El actual presidente Daniel Noboa se adjudicó el triunfo en el balotaje del pasado 13 de abril, con el 55,69% de los votos, contra el 44,31% de Luisa González, candidata por el correísmo. Votó el 83,76% del padrón electoral, lo que indica una importante participación popular.
Luisa González y el expresidente Rafael Correa desconocieron el resultado, pidieron la apertura de las urnas y el recuento de votos.
Este resultado fue sorpresivo porque en las elecciones generales de febrero hubo fuerte polarización, que implicó una diferencia de menos de 17.000 votos (0,17%) entre ambos candidatos. En la primera vuelta, la Asamblea Nacional de 151 legisladores quedó integrada con 67 asambleístas de Revolución Ciudadana y 66 de la Acción Democrática Nacional de Noboa.
Noboa pertenece a una de las familias más ricas del Ecuador, de vínculos estrechos con EE.UU. Nació en Miami e hizo sus estudios universitarios en Nueva York, dicen que la familia Noboa “piensa en inglés antes de hablar en español”. Junto a Milei y Nayib Bukele (presidente de El Salvador), fue uno de los pocos presidentes invitados a la asunción de Donald Trump.
La violencia de bandas narco, que asolan al Ecuador provoca más de 38 asesinatos diarios, las compañeras de Mujeres por el Cambio denuncian que “Ecuador se ha transformado en un narcoestado” (Ver hoy 2052).
En 2024, Noboa declaró el conflicto armado interno y puso a las Fuerzas Armadas en las calles, Además, propone la reapertura de la base militar yanqui de Manta, cerrada por Correa en 2009.
Para garantizar la reelección de Noboa, desde el gobierno pusieron todos los recursos jurídicos y económicos. En los últimos meses apelaron al clientelismo mediante la entrega de bonos y dádivas utilizando recursos del Estado, apeló al discurso del miedo y ejecutó una campaña multimillonaria apoyada por medios y plataformas gubernamentales.
Uno de los cuestionamientos más importantes, es que estas elecciones se desarrollaron bajo “Estado de Excepción”, especialmente en las regiones donde el “progresismo” tiene mayoría, como en Quito y Guayaquil. Como dijo Gustavo Petro (presidente de Colombia) “el Ejército dirigió la jornada electoral, las mesas durante las elecciones, y el conteo de votos. No hay elecciones libres bajo estado de sitio”.
Por su parte, Luisa González, candidata por la alianza Revolución Ciudadana – RETO, está identificada con Correa que es la figura con mayor apoyo y al mismo tiempo quien concentra el mayor rechazo. Hay aspectos como la corrupción de los que el correísmo no puede desprenderse.
El gobierno de Correa ha tenido los límites de todos los gobiernos del “Socialismo del Siglo XXI”, al no dar respuesta a las necesidades de las masas y enfrentar a las organizaciones que encabezaban los reclamos populares, abrieron el camino al retorno de la derecha.
El poderoso movimiento indígena nucleado en la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador), que había obtenido el 5,26% de los votos en la primera vuelta, votó dividido en el balotaje.
Los cuestionamientos a la elección del 13 de abril no solo fueron denunciados por Luisa González y Correa, sino también por Gustavo Petro, presidente de Colombia y Claudia Sheinbaum presidenta de México. Las irregularidades fueron corroboradas, además, por el informe de los de veedores de la OEA.
Ahora, como dicen los camaradas del PCML del Ecuador “Daniel Noboa ha ganado la reelección presidencial, pero hay un cincuenta por ciento de ecuatorianos que no votaron por él. Es más, una parte de sus electores lo apoyaron para evitar el triunfo del correísmo, una franja fue presa del discurso de miedo que se instrumentalizó: Noboa no tiene un cheque en blanco. Si cree que esta victoria es un aval para una política de privatización de las empresas estatales, para ejecutar reformas antipopulares en el campo de la legislación laboral o la seguridad social, está totalmente equivocado”.
Escribe Elena Rios
hoy N° 2056 23/04/2025