problema de sobreproducción por lo que coloca el acero que le sobra en el mercado exterior a precios por debajo del costo de producción (dumping).
Latinoamérica es su segundo mayor mercado: las ventas en la región, según Página 12, pasaron de 0.3 millones en 2005, a 8 millones en 2014.
 
El caso europeo
La Unión Europea produjo acero en 2007 por 210 millones de toneladas, para caer, en 2014, a 169 millones. En el mismo periodo, el acero chino se pasó a exportar a Europa: 93 millones en 2009, a 337 en 2014. Mientras la industria del acero europeo de alta calidad se hunde por falta de protección, el acero chino, de mala calidad pero más barato, avanza y amenaza quedarse con todo el mercado en no más de 20 años. Mientras tanto, la industria perdió 40.000 puestos de trabajo.
 
América Latina
El año pasado, según informes de la Universidad de Boston, Brasil recibió del gigante asiático inversiones por 8.600 millones de dólares y Argentina 7.000. En toda América Latina, China prestó más de 22 mil millones, superando en un 10% el financiamiento conjunto del Banco Mundial y el BID. Esos fondos se canalizaron a la minería, energía, transporte y transmisión eléctrica, principalmente.
Esta nueva potencia imperialista desembarcó en la región con gran ímpetu: desde la gigantesca represa Cepernic-Kirchner en Santa Cruz hasta el nuevo canal para unir el Pacifico y el Atlántico en tierras nicaragüenses, donde ha invertido 175 mil millones de dólares; y prometió 250 mil millones más para los próximos diez años.
La política de Beiging, consistente en intercambiar infraestructura y bienes industriales por materia prima -que acaba de ser ratificada por el Consejo de Estado Chino-, delata su carácter y esencia imperialista.
 
El grupo Techint
El grupo Techint ha crecido en forma desmesurada en los últimos años, fruto en primer lugar de la superexplotación de sus trabajadores, pagando muy por debajo del precio internacional de la mano de obra que utiliza, y con la tercerización de la mitad de los trabajadores que garantizan el funcionamiento de la Planta General Savio, quienes cobran el 50% del salario de los efectivos de Siderar. También de las múltiples transferencias estatales que recibió, como la estatización de su deuda externa, la protección del mercado por medidas antidumping, precios subsidiados de la energía, privilegios en contratos de obras públicas, la escandalosa y fraudulenta entrega de Somisa y muchas más. Con esas superganancias se expandió en América y Europa. Hoy es un grupo que disputa la hegemonía en América Latina y se ha insertado en el mercado internacional con plantas en Brasil, México, EEUU, Arabia Saudita, Rumania, China, Indonesia, Canadá, Italia.
 
Techint versus China
La contradicción entre el grupo Techint y los chinos, es una contradicción entre una empresa monopólica e imperialista italiana y una potencia imperialista joven y agresiva. Está en disputa el mercado latinoamericano y el nacional. El ministro Axel Kicilof, en una reunión con la UIA habría explicado, sin ponerse colorado, que “no debían preocuparse por los convenios firmados porque el mercado argentino es “chico” para las aspiraciones chinas” (¡!).
Sin embargo el ingreso de acero asiático en nuestro país, con el disfraz que tenga, acarreará serias consecuencias a los trabajadores siderúrgicos y las industrias que abastecen a la siderurgia. 
Cada tonelada de acero que ingrese implicará, inevitablemente, la pérdida de puestos de trabajo. Allí está el ejemplo europeo.
No se trata de “alinearse” con Rocca contra los chinos, sino de tener una posición independiente en defensa de nuestra fuente de trabajo y para avanzar en recuperar para el patrimonio nacional nuestra “madre de industrias”. Para el desarrollo pleno de una industria clave que produzca acero plano, no plano, rieles para el desarrollo ferroviario, perfiles pesados para la industria de la construcción, chapa naval para la reconstrucción de la flota mercante y la de guerra para la custodia de nuestro mar y para mantener el control sobre nuestra Antártida Argentina, hoy “concesionado” a la Armada Rusa. Como era Somisa, en el ideario de su creador, el general Manuel N. Savio. 
Tarea que sólo será posible llevar adelante con un gobierno verdaderamente popular en nuestra Argentina.