1. La podredumbre de Papel Prensa
El gobierno instaló el tema Papel Prensa. Es correcto declarar de interés público la producción de pasta celulosa y papel diario, lo que exige un mecanismo democrático que garantice la igualdad de acceso a todos los medios.
Todo apunta a que quiere quedarse con el monopolio del papel para el multimedios que arma, con medios propios y los que maneja del Estado, que ya son un monopolio enorme (ver recuadro).
La publicidad oficial del gobierno K creció de $ 45 millones en el 2003 a $ 830 millones el año pasado (además de la publicidad oficial en Fútbol para todos). Es el “combustible” para el armado del multimedios K. Por ejemplo, el grupo Szpolski recibió el año pasado $ 46 millones del gobierno, y Página 12, con 13.000 ejemplares diarios, recibió $ 41 millones.
El caso Papel Prensa es una gigantesca estafa que merece una investigación a fondo.
La presidenta presentó esa historia como un delito en el que la dictadura, con secuestros y torturas, habría forzado a la familia Papaleo a la venta de la empresa a Clarín, La Nación y La Razón. Entrevistas de Lidia Papaleo con los K muestran que habría negociaciones entre la viuda de David Graiver y el matrimonio gobernante. Clarín y La Nación tratan de demostrar que se trató de una operación comercial “limpia”.
Esconden las partes oscuras de la historia.
Papel Prensa era controlada por la familia Graiver (que también era dueña de La Opinión, y de La Tarde, que dirigía el actual canciller, Héctor Timerman). David Graiver la compró con 17 millones de dólares que la dirección de Montoneros le dio para hacer negocios (de los 60 millones del rescate de los hermanos Born). El “Dr. Paz” cobraba los intereses de esa inversión. Al morir David Graiver, la dirección de Montoneros presionó a Lidia Papaleo para la devolución de esa plata. “Dr. Paz” era, según algunos, el seudónimo de Mario Montoto, mano derecha de Nilda Garré en negocios del Ministerio de Defensa K, y es representante de Rosoboronexport, una fábrica de armas rusa. Según otros, era seudónimo de Juan Gasparini, dirigente montonero exiliado en Suiza.
Graiver estaba “apretado” por la quiebra de dos bancos que había montado. De la mano de Videla, David Graiver hizo el traspaso de las acciones de Papel Prensa a Clarín y La Nación, en el curso del cual se cruzaron grupos militares rivales, Camps y Etchecolatz, que secuestraron y torturaron a Jacobo Timerman y a los Graiver.
Era imposible que bajo la dictadura se decidiese como un negocio el monopolio del papel de diario de la Argentina. Como ahora reconoció Isidoro Graiver, también el diario La Opinión era propiedad de los Graiver. La Opinión, dirigida por Jacobo Timerman, hizo la campaña para la designación de Videla como Comandante en Jefe del Ejército, jugada clave para el golpe de 1976. Tanto es así que Videla, al primero que llamó “para agradecerle su designación”, fue a Timerman. La Opinión fue el vocero del golpismo, y luego, Timerman le organizó al grupo de Videla (con la financiación de David Graiver), el diario La Tarde, en cuya dirección puso a su propio hijo, Héctor Timerman, hoy canciller de los K.
¿Por qué no dijo Cristina K que uno de los presidentes de Papel Prensa, con Graiver, era Martínez Segovia, primo de Martínez de Hoz, el ministro de Economía de Videla? (Perfil, 28/8).
La madre del borrego
Qué unía a Graiver, Timerman, Clarín, La Nación y Videla. Era otro mundo y otra Argentina. Yanquis y rusos se disputaban el mundo en su condición de únicas superpotencias imperialistas. Graiver y su mentor Gelbard eran figuras claves de la penetración de capitales rusos en la Argentina (la “multinacional rusa”). Clarín era el diario de la embajada de la Unión Soviética, de la mano de Frigerio. Videla fue el que rompió el bloqueo dispuesto por Estados Unidos a Afganistán, cuando ese país había sido invadido por el ejército ruso, un hecho que, cuando lo denunció el PCR, fue acusado por el jefe de redacción de La Nación, Escribano, de “estar borrachos de Vodka”, defendiendo los grandes negocios de granos de la oligarquía agraria con Moscú. La Razón, estaba en manos del Estado Mayor del Ejército, es decir, del general Viola, “comisario político” de Videla.
¿Qué tienen que ver los derechos humanos con personajes metidos hasta el cuello en el barro sangriento de la dictadura? Nada. Es una trifulca entre truhanes. Burguesía intermediaria de monopolios imperialistas.
El gobierno fue sorprendido por respuestas que no esperaba. El empresariado cerró filas en contra de una “operación” que abriría una compuerta para investigar los negocios bajo la dictadura. La UIA, por primera vez sacó un comunicado público anunciando el faltazo. Incluso “amigos K”, viajaron al extranjero, como Eskenazi, Brito y Eurnekián. Entre los escasos presentes estaba Calcaterra, uno de los sobrinos a los que Franco Macri le traspasó sus empresas constructoras. Los K quedaron pegados, por lo que ocultan, a una dirección de Montoneros de triste fama, que jamás explicó cómo algunos de sus dirigentes andaban por la calle haciendo negocios bajo la dictadura, y hoy son empresarios, como el “Dr Paz”, Montoto, o funcionarios como el Dr. “Peñaloza”, Raúl Magnarino, secretario de medio ambiente de la Matanza.
2. Se define Ctera, la campaña en CTA
También, el gobierno y sus rivales usan Papel Prensa para tapar las luchas que brotan.
La movilización de la CTA y la CCC al Ministerio de Trabajo, acompañando a los trabajadores de Paraná Metal, y por los reclamos de los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados, marcó la tónica combativa y opositora a la política kirchnerista de las fuerzas agrupadas en la lista Lila de Ctera y la Lista 1 de CTA, para barrer el colaboracionismo de Yasky-Maldonado. El colaboracionismo de Yasky-Maldonado quedó al desnudo con el levantamiento de la lucha en Bariloche, cuando todavía estaba caliente la sangre de los tres jóvenes asesinados, como parte del “salvataje” del responsable político de esos asesinatos, el gobernador Saiz, al que los K aportaron los fondos del “desendeudamiento”.
Otra gran movilización marchó a La Plata, en apoyo al acampe de ASOMA, que sigue levantando las banderas de lucha por la tierra de los pequeños productores, con una gran solidaridad de la CCC y la CTA. El lunes comenzó la lucha de los chacareros de Río Negro, a los que los monopolios imperialistas les descargan su crisis pagando precios a la mitad del costo de producción.
Hubo paro de la sanidad, con la combatividad desde debajo de los trabajadores de la salud. Hubo una gran movilización de los obreros de la Loockhed en Córdoba. Sigue la lucha de los trabajadores de la carne. El gobierno K decidió el cierre del Yaguané, con el objetivo de quebrarlo y sacar a los trabajadores que defendieron por años su fuente de trabajo.
La gran lucha de los secundarios de Capital Federal ha desnudado la situación de crisis de la educación, que es la misma en todo el país. Rodríguez Larreta confesó que han usado hasta ahora el 7% del presupuesto de infraestructura en escuelas y colegios. Gastan el dinero en la policía metropolitana que sueña Macri, quien desvergonzadamente dijo que consultó con la CIA y el MOSSAD la designación del Fino Palacios.
Vuelven los cortes en Gualeguaychú.
3. Buenas condiciones para crecer
Los de arriba se dividen, en muchos pedazos. Por abajo crece el descontento.
El kirchnerismo, para ganar en primera vuelta, necesita llegar al 40% de los votos (con una oposición dividida), y para esto necesita el 50% de los votos en Buenos Aires: hoy muy difícil de lograr. Por otro lado, la oposición de derecha aparece muy dividida, sin un candidato para ganarle a K. Y el centro izquierda es aún débil.
Vamos a un período de mucha inestabilidad, lo que exige más unidad que nunca de las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas, en todos los terrenos, y un fuerte PCR.
El PCR ha estado a la cabeza de luchas muy importantes del movimiento obrero ocupado, desocupado y jubilado, los campesinos pobres y medios, los originarios, los estudiantes, y en los combates democráticos y patrióticos. Eso ha creado condiciones para crecer. Lo que exige dedicarle todos los esfuerzos necesarios, políticos, organizativos e ideológicos.
Dar un salto en el crecimiento es una necesidad política para abordar los desafíos que tenemos. Pero además, en una situación en la que se aproximan momentos políticos tensos por la agudización de todas las contradicciones en la sociedad, crecer y estar en condiciones de actuar en cualquier escenario político, son condiciones para afirmar el camino del Argentinazo, acumulando fuerzas para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, para una nueva Argentina y su segunda independencia.