Es inédito en la historia de las luchas agrarias santiagueñas que se hayan cortado las rutas en 9 lugares de la provincia. Estas medidas fueron llevadas a cabo prácticamente por agricultores autoconvocados, con cacerolazos en Selva y Quimilí.
Fernández cortó la ruta 34, y se convirtió en un gran centro de concentración y de iniciativas, como la de ponerles unos carteles a las vacas (en el corte) con leyendas como “estoy en extinción”, “primero fuimos nosotras, después la soja ¿y ahora, qué?”, “basta de soberbia”. Las mujeres, esposas, hijas, madres, acompañaban, repartían volantes, fabricaban carteles para las maquinarias.
Se recibió la adhesión del gremio docente Cisadems que entre otras cosas expresa: ”la lucha actual de los campesinos se identifica con la histórica lucha de los docentes, quienes permanentemente denuncian la crisis social que deteriora gravemente, en forma directa, la labor de la escuela pública”. También hubo otras adhesiones, como la de los agrónomos santiagueños, las Mujeres de los Encuentros Nacionales, entre otras.
En los cortes todo se decide en asamblea y se mantienen en la ruta, haciendo guardias las 24 hs., con las máquinas y tractores, siguiendo los acontecimientos y resolviendo en consonancia con los productores de Colonia Dora, Selva, Quimilí y Pozo Hondo.
02 de octubre de 2010
