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03 de octubre de 2010

Nuestra generación se va templando como el acero

Hoy 1215 / Luciano Orellano, secretario general de la Juventud Comunista Revolucionaria

Nuestra generación tiene un profundo orgullo por nuestro Partido. Siente un profundo respeto porque ellos fueron parte de esa maravillosa generación que en los ’60 y los ’70 protagonizaron la lucha antiimperialista y revolucionaria, que defendieron al Che Guevara y rescataron las banderas del marxismo-leninismo, y posteriormente las del maoísmo. Ellos fueron grandes protagonistas del Cordobazo, del Correntinazo, del Rosariazo y al calor de esas luchas rescataron el clasismo revolucionario en su máxima expresión como en el Smata Córdoba con nuestro querido René Salamanca.
Ellos encabezaron la lucha antigolpista y posteriormente enfrentaron la más sangrienta dictadura que se recuerde en la Argentina. Por eso nosotros nos sentimos orgullosos de ser los hijos de esa generación. Por eso nosotros estamos orgullosos de ser los hijos de los 30 mil detenidos y desparecidos y de llevar las banderas de nuestros mártires, de Gody Alvarez, de René Salamanca, de Angel Manfredi, de Manuel Guerra "Quebracho", que fueron ejemplo, como nuestra querida Normita Nassif que siempre llevaremos en el corazón. Por eso siempre cantamos en las marchas: somos de la gloriosa juventud argentina, la que hizo el Cordobazo, la que peleó en Malvinas, y que a pesar de los golpes y de nuestros caídos, la tortura y el miedo, no nos han vencido ¡Acá estamos y llenamos el Luna Park!
Nuestra generación se va templando como el acero. Somos la generación de un proceso que se inició en el Santiagueñazo. Fuimos grandes protagonistas junto a ese movimiento estudiantil que enfrentó la política menemista, fuimos grandes protagonistas del Cutralcazo, del Libertadorazo, de General Mosconi, y del glorioso Matanzazo que le torció el brazo a De la Rúa. Somos la expresión de los que ayudamos a parir el Argentinazo. Hicimos el Argentinazo el 19 y 20 de diciembre en las calles argentinas. Y durante estos años ayudamos a mantener encendidas las brasas de ese Argentinazo. Por eso decimos que esta generación está llamada al triunfo y se está templando como el acero.

Que el auge tenga un desemboque revolucionario
Nosotros tenemos una batalla de fondo, que el auge en curso tenga un desemboque revolucionario. Los verdaderos resultados electorales de octubre, junto a las puebladas agrarias le han sacado la careta definitivamente a los Kirchner. Por eso nosotros necesitamos trabajar con la mayor amplitud, sin ningún tipo de sectarismo, reagrupar a todos los sectores patrióticos, democráticos y populares, buscando una salida a favor del pueblo.
El movimiento obrero viene siendo protagonista de grandes luchas y ha emergido una corriente de jóvenes con bronca y rebeldía, con ideas clasistas y antiimperialistas. Necesitamos fundirnos con esa masa, aprender de ella será una condición fundamental para cambiar la correlación de fuerzas en el movimiento obrero. Hemos estado a la cabeza en todos estos años en las luchas estudiantiles, pero tenemos el desafío de ganar a la mayoría del movimiento estudiantil para la lucha contra esta política. Hemos jugado un gran papel en las luchas agrarias, somos una fuerza pequeña pero que en muy poco tiempo podemos transformar en una fuerza poderosa.
Debemos seguir encabezando la lucha contra el imperialismo como hicimos en Mar del Plata cuando escrachamos al fascista de Bush.
Nosotros tenemos una brújula de la revolución, nosotros tenemos la brújula de la liberación, del socialismo, del comunismo. Nosotros a través de generaciones tenemos un instrumento determinante para el triunfo de la revolución, que es este Partido y esta Juventud; necesitamos multiplicar por millones este instrumento.
A cuarenta años del nacimiento de nuestro Partido, a 36 años de nuestra Juventud, con el ejemplo de nuestros mártires, esta juventud toma el compromiso de hacer todo lo necesario porque tiene la convicción y la decisión de hacer posible el triunfo de la revolución argentina. Muchas gracias, hasta la victoria siempre. ¡Viva la JCR! ¡Viva el PCR!