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03 de octubre de 2010

El domingo 12, en una asamblea ampliada en el Velódromo de Gualeguaychú, les dimos a nuestros niños el mejor regalo: luchar hasta que se vaya Botnia.

Nuestro mejor regalo a los gurises es un futuro sin Botnia

Día del Niño en Gualeguaychú, Entre Ríos.

Las intervenciones de la Asamblea estuvieron encendidas por la inacción del gobierno nacional y su política de enfriar el conflicto frente al anuncio de funcionamiento en un mes de la planta, las medidas contradictorias que se han tomado al respecto y la negativa a los reclamos de ir más a fondo en la pelea por que se vaya Botnia.
En este proceso que ha protagonizado el pueblo de Gualeguaychú en estos años han ido madurando como frutas nuevas medidas frente a esta situación. Entre otras cosas se discutió los pasos concretos que vamos dando en la concreción de una Asamblea Binacional con los compañeros uruguayos que están luchando contra el monocultivo y la contaminación, contra la imposición de un proyecto económico y político que pone a nuestra región de rodillas. En este sentido el 18 de agosto, en Arroyo Verde se realizará a las 12 hs una reunión de argentinos y uruguayos para ver cómo avanzar en la concreción de la Binacional.
Llamando a la unidad con el pueblo uruguayo para ganar esta lucha se aprobó, con gran masividad, el corte por 2 horas de la ruta 14 (a la altura de Ceibas, donde termina la autopista y comienza la ruta), el lunes 20 a las 14 hs.
Las medidas irán profundizándose progresivamente hasta que se vaya Botnia. La política del gobierno nacional ha tenido como resultado a Botnia construida en un 95%, anunciando que comienza a producir en un mes.

El plan desmovilizador de Kirchner
Hoy, los gerentes de Botnia buscan en nuestro país la materia prima para producir la contaminación y muerte de todo lo que habita nuestra cuenca: la madera.
Como parte de nuestra ardua lucha conseguimos la sanción de una ley provincial que impide la exportación de rollizos de madera para la producción de pasta celulosa. Cuando le planteamos la importancia de que esta ley sea nacionalizada, Kirchner nos responde que esto es imposible por ser inconstitucional y argumentos tales como que nos enfrentaríamos a los forestales de las provincias. Lo que no dice Kirchner es que la madera del eucalipto modificado genéticamente solo sirve para producción de pasta de celulosa y es un millonario negocio para unos pocos industriales que de mano de estas políticas nefastas encuentran grandes beneficios en el monocultivo del eucalipto y el pino.
¿Qué tan nacional es nuestra causa para el presidente? ¿Lo suficiente para considerar que es menos importante que los negocios de unos pocos forestales? Kirchner, que en marzo del 2006 prohibió la exportación de carne vacuna en conserva y novillo, no puede argumentar que no puede sacar por decreto la ley de la madera.
Mientras tanto en septiembre se realiza la feria forestal argentina con el apoyo de las principales cámaras industriales del país y a la cual asistirá Lafluf, entre otros personajes, para convencernos de lo buena que es la producción de la pasta de celulosa. Pero fundamentalmente para avanzar en la compra, y para esto la triangulación de la madera correntina y misionera vía Brasil. ¿Dónde está la causa nacional? No hay planes concretos del gobierno en obstaculizar el funcionamiento de la planta en este sentido.
Además, Kirchner intentó desmovilizarnos maniobrando con Romina Picolotti, que durante meses quiso convencernos que poco más la Asamblea Ambiental había entrado a la Casa Rosada, y terminó anunciando que no se iba a encargar de Gualeguaychú concretamente, y realizando declaraciones acerca de cómo importaba nuestro país la misma tecnología que utiliza Botnia en la producción de celulosa para las pasteras argentinas. ¿Sino que es Kemira en Capitán Bermúdez en Santa Fe? Parece que nuestro país es tierra de nadie: pasen, saqueen, contaminen. ¿Acaso no tenemos una historia de luchas, e incluso gobiernos que en otra hora enfrentaron los intereses foráneos? Pero nuestro gobierno nacional tiene muy corta la memoria.
No recuerda tampoco que se comprometió a ocuparse de los barcos que abastecen a Botnia, y lo que hizo fue poner a disposición la Prefectura para custodiar el arribo seguro de estos barcos al puerto ilegal de Botnia.

La única verdad es la realidad
La realidad indica que ninguno de los pronósticos esperanzadores del gobierno por la vía legal han ocurrido como lo han dicho. Ninguna acción en concreto que nos favorezca; solo medidas que van desenmascarando el doble discurso del gobierno nacional. Esto se evidencia con la construcción, o ampliación, de una de las rutas del Mercosur, ruta que beneficia directamente a Botnia y para la cual Argentina, en proporción del aporte económico de otros países para la obra, otorga el 35%. ¿Cuál es el precio que está dispuesto a pagar el gobierno nacional para favorecer los negocios de las trasnacionales, de los capitales de las empresas intermediarias enmascaradas en el “progreso” para los latinoamericanos del Mercosur? ¿Está dispuesto a pagar con la vida de las más de 100 mil almas que habitamos a la orilla de esta cuenca?
Cabe mencionar también las reuniones con el facilitador español. Gabriel Moguilner, secretario de Medio Ambiente de la provincia de Entre Ríos, parece que recién ahora se da cuenta que en las rondas con Uruguay “estamos en un punto muerto”.
El viernes 4 de agosto se consolidó una nueva violación del Tratado del Río Uruguay: el dragado a la altura del kilómetro 4,5 del recurso compartido en Nueva Palmira, Puerto Ontur, autorizado solamente por el Estado uruguayo. ¿Para qué Botnia necesita el dragado? Para trasladar fluvialmente la celulosa desde el muelle de Fray Bentos hasta Nueva Palmira y recepcionar los productos químicos que requiere la empresa. Con estos antecedentes, ¿qué hace pensar que Botnia se subordinará a un fallo favorable de la Haya para nuestro país, en el caso de que lo hubiera? En medio de un conflicto que se encuentra en pleno desarrollo Botnia avanza impunemente hiriendo gravemente la relación de casi 200 años de dos pueblos hermanos.
Por otro lado, mientras el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se comprometía en la última reunión con nuestra asamblea a que no se autorizaría por parte del Estado argentino ningún tipo de maniobra que favoreciera a Botnia, podemos leer en los diarios que nuestro gobierno autoriza el dragado del canal Martín García, el cual privilegia descaradamente los intereses de Botnia. Ambas medidas son determinantes para el funcionamiento de la planta. Esta última para abastecer por vía fluvial al mundo de su producción de pasta de celulosa. El gobierno nacional no solo puede, sino que está en la obligación de evitar que se drague el canal Martín García en este momento. Y de hacer lo que tiene que hacer con respecto a las violaciones del tratado del río, bastante más que acumular pruebas para un juicio que según ellos dejaron entrever en reuniones en Jefatura de Gabinete, tiene como triunfo máximo impedir que se instalen nuevas pasteras detrás de Botnia a costa de bancarnos la contaminación de Botnia, o sea el cáncer, la miseria, el olor nauseabundo, la muerte y la desesperanza: parece que esto significa muy poco para la gente que nos gobierna.

 
Gualeguaychú va a pelear hasta las últimas consecuencias
El pueblo de Gualeguaychú cumplió con todos los pasos democráticos, legales, pacíficos e incluso constitucionales (defendiendo el principal derecho que es el de la vida) durante casi 5 años en esta lucha. Cartas, innumerables marchas, algunas de ellas gestando una nueva historia como las que protagonizamos sobre el puente internacional General San Martín hace ya tres años consecutivamente, con el corte de la ruta 136 consolidado por casi 9 meses ininterrumpidos y sin resultados concretos. Pero este pueblo no se resigna a la muerte.
Sabemos que la responsabilidad de Finlandia y del gobierno de Tabaré Vázquez no es la misma que la de nuestro gobierno nacional en este conflicto social que se ha desatado a partir de la instalación de Botnia, pero acaso ¿no hubo quien dilató en todo este tiempo la búsqueda de soluciones? Kirchner juega un papel clave en el desarrollo de los acontecimientos: dilata, no resuelve, promueve negocios y mientras, la fábrica amenaza con funcionar en un mes. Es la lucha del pueblo de Gualeguaychú y la causa nacional que conformaron las luchas de todo el país, defendiendo nuestra vida y soberanía.
Esta lucha enfrenta en lo más profundo el problema de la dependencia y del saqueo en nuestro país.
¿Qué va a hacer Kirchner si comienza a funcionar Botnia? ¿Realmente cree que no va a salpicar sus planes electorales? ¿Qué va a hacer Gualeguaychú?: pelear hasta las últimas consecuencias; esto es lo que tiene planteado nuestro pueblo.
Y este 20 de agosto volvemos a la 14, con asamblea sobre la ruta, exigiendo medidas concretas del gobierno nacional.