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07 de marzo de 2018

No al arancel para extranjeros

Reproducimos una declaración de la Corriente Estudiantil Popular y Antiimperialista.

A través de un proyecto de ley del diputado Petri de Cambiemos, se propone arancelar el acceso a la salud y la educación superior para los extranjeros. Según datos del Ministerio de Educación, somos 1.902.935 estudiantes universitarios, de los cuales 35.577 somos de origen extranjero que asistimos a la Universidad pública. Es decir, el 1,86%.
Teniendo en cuenta la baja incidencia del total, ¿es realmente un problema central? A su vez el proyecto indica que se cobrará a todos los que no tengan residencia permanente. ¿Qué estudiante sin residencia permanente en el país puede estudiar una carrera que dura como mínimo cinco años? Entonces ¿qué es lo que se busca detrás de esta medida?
Es una medida xenofóbica y totalmente absurda si tomamos en cuenta los datos mencionados. Por lo tanto, es una ley que abre las puertas para el arancelamiento de toda la Universidad, ya que hay que tener en cuenta que la perspectiva que tiene el gobierno de Macri sobre la educación no es considerarla un derecho sino como un servicio.
La forma de materializar esa concepción es bajando la inversión estatal a la universidad pública, supliendo esa baja cobrándole a los que asistimos a la universidad y con aportes de sectores privados (monopolios extranjeros), que buscan obtener profesionales y técnicos para maximizar sus ganancias de nuestra economía dependiente.
Varios hechos y definiciones del gobierno confirman esta visión del macrismo en la educación. Desde los dichos del presidente de “el que puede ir a la privada” y el que tiene que “caer en la escuela pública” y pedir a las universidades un esfuerzo “para reducir el gasto”; el recorte presupuestario del 17% en funcionamiento universitario, hasta la presentación de su reforma educativa materializada en el Plan Maestro, un proyecto de Ley que combina lo peor de la política educativa: las recomendaciones del Banco Mundial y el plan Bolonia.
Dicho proyecto reafirma la Ley de Educación Superior, violando la autonomía universitaria al afirmar las evaluaciones externas a través de la Coneau y equiparando instituciones públicas con las privadas. Además impulsa el -ya aprobado- Sistema Nacional de Reconocimiento Académico (SNRA) a través de créditos que afectará gravemente los cogobiernos y provocará precarización a docentes y tercerización laboral. El objetivo primordial del Plan Maestro es la “flexibilización” de los planes de estudio acortando la duración de las carreras para tener una “educación técnico profesional que articule la matriz productiva y la matriz educativa”.

 

La doble vara del gobierno
Teniendo en cuenta que nuestra matriz productiva es agro minera exportadora, controlada por monopolios imperialistas y que se cumplen 100 años de la Reforma Universitaria de 1918, el arancelamiento y el Plan Maestro es una contrarreforma que perjudica los intereses populares y de nuestro país.
Esta es la doble vara del gobierno, que quita derechos al pueblo extranjero que reside en nuestro país mientras otorga jugosos beneficios con la quita de retenciones, toma de deuda y la devaluación a los monopolios y terratenientes extranjeros como Lewis, Benetton, el imperialismo chino, el inglés y el ruso.
El arancelamiento presentado para los extranjeros, es parte de profundizar un modelo educativo para pocos, una universidad que esté al servicio de la dependencia.
Esta situación exige que la Federación Universitaria Argentina (FUA) deje de estar paralizada y comience a coordinar acciones para impedir la aprobación del arancel y defender la universidad pública.
Es lamentable el papel de su conducción, la Franja Morada, que elige polemizar el arancelamiento a través de declaraciones por las redes sociales, pero no convoca a su Junta Ejecutiva hace más de seis meses. Teniendo en cuenta que la presidenta de la FUA, en su rol de diputada de Cambiemos, votó a favor del ajuste a jubilados y pensionados en diciembre, ahora se suma este accionar tibio ante la propuesta de Cambiemos, lo que dificulta frenar el arancelamiento y la política educativa de Macri.
Reafirmamos la necesidad de tener una universidad científica, democrática y popular que solo será posible a través de la liberación de nuestro país de las cadenas que nos atan a diferentes potencias extranjeras. En el camino a esa universidad del pueblo liberado es que levantamos las banderas de la Reforma Universitaria de 1918 que con la lucha impuso la Educación Superior pública, gratuita, cogobernada y laica.
La única manera de homenajear a los estudiantes que hace 100 años conquistaron la Reforma es enfrentar, desde los cuerpos de delegados y con la más amplia unidad estudiantil, los planes que Macri tiene en la educación.