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09 de febrero de 2022

Un recorrido breve del exponencial desarrollo nuclear chino. Nota 1

Nuevos tigres para nuevos papeles

En los últimos meses China ha establecido una serie de hitos que la ponen en un lugar de liderazgo en el desarrollo de energía nuclear. Son desarrollos experimentales que permiten a la generación de energía nuclear maximizando su eficiencia en la generación de energía por unidad de mineral de partida y minimizando los residuos radiactivos.  Uno de estos prototipos se los compara con nuestra Central Argentina de Elementos Modulares (Carem) de diseño nacional. En el artículo vamos a analizar sintéticamente las perspectivas de tal contrapunto.

La Organización Internacional de Energía Atómica (IAEA) es creada en el año 1957 por Eisenhower a instancias del consejo de seguridad de la ONU. Si bien la República Popular China es aceptada en el año 1964 en el consejo de seguridad de la ONU recién puede ocupar su lugar con la derrota del imperialismo yanqui en Vietnam. De este periodo se puede recordar la frase de Mao: “la bomba atómica es un tigre de papel que los reaccionarios norteamericanos utilizan para asustar a la gente”.

Pero desde el punto de vista comercial, China inicia su generación nucleoeléctrica a partir de 1980, mucho después de la Argentina que tiene más de 70 años de desarrollo científico tecnológico en el área nuclear con la creación de la CNEA.

 

La apuesta de China por la energía nuclear en clave de disputa internacional

Se estima que China invertirá cerca de 400 mil millones de euros en construir al menos 150 nuevos reactores durante los próximos 15 años. Para dar otra medida tengamos en cuenta que actualmente y en todo el mundo existen 450 centrales nucleares, de las cuales 50 se encuentran en China, por lo tanto se convertiría en el primer generador de energía nuclear del mundo.

El aspecto destacado de energía nuclear en relación a otras fuentes de energía es su concentración. Es decir para el mismo volumen de mineral de partida entrega del orden de un millón de veces más energía que los hidrocarburos. Claro que para esto se requiere que ese mineral permita el proceso de fisión nuclear, y dentro de estos tenemos en la corteza terrestre el uranio y el torio. También requiere de una planificación y centralización económica para su rendimiento eficiente.

China hace tremendo despliegue de la tecnología nuclear con el objetivo de garantizar su seguridad energética en forma coherente con el esquema de “negocios verdes”. Se ampara en las tendencias ambientales del capitalismo verde, en la ONU y su “gobernanza mundial” frente a escenarios de disputa comercial. En primer lugar donde el eje británico del Commonwealth decidió degradar las relaciones comerciales, con el ejemplo del cese comercial de radioisótopos y materias primas de Australia. En segundo lugar cuando la dependencia del gas pasa a quedar implícita en la crisis energética europea y las amenazas del imperialismo yanqui comandando a la OTAN. Frente a estas situaciones, China se ampara en el capitalismo verde que se condensa en las cumbres ambientales. Para esto recordemos que las Naciones Unidas en su último informe indican que la energía nuclear es la que menos CO2 emite en todo su ciclo de vida. Consecutivamente la Unión Europea declaró a la energía nuclear como una inversión sostenible. La combinación complementaria de energía nuclear con energías renovables es la convergencia buscada para iniciar un proceso de mitigación de gases de efecto invernadero post COP26. Por eso se propone disminuir la “huella de carbono” de toda la economía china, máxima emisora de gases invernadero del mundo, para librar sus exportaciones de posibles barreras aduaneras, combatir la polución aérea de las ciudades, y garantizar nueva generación de energía “limpia” para fundar nuevas ciudades en sus zonas despobladas.

En la misma perspectiva se destacan los desarrollos en prototipos experimentales avanzados. Es decir el desarrollo de un reactor utilizando el ciclo de Torio, el avance en el proyecto de fusión nuclear HL-2M y el comparado en las noticias con el Carem 25, un SMR de diseño mucho más disruptivo llamado Huaneng 200.

La construcción del reactor experimental de torio en Wuwei tuvo un gran impacto en el mundo científico.

El torio es mucho más abundante que el uranio, y es un producto de desecho de la industria minera de tierras raras en China y los residuos radiactivos de este modelo experimental tienen menor vida media, es decir una cantidad muchísimo menor.

Escribe Rodolfo Kempf

Hoy N° 1900 09/02/2022