Los responsables de la manipulación de las estadísticas públicas permanecen impunes a la cabeza del Instituto, y en la gran mayoría de la dirección de las encuestas.
Tareas del Censo Nacional de Población y Vivienda que deberían estar haciéndose hace más de dos años, recién comienzan con muy pocas personas, algunas sin experiencia anterior, luego del desplazamiento del personal de las distintas áreas involucradas en el operativo censal. Esto hace prever que este Censo también va a tener problemas de metodología y pruebas previas. Y vaya a saber si se podrá confiar en los datos que son base para una serie de encuestas posteriores, para determinar la necesidades básicas insatisfechas, la proporcionalidad de la coparticipación federal, el número de senadores provinciales, y una serie de características esenciales de la población de nuestro país, que sólo se relevan una vez cada diez años.
Néstor y Cristina K están empecinados en ocultar el real desenvolvimiento de las variables principales de la economía. No hay números oficiales creíbles, los distintos sectores de la oposición en el Congreso intentan darles un golpe.
Pero por ser que los trabajadores, poniendo el cuerpo, fueron los que lograron dar a conocer a toda la sociedad cómo era la manipulación de los datos, es imprescindible que ellos participen activamente en la normalización del Instituto, y sean debidamente considerados en sus condiciones contractuales, salariales y de funciones.
02 de octubre de 2010