J. de 19 años, hija de una familia humilde, se operó de la vesícula en el hospital público de San Pedro. Su médico cirujano fue Martín Aramayo. El día que debían sacarle los puntos (17 de junio), había paro. Le dijeron que su médico tal vez podría atenderla en el consultorio privado de la Clínica Santa María.
Allí fue, y él la atendió. Pero en vez de sacarle los puntos, la llevó al baño con la violencia encarnada más en la autoridad que en la fuerza física y la obligó a hacerle sexo oral. Terminó el abuso diciéndole “No me hagas quilombo que estoy comprometido”.
J. terminó contándole al primo que la acompañó a la clínica. Buscaron a su tío e hicieron la denuncia ante un policía que estaba en la esquina. El médico quedó detenido inmediatamente. La familia acompañó a la joven al hospital público luego de la denuncia, y leyó un afiche pegado hace tiempo por la Casa de la Mujer María Conti: allí se propagandiza el protocolo de atención a víctimas de violación, aprobado luego del caso “N”. La familia acudió entonces a la Casa. El jueves 18 se realizó un escrache, con mucha repercusión.
Una ola de rumores recorre entonces el pueblo. Una parte apoya a J. y su valor para denunciar, y otra parte defiende al médico por tener una familia y ser una persona “respetable”, atacando a la joven. Pero a apenas horas de conocerse la noticia, una integrante de la Casa de la Mujer María Conti relata haber sido víctima de una situación parecida. Y otra, que una amiga sufrió lo mismo, y lo denunció en la Seccional 9° de San Pedro sin tener trámite; ambas, recién operadas y aún convalecientes, y varios años atrás.
La Casa entonces convocó, a través de afiches, a todas las mujeres que hubieran sufrido igual situación por parte del cirujano, a fin de acompañarlas a formular la denuncia y lograr que la Justicia empiece a reparar el daño. Tuvo el silenciamiento de algunos medios.
Dictan la falta de mérito
El 8 de julio, a pesar de estar pendientes dos pruebas psicológicas, un examen de ADN, un informe socioambiental y tres declaraciones, es decir estando pendiente prueba más que relevante, el Juzgado de Argentino Juárez decide dictar la falta de mérito de Martín Aramayo y ordena su libertad.
Juárez decidió la libertad de Martín Aramayo el último día antes de la feria judicial, es decir, antes de que el expediente quedara en manos de otro juez. Si bien la falta de mérito implica la falta de pruebas y puede seguir investigándose, resultó una decisión inconsecuente con la cantidad y calidad de prueba pendiente. La decisión no tuvo que ver con la situación del expediente sino con cuestiones ajenas, que desconocemos. Lo denunciamos y repudiamos.
No sólo está pendiente la apelación de la querella, sino la campaña por encontrar a más víctimas que se animen a denunciar. Está pendiente lograr la cárcel y condena efectiva de Martín Aramayo, y es un desafío lograr la condena social que haga que ninguna mujer –ni paciente– vuelva a someterse a la atención de este médico.