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05 de septiembre de 2017

El gobierno avanza con la represión y la mano dura, para hacer pasar su plan de ajuste, flexibilización laboral y entrega. Crece la necesidad de un paro nacional activo y multisectorial que una los reclamos populares

No podrán sacar al pueblo de las calles

Hora Política Hoy N° 1684

 

1. Del 2×1 al 1° de setiembre

La movilización popular reclamando al gobierno la aparición con vida de Santiago Maldonado fue extraordinaria, gigantesca, sacudió al país. Desbordaron la Plaza de Mayo y las calles y las plazas de ciudades y pueblos.

 

1. Del 2×1 al 1° de setiembre

La movilización popular reclamando al gobierno la aparición con vida de Santiago Maldonado fue extraordinaria, gigantesca, sacudió al país. Desbordaron la Plaza de Mayo y las calles y las plazas de ciudades y pueblos.

En Capital Federal y el Gran Buenos Aires, a propuesta del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, confluyeron las columnas y grupos de derechos humanos, gremios, fuerzas sociales, culturales, políticas, miles y miles de pibes, reclamando por Santiago en sus carteles y pancartas. Las veredas fueron ríos humanos de familias, con la foto de Maldonado estampada en sus impresoras caseras.

¿Qué atacan en Santiago? Ser un joven que defiende su libertad y es solidario con la lucha por sus tierras de los pueblos originarios.

Junto a la foto de Santiago aparecieron otras fotos, tratando de romper el silencio. Como las de la compañera Julia Rosales, a la que intentaron asesinar con cinco balazos, tres directos al cuerpo, por el coraje y firmeza con que lucha contra el hambre y la pobreza. Por ser parte de ese torrente que crece, los llamados Cayetanos, la CCC, la CTEP y Barrios de Pie. Que se planta frente a la sordera de un gobierno que solo piensa en sus negocios.

Esas fotos de Santiago y de Julia se unieron a miles de otras, de los 30.000 del genocidio de la dictadura, de las víctimas de la masacre de Once, de los cientos de crímenes por la represión de los gobiernos de turno, de las mujeres desaparecidas, violadas, asesinadas o esclavizadas por la trata. De los pibes que pelean para no ser esclavos de la droga.

 

2. La violencia macrista llegó para quedarse

Ya le pasó a Macri y sus amigos en la Corte Suprema con el 2×1, quiso acortar a la mitad las condenas de los asesinos de la dictadura: el pueblo se plantó y lo forzó a retroceder.

El 1° de setiembre, el pueblo se plantó frente al intento de un nuevo Julio López. La lucha democrática por los derechos humanos es un terreno en el que el pueblo cierra filas: los brotes fascistas de Macri ¡No pasarán!

Frente al masivo pronunciamiento popular, aparecieron pequeños grupos con acciones que no tuvieron nada que ver con la protesta, seguidos de una represión de esas que disfruta la pichona de fascista ministra Bullrich. Quienes armaron esos hechos, fueron funcionales al gobierno y a los multimedios del sistema: usaron a pibes para tapar la masiva protesta. No solo los esclavizan con la droga, también los usan para trabajos sucios. ¿Lo armaron los servicios de inteligencia del gobierno? Si tiene pico de pato, plumas de pato y hace “cua-cuá”: es pato.

Los publicistas del macrismo presentan los hechos afirmando que “la violencia llegó para quedarse” y que su objetivo es “desestabilizar” al gobierno de Macri. Es al revés.

El gobierno, para hacer pasar sus planes de ajuste y entrega, crea un clima de violencia con su represión, con el silenciamiento de las luchas, de los hechos criminales como el intento de asesinato a Julia Rosales, los 600 conflictos de originarios y campesinos pobres para evitar ser echados de sus tierras y territorios, ensanchando los latifundios de los Benetton o los Lewis, la lucha por la emergencia social y alimentaria, contra los despidos y los cierres de fábricas, etc. No solo silencian los hechos, hay mano negra que organiza cualquier desmán, para “justificar” la represión y aparecer como “víctimas”. Esto sí llegó para quedarse.

 

3. El enemigo interno

Macri y su ministra Bullrich completaron el desarme de las fronteras, que venía del gobierno de Cristina. Terminaron de sacar a la Gendarmería y la Prefectura dejando fronteras liberadas al ingreso de las mafias. A esas fuerzas de frontera las convirtieron en policías de mano dura. Gendarmería pasó de 23.000 a 50.000 hombres. Fuerzas preparadas para combatir el ingreso de las mafias, el gobierno las usa para reprimir al pueblo. Y va por más, quiere sumar al Ejército.

Es un grave error creerle al Macri entrenado y maquillado para las cámaras de TV. El verdadero Macri es el que negociaba con Martínez de Hoz y la dictadura las obras públicas para las empresas de la familia. El que admira a Frondizi, el presidente que echó a 200.000 ferroviarios, los hizo trabajar custodiados por el Ejército, al igual que a los bancarios y otros gremios, anuló el derecho de huelga y encarceló a miles con un simple decreto presidencial.

Cristina mal puede presentarse de abanderada de los derechos humanos: ¿Dónde está Julio López? Hay 52 víctimas de la masacre de Once, como le recordó Mónica Bottega, la madre de Tatiana, una de las víctimas de esa masacre. Roberto López en Formosa, Mártires López en el Chaco y 20 originarios más fueron asesinados en su gobierno.

 

4. Fogonear el paro nacional

El gobierno ya puso en marcha, en reuniones con los dirigentes sindicales colaboracionistas, el operativo para tratar de desmontar el plan de lucha y el paro activo que anunció Juan Carlos Schmid, en la Plaza de Mayo, el 22 de agosto.

Los trabajadores del Astillero Río Santiago comenzaron la semana un plan de lucha contra el vaciamiento que viene practicando el gobierno bonaerense de Vidal. Es el camino.

La realización del paro nacional activo y multisectorial, que unifique los reclamos de los trabajadores, los campesinos, los originarios, las mujeres y los jóvenes,está en manos de las asambleas, cuerpos de delegados, sindicatos y gremios combativos, que pasen por encima de los negociados de los colaboracionistas con el gobierno ajustador, entreguista y represivo.

Los llamados Cayetanos, la CCC, la CTEP y Barrios de Pie, frente a la sordera del gobierno que está cerrando la mano que debió abrir con la Ley de Emergencia Social, están realizando asambleas y han comenzado un plan de lucha. Llevan el hambre a las puertas de los supermercados, y se preparan, si sigue la sordera, para cortes prolongados.

Hay luchas en todas las provincias. Son ocultadas por los multimedios del sistema, son reprimidas. De ahí la urgencia y la necesidad del paro nacional que las unifique y le pare la mano a la prepotencia del gobierno.

 

5. El debate en las masas, peleando el voto

La campaña electoral ya está largada. El gobierno usa la plata del Estado, que le niega a los que pasan hambre o están sin trabajo, porque no son votos a Cambiemos.

Para derrotar a este gobierno reaccionario es necesaria la más amplia unidad para la lucha social y política de las masas contra la política de ajuste, entrega y represión de Macri. Para que las luchas contra esa política se hagan sentir, también, en las urnas.

También es necesario el más amplio debate en las masas sobre las causas de fondo de los sufrimientos del pueblo y el saqueo a la nación: la dependencia y el latifundio oligárquico.

Sobre esos pilares, la lucha social y la batalla política en la campaña electoral, se puede acumular fuerzas hacia un frente popular y nacional. En esa dirección marchan el PTP y los frentes que participa, en las provincias y municipios que pasaron las PASO.

También son pasos en dirección a un frente popular y nacional, los importantes acuerdos que avanzan en Buenos Aires y otras provincias, con el Movimiento Evita y otras fuerzas.

Macri no tiene comprados los votos que dice. No solo son 65 de cada 100 argentinos los que no lo votaron. Polariza con Cristina para “alquilar” el sufragio de los que no quieren la vuelta atrás. Y está jugando con fuego con la represión y las “operaciones de servicios”.

La pelea, en las calles y hacia octubre, está abierta. No es fácil, tampoco es imposible.