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25 de junio de 2014

El discurso de la señora Presidenta en Rosario develó el significado de la afirmación del ministro Kicillof, cuando dijo: “Quédense todos tranquilos, esto está estudiado en profundidad”.

No pagar deudas ilegítimas

Ante el chantaje de los buitres de afuera… y los caranchos de adentro

La mayoría de los políticos burgueses (no por inocentes sino por su ideología) se sumaron al chantaje, de los buitres… y del gobierno kirchnerista, de “un nuevo default” (cesación de pagos). Los 1.330 millones de dólares del fallo del juez yanqui Griesa –más 170 millones de intereses–, fueron presentados como desencadenantes de un pago inmediato de 15.000 millones a los bonistas restantes (cuando dependería de futuros juicios) y hasta de reclamos inmediatos de los que sí habían entrado en el canje (decían que podrían elevar el monto a más de 100.000 millones de dólares).
Ese “relato” fue empleado por Cristina Fernández para envolverse en la bandera nacional y afirmar que “también queremos cumplir con los que no ingresaron” a los anteriores canjes (holdouts, en inglés), reclamando una negociación “de acuerdo con la Constitución argentina”, pero sin cumplir lo que ésta establece en su artículo 75, inciso 2: que toda deuda debe ser tratada por el Congreso Nacional. Además, ratificó su cesión de la soberanía jurídica, pidiendo “al juez en Nueva York que genere las condiciones para que llegue a un acuerdo igualitario que sea beneficioso para el 100% de los acreedores (¡sic!)”.
Muchos “opositores” tampoco tuvieron en cuenta lo que Kicillof encubría al sostener que “este gobierno no endeudó al país, nos dedicamos a pagar los platos rotos de la fiesta neoliberal”. Después que el gobierno de Cristina Fernández acababa de aceptar pagar 9.700 millones de dólares en un plazo de cinco años al Club de París sin dar cuenta al Congreso de la Nación y de entregar a Repsol bonos que les garantizaron 5.000 millones de dólares en efectivo por el 51% de las acciones de YPF, tras haber sido cómplice de su vaciamiento por una década. Además de pagar y seguir reconociendo deudas con otros monopolios imperialistas en los tribunales del Banco Mundial (Ciadi) y de hacer un acuerdo secreto con la petrolera Chevron, también radicado en tribunales internacionales.
 
De mal en peor
Con los canjes de Kirchner-Lavagna en 2005 y de Fernández-Boudou en 2010, el gobierno presentó como solucionado el tema de “las deudas heredadas” de la dictadura y los gobiernos posteriores sin investigarlas, volviendo a dar legitimidad a todas esas deudas, entraran o no en los canjes. Además reiteró la cesión de soberanía jurídica a los tribunales de Estados Unidos y de otras potencias imperialistas, que también viene desde Videla-Martínez de Hoz. Por lo que Cristina Fernández no puede ahora declararse “una víctima” de quienes no entraron en el canje, y del juez y las cámaras de Nueva York.
Pero no sólo que no investigó “las deudas heredadas”, separando las legítimas de las ilegítimas (ni siguiera las odiosas como hicieron los propios Estados Unidos al ocupar Irak), tampoco recuperó la soberanía jurídica de los tribunales de Argentina para los canjes. Además, este gobierno viene de pagar deuda con los países acreedores del Club de París –parte de ella deuda odiosa porque la hicieron con la dictadura de Videla-Martínez de Hoz–, de poco más de 6.000 millones que era antes (con los intereses atrasados), aceptando que “se transformara” en más de 10.000 millones, con moratorios, punitorios e intereses futuros. Si este es “el modelo” para negociar con el juez Griesa, estamos en el horno.
 
“Miren lo que hago, no lo que digo”
El gobierno de Cristina Fernández ha venido presentando todas sus negociaciones con esos buitres como una “epopeya”, negando primero en sus declaraciones públicas que vaya a pagar o a aceptar condicionamientos, para después presentar esos “acuerdos” como un triunfo, donde salva al país de un mal mayor. Lo mismo está haciendo ahora con el chantaje de un nuevo default, para que nos encolumnemos tras ella y aplaudamos “su epopeya” de negociar y seguir pagando deudas ilegítimas en desmedro de los trabajadores y la producción nacional, con el hambre del pueblo y la entrega del país a los usureros imperialistas.
Parece que para “el relato” kirchnerista habría buitres buenos y buitres malos. Buenos serían los buitres del Club de París, Repsol, Chevron, etc., y aquellos usureros que hicieron negocio con los canjes, obteniendo el reconocimiento de deudas ilegítimas y “la compensación” del llamado cupón PBI. Como por ejemplo el Gramercy Funds Management LLC, que entró en el mercado en 2007 –después del primer canje de 2005–, y en vez de litigar, como hacen  “los malos”, consiguió con Cristina-Boudou el segundo canje en 2010. Ahora nos enteramos que, aunque conocían de antemano cual sería la decisión de la Corte de los Estados Unidos, crearon un clima diciendo que iba a ser favorable a la Argentina, para así vender sus bonos en alza y hacerse una millonada con la diferencia: “Gramercy Funds Management LLC obtuvo una ganancia al vender este año la mayor parte de los bonos soberanos argentinos que compró a partir de 2007”, informó The Wall Street Journal (La Nación, 19/6/14). Cristina y Kicillof dijeron después que ya sabían la decisión de la Corte yanqui: ¿Serán parte también de Gramercy, ese “buitre bueno”, como se dice que lo son Boudou y Lorenzino?
Si la consigna es “Patria o buitres”, que sean todos los buitres, los extranjeros y los que están en el país. Aunque a los de aquí sea mejor llamarlos caranchos.
 
Una propuesta a favor del pueblo
Frente al chantaje del default y a que el país siga siendo sometido a la usura imperialista y la política kirchnerista de pagar con el hambre y la entrega, el PTP y el PCR convocan a la clase obrera, el pueblo y a todos los verdaderos patriotas y demócratas a unirnos en la lucha por:
  • Suspensión del pago e investigación de la deuda externa usuraria, ilegítima y fraudulenta.
  • Anulación inmediata por ilegales e inconstitucionales de todos los arreglos sobre deuda que no hayan sido tratados por el Congreso, como establece la Constitución nacional.
Es necesario torcerle el brazo a la política kirchnerista con un paro nacional multisectorial de 36 horas, avanzando en la construcción de un frente popular programático, político y social, que sea protagonista en la lucha actual y en las elecciones de 2015. En este camino, el PTP y el PCR proponen las medidas de emergencia necesarias para que la deuda, la inflación y la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo sino sus verdaderos responsables, que la juntaron con pala estos años: todos los buitres imperialistas y los caranchos de aquí dentro.