Nacimos hace 40 años. Eramos jóvenes, no teníamos experiencia, pero tuvimos un mérito, fundamos el Partido Comunista Revolucionario. Nacimos encabezando las luchas y para hacer la revolución. Nos incorporamos a la lucha conmovidos por el ejemplo del Che Guevara, sabiendo que sólo a través de la lucha armada revolucionaria se podrá conquistar el poder.
Han pasado 40 años, seguimos a la cabeza de las luchas, somos un partido con presencia política en todo el país. Con un gran desafío, que el PCR juegue su rol para que la clase obrera y el pueblo escriban las páginas que aún están en blanco de la Revolución Argentina.
Hemos sufrido cárcel y tortura, asesinatos y desapariciones de nuestros mártires queridos y los llevamos en nuestras mentes y nuestros corazones. Ellos derrotaron con su silencio al aparato represivo de este Estado oligárquico imperialista.
También sufrimos la muerte de camaradas entrañables que los llevaremos siempre en nuestra memoria y en nuestro corazón.
Pero no sólo hubo heroísmo y entrega, también sufrimos traiciones y deserciones.
Con la derrota del proletariado en el mundo enfrentamos la oleada reaccionaria y anticomunista que desató el capitalismo a nivel mundial, la más grande del siglo XX.
Y acá estamos. Los comunistas revolucionarios con Otto Vargas a la cabeza, seguimos de pie manteniendo en alto las banderas de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tsetung.
Miles de compañeros han trabajado duro para llenar este estadio, y un número importante se ha movilizado sabiendo que no iba a poder entrar y están aquí en la calle. Gracias a ese esfuerzo militante el Luna Park nos quedó chico. El comunismo existe en la Argentina, y ese es nuestro mayor orgullo.
Tenemos historia, tenemos raíces. Fuimos impulsores del resurgimiento de las banderas del clasismo en el movimiento obrero cordobés, que llevó, con una justa política de frente único, a la recuperación del Smata. Y fue en Córdoba donde el clasismo fue convirtiendo los cuerpos de delegados en parlamentos obreros de frente único, la democracia grande de los de abajo.
Esa experiencia del Partido de Córdoba nos dejó grandes enseñanzas que hoy siguen teniendo vigencia.
Fuimos también los que en la lucha antigolpista y en la resistencia a la dictadura sellamos con la sangre de nuestros mártires la unidad entre comunistas y las masas peronistas.
Somos un partido joven
y con futuro
Y somos un partido joven, con futuro. Para las nuevas generaciones no tenemos una receta, pero tenemos un legado. Hemos avanzado en la integración del marxismo-leninismo-maoísmo con la revolución en la Argentina. Hemos echado raíces entre los explotados y oprimidos de la ciudad y el campo.
Como aprendimos de Mao Tsetung: para juzgar si un joven es revolucionario sólo hay un criterio, ver si está dispuesto a integrarse, y se integra en la práctica, con las grandes masas obreras y campesinas.
Hoy tenemos inmejorables condiciones para ir al encuentro de esa corriente combativa de jóvenes que ya está en todas las fábricas de la Argentina y de los que en el campo han sido el sostén del paro agrario en estos históricos 21 días.
En la década del ’70 fuimos protagonistas de todas las puebladas que sacudieron nuestro país. Fuimos parte del histórico Cordobazo, ese gigantesco ensayo donde las masas impusieron formas de lucha y organización, bocetando la vía insurreccional de la revolución. Fuimos impulsores del Argentinazo de diciembre de 2001, que marcó una huella profunda en ese camino de la revolución.
Apoyar la pueblada agraria
Y hoy, como acaba de reflejar el Vasco Paillole, nada volverá a ser igual después de esta extraordinaria pueblada agraria que está en curso. Porque se ha puesto de pie el principal aliado del proletariado para la revolución en la Argentina.
Los ignorados del campo, los autoconvocados y los productores pequeños y medianos pasaron a ser los grandes protagonistas en esta gran lucha. Todo se fue resolviendo a través de asambleas en los cortes de ruta, con el apoyo de los pueblos que viven del campo. Esos no son los métodos de lucha propios de la oligarquía.
La rebelión agraria pateó el tablero, y los Kirchner tuvieron que mostrar su verdadera cara.
Por eso es lamentable el papel de la dirección de la CGT y de algunos dirigentes de la CTA que han salido a apoyar públicamente al gobierno y a descalificar a sus compañeros.
Y están equivocados aquellos que desde la izquierda dicen: "Ni con el gobierno ni con el campo porque están con los terratenientes". Esa posición, en este momento político, es funcional al kirchnerismo y a su política de saqueo confiscatorio, antiagrario y antifederal.
Estemos claros compañeros, la política del matrimonio Kirchner no expresa los intereses de la burguesía nacional. No tiene nada que ver con la política de Perón ni de Isabel Perón. Este gobierno es la expresión política de sectores de la oligarquía y de esa burguesía intermediaria rastrera con distintos imperialismos. ¡No son comandantes de una revolución antioligárquica, por favor compañeros!
Su viga maestra es recaudar fondos para favorecer a monopolios y terratenientes amigos y necesitan caja para alquilar gobernadores, intendentes y dirigentes sociales. Mientras por abajo crece el hambre, la inflación galopante se devora nuestros salarios y dejan la salud y la educación pública abandonadas a su suerte.
Hoy es este gobierno y su política, el blanco principal a golpear por la lucha popular.
Agitan fantasmas acusando a la lucha del campo de golpista, para enfrentar a los productores agrarios con el resto del pueblo. Pero una y otra vez, va quedando más claro que es la política de este gobierno la que facilita el reagrupamiento de la derecha fascista.
Y nosotros no nos vamos a equivocar: en el movimiento obrero ocupado, entre los desocupados, los jubilados, en el movimiento estudiantil, en el movimiento de mujeres, entre los profesionales, en la cultura y allí donde haya un comunista revolucionario, un clasista, vamos a pelear el apoyo masivo a esta gesta histórica del movimiento agrario argentino y daremos batalla política a los personeros del gobierno y a los confundidos que le hacen el juego.
El centro de la política nacional está en el paro agrario. Es justo el reclamo del campo de hacer retrotraer las retenciones al 10 de marzo. Y todo el pueblo argentino lo tiene que apoyar.
Claro que el gobierno no sólo está preocupado por la rebelión agraria que los desbordó. Crecen y se multiplican las luchas por salario y condiciones de trabajo dignas en el movimiento obrero.
Luchas duras que pasan por arriba de las direcciones traidoras cortando rutas, como los rurales del Valle de Río Negro, los limoneros en Tucumán, los petroleros en el Sur, los tareferos en Misiones, los obreros del tabaco del Valle de Lerma en Salta, los obreros del pescado, los metalúrgicos, los mecánicos, docentes, estatales. Y por supuesto, los obreros de Terrabusi, los del Astillero Río Santiago y la recuperación de Renacer son destacamentos del proletariado con luchas que han marcado un camino durante todos estos años.
Así como las luchas de los desocupados de la CCC y otras organizaciones, la del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados. Destacamentos del movimiento obrero a los que el gobierno de Kirchner no ha podido sacar de las calles ni un solo día.
Sigue la lucha de los pueblos y naciones originarias por sus reivindicaciones en el Chaco y otras provincias. Los campesinos pobres de Asoma en La Plata, la lucha de los estudiantes por presupuesto. La lucha por la libertad de Romina Tejerina. La ya histórica lucha del pueblo de Gualeguaychú en defensa del medio ambiente, cientos de luchas grandes y pequeñas recorren la Argentina.
Reagrupar a las
fuerzas populares
El gobierno del matrimonio Kirchner se ha debilitado y la contundencia del paro agrario lo sumergió en una crisis política y social que recién comienza. Hay fractura en el bloque de las clases dominantes y la disputa entre los de arriba se va a agudizar.
Los Kirchner redoblan la apuesta amenazando con cárcel a los productores agarios y reprimiendo como acaban de hacer en Mafissa y en Impa, porque tienen que impedir que las luchas obreras y populares confluyan con la pueblada de los productores del campo.
Juegan con fuego, crece la bronca por abajo. Hay buenas condiciones para la lucha y para reagrupar fuerzas.
Por eso frente a las tormentas que se avecinan, todos los que formamos parte del campo popular tenemos que impulsar desde abajo un paro nacional activo, obrero, campesino, estudiantil y popular.
Tenemos que trabajar reagrupando las fuerzas populares, patrióticas y democráticas, para que la lucha de las grandes masas puedan abrirle la mano al gobierno kirchnerista y también para estar en condiciones de enfrentar cualquier aventura fascista.
Este es el único camino para poder avanzar en la pelea por un Argentinazo triunfante que nos ponga de cara a la revolución.
Para terminar, compañeros, quiero recordar que el 5 de abril, después de 32 años de ser secuestrado, salvajemente torturado y asesinado por la dictadura de Videla y Viola, se restituyeron los restos de César Gody Alvarez, a su familia en la ciudad de Bolívar, en la provincia de Buenos Aires. Estábamos los que lo habíamos conocido, pero la mayoría de los presentes, muchos de ellos jóvenes, no lo habían conocido.
Y el 5 de abril, las banderas rojas flamearon en Bolívar. Allí, junto a su familia rendimos el justo homenaje a un héroe de la clase obrera y el pueblo, a un héroe de este PCR, nuestro querido "gordo" Antonio. Por eso, mientras caminábamos emocionados despidiendo sus restos recordé un poema de Atahualpa Yupanqui que dice así:
Alguna gente se muere
Para volver a nacer.
Y el que tenga alguna duda,
Que se lo pregunte al Che.