La seccional de Uatre Alberdi cuenta con 4.500 afiliados, la mayoría obreros del limón, y bajo la dirección de la compañera Dalinda, se ha caracterizado por ser una de las seccionales más combativas, en defensa del salario y las condiciones laborales.
El Secretariado Nacional, conciliador con el gobierno nacional y las patronales, recientemente intervino la Seccional Alberdi. Consecuentemente, el jueves 15/11, en el Congreso Nacional de Uatre que se realizó en Funes (Santa Fe), el secretario general del sindicato pretendió imponer la expulsión de la compañera Dalinda Sánchez.
—Contanos un poco lo que pasó en ese congreso de la Uatre
—Como parte del orden del día habían presentado mi expulsión como afiliada de la Uatre. El congreso empezaba a las 11 de la mañana, ahí yo me hice presente pero no me dejaron entrar a esa hora, ni siquiera me acreditaron como congresal. Solamente me paré al lado de la puerta, o sea que yo seguía el orden del día desde afuera. Cuando escuché que me nombraron, ahí entré. Me dijeron por qué me acusaban, y después me dieron la palabra.
Yo hice mi defensa, dije que todas las cosas que me acusan son mentiras; que lo que hice fue en legítima defensa contra los agravios que han hecho contra mi persona, contra los afiliados.
Ellos me acusan, en primer lugar, de usurpación de local de Uatre Alberdi, cuando el sindicato no tiene ningún local acá, el único local se viene alquilando hace diez años, y a partir de marzo, como ellos no mandaron más dinero, está a mi nombre. Sin embargo ellos dicen que yo fui a usurpar. Pero si está a mi nombre, yo no estoy usurpando nada.
Otras de las acusaciones que me hacen es por “disturbios en la vía pública”, porque nosotros en el mes de febrero fuimos a Buenos Aires con un grupo de compañeros trabajadores rurales. Ellos a eso lo llaman disturbio, cuando en realidad habíamos ido al Secretariado nacional a pedir explicaciones de por qué habían intervenido la seccional, por qué habían ofrecido puestos de trabajo a integrantes de la comisión directiva.
Estos “dirigentes” además nos acusan que no dimos atención a la boca de expendio cuando el normalizador había venido a cumplir funciones. El normalizador, en realidad vino a patotear, amenazó de muerte a los compañeros, hizo disparos, hay testigos, pruebas y fotografías, y hay una denuncia penal contra todos los que habían venido ese día.
La boca de expendio jamás dejó de funcionar. El gremio se ha olvidado de la boca de expendio de Alberdi, y nosotros la hemos estado sosteniendo con esfuerzo propio, exactamente en el mismo local que venía funcionando hace diez años. El normalizador nunca se hizo cargo, los afiliados no lo quisieron, no lo van a aceptar nunca.
Después, cuando vino la votación, Ramón Ayala, secretario de Uatre. generó una situación muy confusa: cuando tenían que votar, el congreso no votaba, entonces el secretario general obligó a la gente a levantar la mano: “los que estén de acuerdo, levanten la mano”, pero nadie levantaba la mano. Volvió a repetir, ahí levantaron aproximadamente un 30% de congresales, e hizo una confusión: “los que estén de acuerdo levanten la mano, los que se abstengan levanten”, y él ya dio por sentado que me habían expulsado. Para Ayala, hoy estoy expulsada del gremio.
—¿Por qué este ensañamiento contra ustedes?
—Ellos están en contra de una seccional que lucha, que defiende y que representa a los trabajadores. El gremio está de la mano con el gobierno nacional, está de la mano de las empresas que son con las que arregla para sacar las paritarias más bajas a los trabajadores, para coimear a las empresas. Nosotros sabemos que arreglan con las empresas por debajo de la mesa para hundir más al trabajador en la miseria. Nuestra seccional ha sido combativa, permanentemente haciendo inspecciones con la AFIP, con el Ministerio de Trabajo. Hoy, el 80% de los trabajadores rurales están en negro; el arándano fue cosechado con mano de obra no registrada, con trabajadores en negro, producto de los arreglos que el gremio tiene con las empresas.
—¿Cómo sigue esta situación?
—Con los compañeros estamos analizando cuáles son las acciones a seguir porque nada de lo que se definió en el congreso está claro. Ayala es el que me despidió, no el congreso, porque solo el 30% levantó la mano. Ayala instó a que me abuchearan durante mi defensa, me interrumpieron varias veces, montón de razones para invalidar e impugnar esa votación.
Durante la asamblea quedó en claro el accionar de la Secretaría General porque al hablar, al hacer declaraciones públicas, empezaron montón de congresales a llamarme, mandando mensajes de solidaridad, de muchas seccionales del país, delegados provinciales, encargados de bocas de expendio. Muchísimos compañeros que se están solidarizando a nivel nacional. Muchas mujeres que repudian el accionar de la compañera Carolina Llanos, que es la secretaria de Igualdad y Género del Secretariado Nacional, de haber permitido de que no me respetaran como mujer que soy. Es una discriminación terrible.
Corresponsal
Hoy N° 1744 21/11/2018
