Este patrimonio, construido durante décadas con el esfuerzo, el sudor y la inteligencia del pueblo trabajador, hoy está en la mira de los monopolios y sus testaferros locales para ser saqueado y puesto al servicio de sus obscenas ganancias.
El objetivo central de este plan vendepatria es la transferencia de Nucleoeléctrica Argentina (NASA) a capitales privados. Esta empresa, fruto de la monumental hazaña colectiva que fue la terminación de Atucha II y la extensión de vida de Embalse y Atucha I, genera un superávit que debe ser reinvertido en el pueblo. Sin embargo, el régimen de Milei y Villarruel pretende regalársela a los grandes grupos económicos para que se lleven todas las riquezas, condenando al pueblo a pagar tarifas leoninas por una energía que le pertenece.
Esta ofensiva no es un hecho aislado. Es la punta de lanza de una política de destrucción nacional integral que incluye:
- El desguace y desmembramiento planificado de la CNEA, columna vertebral de la investigación nuclear nacional.
- La paralización criminal del proyecto CAREM, orgullo de la tecnología soberana, abandonado a su suerte.
- La privatización de la producción de radioisótopos médicos en el RA-10, poniendo en riesgo la salud de millones.
- La entrega de la Planta de Agua Pesada (PIAP) a través de un endeudamiento provincial con capitales foráneos.
- El estrangulamiento presupuestario de decenas de proyectos de desarrollo, dejando a las fuerzas populares del sector en la miseria.
Los gremios y sectores populares han alzado su voz de protesta, denunciando la situación de hambre y explotación a la que son sometidos por el gobierno de Milei. Un reciente comunicado de ATE CNEA señala con crudeza: “los trabajadores y trabajadoras del área nuclear sufrimos un congelamiento salarial que empujó a más del 80% del personal a cobrar salarios por debajo de la línea de pobreza. Las jubilaciones compulsivas están dejando áreas enteras acéfalas y sin pase a planta permanente, becarios y contratados abandonan el organismo”. Esta es la estrategia del gobierno: empobrecer, desmoralizar, vaciar y luego entregar a precio de remate los activos nacionales.
La estafa económica es monumental. Como denuncian especialistas orgánicos al campo popular, en la privatización de NASA, la CNEA perdería 200 millones de dólares por la cesión de sus acciones a la Secretaría de Energía, dinero que terminará en manos de un privado. Es un robo descarado al pueblo trabajador. Además, el gobierno de Milei busca endeudar a la provincia de Neuquén con capitales extranjeros para la PIAP, completando el círculo de la entrega. Todo indica que el beneficiario final será el grupo Pérez Companc, que ya controla empresas subsidiadas por el Estado para la producción de combustible nuclear.
¡Es el gobierno de Milei financiando a sus propios verdugos!
Frente a esta agresión, las fuerzas populares no se cruzan de brazos. Convocan a un “Cabildo abierto por la soberanía energética” el viernes 26 de septiembre en Zárate. Este espacio es fundamental para forjar la unidad obrera y popular y organizar la resistencia contra la entrega del gobierno de Milei. Es la lucha por el control del 8% de la matriz energética nacional, que se perdería con este crimen de lesa patria.
Las exigencias son claras y representan la voluntad popular
No a la privatización de las centrales nucleares. Recomposición salarial urgente para terminar con la pobreza en el sector.
Pase a planta permanente de todos los becarios y contratados.
Presupuesto genuino para reactivar todos los proyectos de desarrollo soberano.
Cese inmediato de todo intento de privatización y entrega del gobierno de Milei.
La defensa del patrimonio público en las centrales nucleares es la defensa de la soberanía nacional. Es una lucha de clases contra el imperialismo y su gobierno lacayo de Milei y Villarruel. ¡Solo la movilización combativa y unitaria del campo popular podrá derrotar este plan de entrega!
Corresponsal
hoy N° 2078 24/09/2025