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15 de mayo de 2013

Nuevos casos de trata en Jujuy

Los movimientos de mujeres debaten y ayudan a las jóvenes

Nuria Ocampo fue secuestrada el 22 de enero a plena luz del día, mientras se dirigía al Hospital Público porque tenía fiebre. Fue liberada después de que fuera buscada por gendarmería y que su foto recorriera los muros de facebook de muchísimos jujeños.
Aparentemente la llevaban a Embarcación, provincia de Salta. Luego de 12 horas fue liberada en la ruta a poca distancia de Libertador, porque sus secuestradores sabían que la buscaban.

Nuria Ocampo fue secuestrada el 22 de enero a plena luz del día, mientras se dirigía al Hospital Público porque tenía fiebre. Fue liberada después de que fuera buscada por gendarmería y que su foto recorriera los muros de facebook de muchísimos jujeños.
Aparentemente la llevaban a Embarcación, provincia de Salta. Luego de 12 horas fue liberada en la ruta a poca distancia de Libertador, porque sus secuestradores sabían que la buscaban.
La investigación judicial sólo se dirigió a investigarla a ella, para poder aseverar que mentía. Esto, sumado a otros casos que motivaron la movilización popular ante las desapariciones, desató una batalla entre el gobierno y el movimiento de mujeres, especialmente la Casa de las mujeres unidas por la lucha, que realizó una jornada muy importante en la Facultad de Humanidades con una obra de teatro que refería una historia de trata de principios de siglo pasado en el barrio de Once de Bs. As., contando también con la participación de uno de los abogados de Susana Trimarco, Carlos Garmendia.
El debate con el gobierno provincial, que maneja los medios de prensa y la Justicia (con jueces y fiscales elegidos a dedo, sin concursos), radica justamente en si hay o no trata en Jujuy. El gobierno oculta el caso de San Pedro de Jujuy de 2012, en el que a las 11 de la mañana y en la puerta de Tribunales una joven fue secuestrada, llevada a Salta y explotada sexualmente, y luego llevada a Mendoza y allí explotada laboralmente. En Mendoza logró escapar. Su captor está preso ahí. Ella volvió a Jujuy y no tuvo la más mínima protección a pesar de las medidas cautelares solicitadas en la Justicia Federal por actos de intimidación que siguió sufriendo. El Estado, que debía protegerla, no hizo nada. Ella, abandonada a su suerte, decidió pedir ayuda a la Casa de la Mujer María Conti. Sólo logramos cierta protección luego de hablar con el fiscal de Mendoza. En Jujuy hubo oídos sordos.
Este fin de semana nos enteramos que dos jóvenes fueron secuestradas con engaños también en San Pedro. Luego fueron explotadas sexualmente en una finca de El Bananal, hasta que una de ellas logró escapar. Hoy se busca a la otra, que aparentemente habría sido llevada a Embarcación. Sigue secuestrada.
Estos dos casos de jóvenes humildes nos sacan todas las dudas respecto de la existencia de secuestros de jóvenes para fines de explotación sexual en Jujuy. Pero queda el debate respecto de las otras jóvenes que denunciaron ser secuestradas en el marco de una conmoción social importante, y allí la Justicia logró estigmatizar a las jóvenes (una de ellas menor). Es que en los dos casos se encargaron desde los jueces y fiscales de dejar claro que las denuncias fueron falsas. Ambas jóvenes fueron evaluadas psicológicamente por la misma profesional que en uno de los casos dejó claro que si no quedaba asentado que se trataba de una fuga de hogar se jugaba el puesto. La bajada de línea del gobierno fue alevosa, y hasta explícita de parte de ajunos funcionarios judiciales. Con Nuria no se podía hablar de fuga de hogar, porque ya es grande. Pero lo hicieron quedar como un llamado de atención.
El gobierno de Jujuy garantiza la impunidad de los captores
En este expediente, desde la asistencia legal brindada por la Casa de las Mujeres Unidas por la Lucha, pudimos concluir, y lo expresamos en el expediente, representando a Nuria, que todas las razones que se daban no justificaban desestimar la denuncia, como intentó por todos los medios la Fiscalía.
Lo que no explica la Fiscalía es la razón por la cual cinco policías, más el libro de guardia de la Brigada de Investigaciones de Libertador reciben a una joven en estado de shock, como drogada, mareada, y sin tener consciencia de tiempo y espacio, y con pinchaduras en sus brazos.
El desafío del movimiento de mujeres de Jujuy es claro: acompañar a las jóvenes, reivindicarlas, llamar la atención sobre el terrible tratamiento que se les da a las víctimas, demostrar que el gobierno de Jujuy miente y garantiza la impunidad de los captores y tratantes. Y evitar así, también, que otras mujeres víctimas eviten denunciar, como sabemos que ya ocurre, por el escarnio a las que la somete este Estado.