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15 de mayo de 2013

No al desalojo del Patio de Froilán

Santiago del Estero

El domingo 27 de abril, los cientos que asistieron al encuentro, escucharon conmovidos y atónitos las noticias que circulaban en boca de Josefina Racedo y Tere Castronuovo sobre la inminencia de desalojo a las familias que viven en esas 12 hectáreas amenazadas hoy con la tala, el desalojo y el desarraigo.

El domingo 27 de abril, los cientos que asistieron al encuentro, escucharon conmovidos y atónitos las noticias que circulaban en boca de Josefina Racedo y Tere Castronuovo sobre la inminencia de desalojo a las familias que viven en esas 12 hectáreas amenazadas hoy con la tala, el desalojo y el desarraigo.
La ley del gobierno provincial que habilita la construcción de cerca de 1.000 viviendas en 47 has de la zona sur de la ciudad de Santiago, era desconocida para los asistentes. Las obras estaban a la vista: en un gran descampado, a la otra orilla del canal, las máquinas trabajaban sin cesar y era domingo.
¿Qué los apuró a los constructores? ¿Qué les motivó el acelerado desmonte? ¿Qué plazos deben cumplir que no les permitió hablar con los pobladores, explicar el plan de gobierno, recibir respuestas, conocer la historia, la vida, la cultura de esa zona? ¿Por qué no seleccionar otra área para ese plan?
Las 23 familias que viven junto al patio, organizadas como comunidad indígena Tonocoté, no pueden ser desalojadas, pero las amenazas llegan a diario, ya han logrado que algunas familias que vivían en otra parte del predio, acepten y se vayan.
Las distintas autoridades -incluido el propio gobernador- les han dado, en sucesivos momentos, explicaciones para tranquilizarlos diciéndoles que no serán removidos de su casa, de su patio al Indio Froilán y su señora Tere Castronuovo pero no tienen nada escrito que así lo afirme y garantice.
Los vecinos, las familias de la comunidad, los integrantes del patio quieren quedarse, continuar su vida, mantener la dignidad de sus días de trabajo. Así tomaron el micrófono y transmitieron su dolor al aire, una joven, un hombre mayor y muchos otros. Luego, todos se sumaron a la caminata que recorrió la zona que estamos defendiendo y pudieron ver de cerca la devastación y quizás, lo que en el futuro va a significar para estos pobladores el plan en marcha.
Tere y otros amigos contaron los proyectos que hace tanto tienen para sostener y revalorizar el patrimonio cultural, humano y el natural. 47 hojas con firmas en un instante, dieron la prueba de la necesidad de defender el patio, las familias, el monte y la cultura popular de Santiago.
Hoy sigue la lucha, invitamos a todos a adherir con su firma al reclamo ante el peligro de la destrucción de este espacio de encuentros, de estos predios con familias, lugares que nos dan identidad, no sólo a los santiagueños sino a los argentinos todos.