La cuestión que nos convoca sigue siendo siempre la misma; porque la convocatoria que hemos vivido a lo largo de este conflicto que atravesamos los productores y buena parte de la sociedad argentina, era el decir basta a una forma de gestión de gobierno y plantear un proceso de perspectivas, de federalismo, de igualdad de oportunidades. Yo creo que lo que estamos expresando acá es lo mismo: volver a recuperar perspectivas, aunque tengamos 80 años y seamos jubilados. Gloriosos jubilados que acá están presentes y que dicen: queremos el 82%. Y ni hablar si se es desocupado y además joven. No solamente el tener el derecho a plantear la perspectiva de futuro. Sino además, cuánto más derecho a esa perspectiva y a ese futuro, si además se es joven. Y acá hay miles de jóvenes que tienen 20, 25, 30 años y tienen todo por delante. Cuando se es joven es distinto, porque además al tener más adrenalina, más bronca, más ganas… se tiene mucho más tiempo y mucha más esperanza. Por eso es que es tan importante que haya jóvenes que estén dispuestos a pelear y que le digan no al paco, que le digan no a la marginalidad, que le digan no a todas esas porquerías que les quieren meter; y que digan que vamos a pelear para construir un presente y un futuro. Así que a esos jóvenes, bienvenidos.
A esos jóvenes los ayudaremos para que sean el presente y el futuro –la generación maravillosa–, si además hay tipos de 40, de 50, de 60 que también sean maravillosos y que puedan dar ejemplo.
Recién los periodistas preguntaban ¿qué pasa, la Federación Agraria viene a acompañar? Como si viniéramos a devolver gentilezas a quienes acompañaron en su momento. Parece que cuesta entender que seamos parte, en lugar de ser acompañantes solidarios. Y esto me parece que es central. Nosotros no venimos a acompañar al MST o a la Corriente Clasista y Combativa o a los sectores que están acá convocando y participando, a cada uno de los movimientos sociales, de las expresiones políticas. No venimos a acompañar. Sentimos que somos parte de lo que hay que resolver, esta es la diferencia. Que los movimientos sociales nos encontremos, más allá de lo que pasa en las cúpulas de las dirigencias. Es tiempo de resolver eso y entender qué es lo que quiere el pueblo, que no tiene que ver en cómo piensan y cómo se acomodan algunos dirigentes de las expresiones sociales inclusive. Sino cómo ese pueblo se expresó cuando se tuvo que expresar, eligiendo entre una plaza y otra plaza. La plaza que representaba la salida, la democracia, el federalismo y de alguna manera la esperanza. Ese proceso popular es lo que hay que identificar y no confundirnos con las divisiones que nos quieren poner.
Hay que empezar a entender que lo que se quiere es que la cosa cambie en serio y que le agreguemos a lo que le faltan algunas definiciones. Hay que agregar a lo que ayer en La Pampa, dijo la presidenta de la Nación que está a favor de la regulación, que está a favor del rol del Estado, lo que hay que agregar es: ¿a favor de quién? ¿La regulación y el rol del Estado para quién? Si es el rol del Estado como ha sido hasta acá, para las exportadoras, para los que explotan los recursos naturales, la minería, el petróleo, para los que vienen a hacer negocios como el tren bala o para aquellos que siguen siendo los ganadores por las privatizadas, por los servicios y por todo lo que además de los subsidios van a recibir tarifazos…
Estamos en contra de la desigualdad. No es solamente el planteo de los productores del interior, los chacareros, los campesinos, sino que es el planteo de un modelo de país federal, con distribución en serio de la riqueza, con igualdad de oportunidades y que básicamente garantice el presente y la felicidad para todos. Y es ahí donde también queremos valorar a los legisladores nacionales que nos acompañan, de las distintas fuerzas, que hoy van a recibir a esta delegación, para plantear no solamente por la expresión de un proyecto de ley que se podrá escribir y que podrá tener estado parlamentario, sino que plantee la voluntad de que gradualmente vayamos corrigiendo las desigualdades para estar, más allá de lo que las dirigencias se ubiquen, en consonancia con lo que los pueblos quieren. Y los pueblos más tarde o más temprano saben darse los procesos para lograr la felicidad que quiere desde siempre y que queremos que se haga realidad. Por eso, la Federación Agraria Argentina, de alguna manera también la Comisión de Enlace de entidades agropecuarias no solamente acompaña, dice presente y se compromete en el proceso de transformación por el presente y la felicidad de todos los argentinos. ¡Adelante, a no bajar los brazos y hasta la victoria siempre!
02 de octubre de 2010
