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03 de noviembre de 2010


Operativo mediático

Hoy 1342

El fallecimiento de Néstor Kirchner desató, entre otras cuestiones, un operativo mediático desde el gobierno nacional, con el claro objetivo de ensalzar la figura del ex presidente.
Esto de por sí no sería extraño, ya que la muerte de Kirchner es una cuestión política, y todos los sectores sociales así lo entendieron. El gobierno se basó, para lograr su objetivo, en un cuidadoso manejo de las imágenes televisivas del velatorio, a tal punto que instaló pantallas gigantes en Plaza de Mayo.

El fallecimiento de Néstor Kirchner desató, entre otras cuestiones, un operativo mediático desde el gobierno nacional, con el claro objetivo de ensalzar la figura del ex presidente.
Esto de por sí no sería extraño, ya que la muerte de Kirchner es una cuestión política, y todos los sectores sociales así lo entendieron. El gobierno se basó, para lograr su objetivo, en un cuidadoso manejo de las imágenes televisivas del velatorio, a tal punto que instaló pantallas gigantes en Plaza de Mayo.
El manejo de cámaras fue más propio de una telenovela que de un acontecimiento político, como son las exequias de un ex jefe de Estado. La televisación, continuada por más de 30 horas, estuvo a cargo de la productora La Corte, la misma que realiza Fútbol para todos. Sólo esas cámaras, y las de Canal 7, tuvieron acceso al Salón de los patriotas latinoamericanos. Ellos y el fotógrafo de la presidencia fueron los únicos que pudieron tomar imágenes del velatorio. “El concepto visual sería la toma de primeros planos de la Presidenta y su familia, sus saludos, besos al aire y la exhibición de los simpatizantes más enfervorizados, que saludaban con alguna proclama a la jefa de Estado y al extinto líder”, escribió La Nación (31/10/2010).
La obsesión por controlar la comunicación de las exequias, llevó a ordenar el desalojo de la sala de periodistas de la Casa Rosada, y a un incidente con un fotógrafo santacruceño en el cementerio de Río Gallegos, al que le secuestraron la cámara.