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29 de abril de 2015

La presidenta argentina viajó a Rusia en un nuevo capítulo de su política de entrega de los recursos naturales y la soberanía nacional.

Otra gira entreguista de la presidenta

Cristina Fernández en Rusia

Cristina Fernández estuvo con una extensa comitiva en Moscú entre el 22 y el 24 de abril. La presidenta expresó con desenfado en el Foro Empresarial Argentino-Ruso, que se realizó en el Hotel Four Seasons de la capital rusa “Tenemos el mayor crecimiento económico de toda nuestra historia, es un país en el que vale la pena invertir”.

Cristina Fernández estuvo con una extensa comitiva en Moscú entre el 22 y el 24 de abril. La presidenta expresó con desenfado en el Foro Empresarial Argentino-Ruso, que se realizó en el Hotel Four Seasons de la capital rusa “Tenemos el mayor crecimiento económico de toda nuestra historia, es un país en el que vale la pena invertir”.

Se firmaron, un convenio preliminar entre Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA) y Rosatom Overseas para la construcción de una central nuclear en nuestro país, y un “memorándum de entendimiento” con el gigante gasífero ruso Gazprom para la explotación de gas esquisto en Vaca Muerta. Además la presidenta ratificó la construcción en forma conjunta de la represa Chihuido. Todo en el marco del “acuerdo estratégico integral” firmado con la Federación Rusa, como informa el sitio oficial de la presidencia de la nación.

El convenio preliminar para la central nuclear ya ha despertado críticas, no sólo por lo que significa esta nueva renuncia a la soberanía, en un país que tiene larga tradición en construcción y funcionamiento de plantas nucleares, sino porque esta nueva central funcionaría con “agua liviana”, es decir con un sistema distinto al de las centrales existentes hoy, lo que es un golpe, no sólo a los trabajadores de la CNEA, sino también a los de la planta de agua pesada en Neuquén.

Al destacar los acuerdos para la represa de Chihuido, CFK recordó que “no es nueva la participación de Rusia en la instalación de generación eléctrica en Argentina”, enumerando, como una gran cosa, las represas y centrales eléctricas instaladas en nuestro país, que tienen componentes de Rusia. Una nueva confirmación del carácter de país dependiente y en disputa entre distintos imperialismos que tiene nuestra desangrada y saqueada patria.

 

“El legado de Cristina”

Cristina Fernández aprovechó la visita a Moscú para volver a despotricar contra el gobierno de Barack Obama. “Estados Unidos tiene vedado el ingreso de carnes argentinas por cuestiones fitosanitarias”, alabando los cortes de carne vacuna argentina: “una de las cosas que podemos exhibir es el churrasco en la Argentina, el bife de lomo, el bife de chorizo”. Parece que Cristina se olvidó que gracias a la política del kirchnerismo las exportaciones de carne cayeron un 70% desde el 2006, y que esto no redundó en más carne para “la mesa de los argentinos”, y en más trabajo, ya que el consumo local cayó en 10 kilos de carne por habitante al año, y cerraron más de 120 plantas frigoríficas.

Si bien la presidenta y toda la comitiva se deshicieron en gestos entreguistas, como el ministro de Defensa Rossi y el secretario de Seguridad Berni con vistas a la compra de armas y tecnología de espionaje, los rusos condicionaron el avance de los acuerdos a tener la seguridad de poder sacar los dividendos de sus inversiones. Es decir, no caer en el “cepo” que según el ministro de Economía Kicillof no existe.

Esta gira presidencial tuvo su importancia política en que reafirma el rumbo de “alianza estratégica” de la Argentina con China primero y ahora con Rusia. Marca también la creciente injerencia del gobierno de Putin en nuestro país y en América Latina, en disputa principalmente con Estados Unidos, pero también con China y otras potencias.

Esta posición del gobierno argentino ha causado alarma en otras potencias, como refleja un artículo del sitio web de la Deutsche Welle, la emisora alemana, donde se afirma “este gesto de acercamiento a Rusia puede interpretarse también como una clara jugada en lo referente al alineamiento de Argentina con el eje Rusia-China. Además, marca el derrotero de la política internacional del próximo gobierno que ocupe la Casa Rosada”.

Este “legado de la presidenta argentina de cara a las elecciones”, como hemos dicho, mete a nuestro país en medio de la disputa de las grandes potencias imperialistas, que como en otras oportunidades, sólo traerá más saqueo y sufrimiento al pueblo argentino.