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17 de diciembre de 2014

Origen del Partido Comunista (1)

Crónicas proletarias

Hemos dicho ya en estas columnas cómo el desarrollo de la primera guerra mundial imperialista terminó de desenmascarar la traición de los líderes de los principales partidos socialistas europeos, al tomar posición por las burguesías de sus propios países. También que estas posiciones se repitieron en el Partido Socialista de la Argentina, negando el carácter imperialista de la guerra. La corriente marxista, que “no había muerto en el seno del Partido Socialista” (José Ratzer, El movimiento socialista en Argentina, pg. 93), se fue reorganizando, con distintas expresiones, y enfrentando crecientemente a la dirección del PS. Este enfrentamiento estalló en 1917, como ya hemos dicho, frente a la posición del PS de apoyar la ruptura de relaciones con Alemania, frente a la posición neutralista del gobierno de Yrigoyen. El otro hecho que delimitó las posiciones fue el proceso revolucionario ruso. “Mientras la mayoría de la dirección del Partido Socialista sostenía la posición de los mencheviques después del triunfo de la Revolución de febrero, y hacía campaña contra los bolcheviques, la corriente marxista defendía la posición de los bolcheviques y sostenía públicamente desde la tribuna y la prensa, que la salvación de Rusia y del mundo estaba en la victoria de los bolcheviques”. (José Ratzer, op. Cit., pg. 110).
Con relación a la guerra, ya contamos que el Partido Socialista convocó a su IIIº Congreso Extraordinario para fijar posición. Allí triunfó el proyecto “de la minoría”, presentado por Juan Ferlini, José Penelón y Agustín Muzzio, y que planteaba “que la campaña de los submarinos debe alentarnos a seguir combatiendo la guerra y no a apoyarla a favor de un bando…”. Esta corriente internacionalista, con mucho peso en la juventud, tuvo el apoyo de otros sectores, que coincidían en oponerse a la guerra, pero que sostenían posturas oportunistas y/o centristas en muchos aspectos políticos y doctrinarios. 
Pasado el Congreso Extraordinario, la dirección del PS encabezada por Juan B. Justo maniobró para poner a votación entre los afiliados si el bloque parlamentario debía renunciar o no. Esta votación fue favorable al justismo, y la oposición conformó el “Comité de Defensa de las Resoluciones del Congreso Extraordinario”, que se transformó en los hechos en otro centro de dirección. El “Comité de Defensa…” comenzó a editar en agosto de 1917 La Internacional, que sería luego el órgano del Partido Comunista. En su primer editorial, La Internacional “se pronunció por el socialismo revolucionario y contra Bernstein”, dice el Esbozo de historia del Partido Comunista.