El presidente del Instituto, que había comprometido una audiencia, dijo estar ausente, y fueron recibidos por un funcionario.
Antes de ser atendidos, conversamos con los loncos (jefes comunitarios) Flavio Zúñiga, de la comunidad Organización nación Mapuche, de Catriel, Río Negro; y con Pedro Beroiza, lonco de la comunidad Mellao Morales de Neuquén.
Las petroleras avasallan el territorio
El lonco Flavio Zúñiga nos decía: “Estamos integrando el movimiento de pueblos originarios libres de todo el país, que venimos de realizar nuestro cuarto Encuentro en Gral. Pico, La Pampa. Venimos al INAI trayendo un petitorio reclamando entre otros puntos reformas en la ley de regalamiento territorial, y para exigir que se cumplan las leyes vigentes, que la gran mayoría de los estados provinciales no cumplen.
“El reclamo principal de todos los pueblos originarios es por nuestra alma, que es la tierra. Que se nos restituyan las tierras que les fueran arrebatadas a nuestros antepasados, y que el relevamiento no se haga sobre los pequeños pedacitos que ocupamos actualmente, sino sobre las tierras que ancestralmente ocupamos, porque la Constitución y las leyes hablan de tierras aptas y suficientes para nuestro desarrollo, y nosotros no nos podemos desarrollar en los territorios actuales.
“Nuestra comunidad está avasallada por las petroleras, que han hecho desastres en nuestro territorio. Nosotros estamos al norte de Río Negro, en el límite con La Pampa, nos separa el río Colorado. Nuestros territorios están de los dos lados, por lo que la problemática es la misma de ambos lados del río, con empresas petroleras que hace 50 años están devastando la tierra. Los estados provinciales, hoy con la ley corta de hidrocarburos, están haciendo desastres, concesionan áreas con gente, con nosotros adentro, como si fuéramos animales. En ningún lado han hecho la consulta previa y participativa que marca el convenio 169 de la OIT.
“Nuestra comunidad es de más de 80 familias, en un territorio muy amplio, y trabajamos en lo que podemos. Prácticamente no podemos trabajar la tierra porque nuestro territorio está surcado por cañerías de gas y petróleo, y aparatos de bombeo cada 50 metros. Hay un movimiento incesante de maquinarias pesadas y camiones. Si no riegan los caminos, el polvo en suspensión es terrible. Nos van quitando cada vez más hectáreas de monte, y los animales no pueden sobrevivir. Nosotros reclamamos ser quienes regulemos la situación ambiental de acuerdo a nuestra cosmovisión. Porque ellos traen un libro sobre manejo ambiental que no concuerda para nada con nuestra visión de pueblos originarios. Ellos sacan árboles como los chañares, y para ellos es un árbol. Para nosotros es parte de nuestra alma. Nosotros tenemos una cuestión filosófica y espiritual muy fuerte que nos liga a la tierra, y nos están destruyendo. Haciendo caso a lo que decían nuestros ancianos nos oponemos a que sigan destruyendo los territorios.
“Hace más de 15 años que estamos en lucha. Nos pusimos de pie firmemente, empezamos a pelear con la palabra, para que nos escuchen, porque se han hecho leyes sin escucharnos, y queremos que se conozca la cosmovisión de los pueblos originarios”.
No a la minería a cielo abierto
Por su parte Perdo Beroiza, lonco de la comunidad Mellao Morales, expresaba que: “Venimos al INAI para poder llevar adelante los reclamos de tierra de todas las comunidades, tanto de la provincia de Neuquén como el resto del país. Venimos buscando la manera que nos puedan atender. Pero como siempre ponen excusas para no atendernos.
“Hay distintas comunidades con distintos problemas. De mi comunidad tenemos un problema con una empresa minera, del Estado chino. El año pasado tuvimos una lucha muy dura, y por suerte lo pudimos frenar, por intermedio de la Justicia y todo. Esta empresa explota una minería a cielo abierto de cobre, oro y plata. La excusa de la empresa es que no le interesaba el oro y la plata, pero ¿cómo separan los minerales? Se llevan todo sin que nadie los controle. Como este lugar está dentro de los territorios de la comunidad, nosotros nos opusimos.
“Perdimos muchas cosas en la comunidad, la cultura, las raíces, si te destrozan la tierra están dañando las raíces de la comunidad. Perjudican las fuentes de agua, que son fundamentales para todos. Nuestras comunidades se dedican principalmente a la ganadería, y al Estado no le interesa la ganadería. Lo peor de todo es que le está facilitando la entrega de tierras al extranjero. El gobernador de la provincia, por un decreto, le dio títulos de tierras a un extranjero, del lado chileno, siendo que dos años antes había reconocido que esas tierras eran de la comunidad.
“Se ve que el tema de la minería influyó en eso, y por eso favorece a uno que usurpó las tierras, y a nosotros no nos dan los títulos.
“Nosotros seguimos dando la pelea, también en el tema jurídico. El gobernador, como no tiene la respuesta que necesitamos, quiere dividir a las distintas comunidades, me manda un puntero político ofreciéndome una audiencia, pero desconoce a nuestros abogados.
“Somos una comunidad de cerca de 500 personas, al noreste de la provincia, a 300 km de la capital, y vamos a seguir la pelea, esperamos que Dios nos acompañe. Hoy venimos en representación de dos comunidades, y queremos que el reclamo sea para todos”.