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14 de octubre de 2011

En Estados Unidos, desde el 17 de septiembre, y en número creciente, miles de personas llevan adelante una campaña denominada “Ocupar Wall Street”, acampando en el Parque Zucotti (rebautizado Plaza de la Libertad), y marchando por el centro financiero de Nueva York.

Ocupar Wall Street

Hoy 1390 / Surgen los “indignados” yanquis

Wall Street es la zona de Nueva York donde se encuentra la sede de la Bolsa de Valores. Por eso una heterogénea multitud, que se unifica con la consigna “Somos El 99% que ya no tolera la codicia y la corrupción del 1%”, ha desatado este movimiento de “ocupar Wall Street”, que comienza a extenderse por el país, con ocupaciones en San Francisco, Los Ángeles, Chicago, Atlanta, Boston, St. Louis, Seattle, y otras ciudades, hasta llegar a la Capital, Washington.

Wall Street es la zona de Nueva York donde se encuentra la sede de la Bolsa de Valores. Por eso una heterogénea multitud, que se unifica con la consigna “Somos El 99% que ya no tolera la codicia y la corrupción del 1%”, ha desatado este movimiento de “ocupar Wall Street”, que comienza a extenderse por el país, con ocupaciones en San Francisco, Los Ángeles, Chicago, Atlanta, Boston, St. Louis, Seattle, y otras ciudades, hasta llegar a la Capital, Washington.
En estos días, los manifestantes han producido resonantes hechos como cortar el puente de Brooklyn, marchas, actos, acampes, y fueron violentamente reprimidos varias veces por la policía (con más de 700 detenidos la primera vez), pero su protesta en vez de ceder, se amplifica día a día.
Tan es así que, por un lado, varios sindicatos (de transporte, maestros, empleados de la ciudad, entre otros), se están sumando al movimiento, y por otro, el propio presidente yanqui, Barack Obama, ha dicho que las protestas de Wall Street eran una expresión de la “frustración” que los estadounidenses sienten hacia el sistema financiero.

 

De Tahrir a Nueva York
Inspirado sin duda en las ocupaciones de plazas que han sido símbolo de las luchas desde Egipto (Plaza Tahrir), hasta España (Plaza del Sol), este movimiento muestra el repudio de amplios sectores a la política del gobierno y las clases dominantes yanquis, de descargar la crisis sobre sus espaldas, para salvar a los bancos y las grandes corporaciones monopolistas.
Entre los que acampan y/o se van sumando a las marchas, hay desocupados, estudiantes universitarios, “sin techo” producto de la explosión de la “burbuja inmobiliaria”, trabajadores con bajos salarios, inmigrantes, etc., que protestan contra los ajustes en los programas sociales, los despidos en la administración pública, y muestran su “desilusión” con el gobierno de Obama.
Varios periodistas han recogido testimonios, que dan cuenta de las preocupaciones de los “indignados” estadounidenses, que comparten un “recelo, hasta desprecio, para con los políticos tradicionales y los procesos democráticos que éstos presiden”, como consignó un diario neoyorkino. Una enfermera afirmó que va todos los días al acampe “Para rebelarme contra lo que están haciendo, rescatando a los bancos y a Wall Street, mientras los trabajadores y la clase media de Nueva York sufre y lucha para pagar las cuentas y encontrar empleo”. Un joven negro “sin techo” afirmaba: “Soy pacífico, pero estoy enojado. Enojado con este país. Pienso que nuestro país nos está fallando. Y estoy buscando una mejora, un cambio. Y pienso que este movimiento podría hacerlo”. El “enojo” se extiende a las políticas de sostener las guerras de Irak, Afganistán; al TLC que destruye la economía de agricultores mexicanos, mientras se dan ejemplos de cómo más del 60% de las quiebras personales son debidas a facturas médicas, los desempleados universitarios que cargan con pesadas deudas por sus maestrías, entre muchas otras cuestiones.
El movimiento está ganando la solidaridad de importantes intelectuales y artistas, como Susan Sarandon y Michael Moore, que han hablado en algunas de las cotidianas asambleas que organizan los acampantes.
Los manifestantes están aprendiendo en una práctica acelerada qué intereses defiende el Estado yanqui, por ejemplo al conocerse que el acampe no se pudo hacer en el lugar previsto originalmente, la Chase Plaza, frente al JPMorgan Chase, cerrada por la policía de Nueva York luego de la generosa donación de 4,6 millones de dólares que este poderoso banco le hiciera a esta fuerza represiva.
En Washington, varios cientos de personas ocuparon la Freedom Plaza (Plaza de la Libertad), fuera de la municipalidad, y más de 5.000 marcharon con la consigna “Stop the machine” (Paren la máquina), originada en un movimiento de hace una década, contra las invasiones yanquis a Afganistán e Irak.
Este movimiento de indignados es otra muestra de la voluntad de lucha de miles de norteamericanos, que ya se había expresado en los grandes paros y movilizaciones de los empleados estatales de varios estados, ante el recorte de salarios y de puestos de trabajo.